sábado, 25 de febrero de 2012

FUEGO capítulo 28 (un beso con el chico nuevo)

Marcus los esperaba sentado en la esquina final de sótano. Bastante alejado de la criatura.
-¿has tenido problemas?- le preguntó Lidia sonriendo, Marcus y ella tenían un sentido del humor algo retorcido y no paraban de darse caña en cuanto podían- te veo bastante apartado de esta- y señaló a la mujer demonio
- ha intentado matarme un par de veces pero ¿ y vosotros?¿ todo bien?
-sí- contestó Lidia- David consiguió la bola aunque esta un poco magullado
-pues es hora de que nos saques de aquí- dijo malhumorada Tasia por ver como reían mientras David sufría por el zarpazo de la bestia
-¿ destino?
-a la finca- contestó Marcus serio de nuevo

La finca era un cortijo muy grande en un pueblo algo apartado de la ciudad rodeado de olivos por todos los alrededores. Estaba totalmente equipada para entrenar ,con un gimnasio y sala para tiro, luego una piscina y establos con algunos caballos y la casa . Esta por dentro tenía una pequeña enfermería en la planta baja con tres habitaciones cerca del salón que estaba unido a la cocina. La planta de arriba solo constaba de tres habitaciones más, una biblioteca y otra salita. La última planta era una buhardilla inutilizada. Todo era espacioso y cómodo, decorada cálidamente para pasar las tardes y preparar las misiones y entrenamientos. 
 
Cuando llegaron Elisa y Érica los esperaban dormidas en el sofá con la tele encendida.

-¿Qué te ha pasado David?- fue lo primero que preguntó Elisa incorporándose
-un pequeño rasguño- dijo como si nada, aunque la sangre que emanaba de él era para tenerla en cuenta
- vamos que te lo cure
-no- intervino Érica levantándose de un salto y acercándose a él- yo me encargo abuela

Lidia y Tasia no esperaron para hablar de la misión como Elisa y Marcus les pedían, se fueron directas a los cuartos de arriba y se tiraron cada una en una cama. Estaban agotadas y nada más apoyaron la cabeza sobre la almohada cayeron en un sueño profundo.

David subía las escaleras varias horas después, limpiar las heridas había tardado más de lo esperado y no porque fueran graves y se hubieran infectado, que lo eran, sino porque Érica se había tomado su tiempo tirándole indirectas constantemente y paseando sus manos por la espalda. Érica era verdaderamente guapa, con cara de ángel y un cuerpo divino pero simplemente no era Tasia y cuando la miraba no sentía nada. La había rechazo sutilmente sin querer herirla pero no sabía si lo había entendido bien, y encima a pesar de estar completamente cansado Elisa y Marcus lo habían retenido hasta que contara todo lo sucedido. Termino de subir las escaleras y abrió la primera puerta, donde encontró a Lidia en la cama con las mantas por el suelo y aun vestida con el traje. Decidió no molestarla y mirar la siguiente habitación. Allí vio a Tasia durmiendo plácidamente, cedió ante los pensamientos que lo embargaban y entró dentro cerrando la puerta tras de si. Cierto que había más cuartos donde dormir y no tenía ninguna excusa para estar ahí ,pero ahora mismo le daba igual. Se tumbó junto a ella con cuidado con las heridas que aun le dolían, le pasó un brazo por la cintura para atraerla más hacía él y se durmió.

-han conseguido la bola- le dijo Marcus a Elisa mientras se tomaba una cerveza sentado en el sofá
-sí, Sherezade y las otras hadas no tardaran en venir para seguir con la misión
-¿crees que nos ayudaran?- preguntó el barajando todas las posibilidades
- estoy segura,- afirmó la mujer- dio su palabra y es una de las pocas hadas a las que respeto
- espero que así sea,- y bebió un trago de la cerveza
Elisa asintió. Pasaron varios minutos hasta que volvió hablar
-estoy preocupada, recuerdo muy bien cuando fui Guardiana con mi esposo y se que se avecina un tormenta, la hechicera cada vez es más fuerte y pronto estará preparada para atacar
-tienes toda la razón- corroboró el entrenador- ellos no solo tendrán que proteger a los humanos sino que tendrán que luchar con el peor de todos los males si la hechicera consigue reunir la sangre de los cuatro.
-roguemos porque eso no suceda

La siguiente semana fue un descanso para los Guardianes, al fin tenían algo de tiempo para descansar y dedicarse cada uno a sus cosas. Tasia aprovechó ese tiempo intentando descubrir quien era Davinia, era una locura ,apenas sabía nada sobre la magia como para poder encontrar a un ser mágico en concreto ,pero si era igual que ella, alguien tendría que saber algo ¿no? Al menos eso pensaba todo el tiempo mientras buscaba en vano información sobre Davini.a Esa semana le dieron el alta a Cintia y ya volvía a ser el torbellino de siempre aunque apenas podía verla, estaba siempre en la finca a excepción del instituto y las noches, incluso su madre empezaba a sospechar de que algo raro ocurría ,ya que Erica y Tasia por muy hermanas que fueran no eran de las que se pasaban el día juntas y ahora estaban casi las 24 horas. Pero hubo algo que marcó esa semana especialmente, la desaparición de Sergio, miles de carteles colgaban por la ciudad con una foto de él y el número de teléfono, sus padres estaban tremendamente preocupados y Tasia no podía dejar de pensar lo peor. Después de todo lo que estaba viviendo últimamente ¿como no volverse pesimista? Sin embargo tenía la esperanza de que solo se hubiera escapado de su casa y en un par de semanas volviera, todos sus conocidos tenían esa luz en su interior luchando para que fuera verdad y que su hijo, vecino, amigo o ex-novio, el que ahora tenía su retrato por cada rincón, apareciera y todo se quedara en un susto.

Para los Guardianes los entrenamientos se intensificaron y ahora Érica también participaba. Pero aun haciendo lo mismo que David, Lidia y Tasia ,su abuela dijo que no podría ir a las misiones, al menos no a todas, dado que su poder no servía para la lucha. Para sorpresa de Tasia eso molestó tremendamente a Érica, pero claro, su hermana estaba bastante cambiada desde que comenzó esta aventura y más aun desde que pasaba la mayor parte con David. Tasia no quería sentirse celosa de su hermana pero le resultaba muy difícil mantener los ojos apartados de ellos cuando reían y bromeaban.
Cintia también se dio cuenta de eso y no dudó en comentárselo un día de los que se pasó por la finca.

-¿ qué es lo que se trae tu hermana con David? He visto los ojitos que le pone- le comentó haciendo una mueca mientras miraba a los dos sentados en el jardín
-no lo se, últimamente se llevan muy bien- su voz sonó algo apenada aunque intentó que no se notara
-¿ crees que es el chico del que nos habló?¿ el que le gustaba?- le preguntó Cintia abriendo mucho los ojos, se acababa de acordar de la conversación que tuvieron no hace mucho en el instituto, de eso hacía tan solo una semana aunque parecía una eternidad
- espero que no- le contestó con un suspiro
-deberías hacer algo
-no quiero rivalizar con mi propia hermana, es verdad que no pasamos todo el tiempo juntas como otras pero nos queremos y si nos peleáramos por David se abriría una brecha entre nosotras , no pienso hacer eso -sentenció Tasia
-es mejor quedarse sentada mientras ella se lo lleva ¿verdad?- le dijo Cintia mirándola irritada - pues que sepas que a él le interesas tú
-yo no estoy tan segura- y miró otra vez hacía ellos

Desde entonces no paraba de pensar en el último que le comentó Cintia, dándole más y más vueltas a la cabeza, pero es que no era capaz de creer eso, si apenas pasaba el tiempo con él. Distrayendo su mente pensó en los cambios que se contrajeron dentro de la finca, como que apareció un nuevo participante en el grupo. El sobrino de Marcus. Tenía la misma edad que David pero no tenía poderes no obstante era un experto del inframundo y todo lo referido a la magia. A primera vista nadie
hubiera creído que era un sabelotodo, no con su pelo rubio con reflejos rojizos, ni con esos ojos marrón claro que se veían a través de una gafas finas, y aunque no era tan alto como David y su cuerpo era algo delgaducho nadie podía negar que no tenía una aire exótico que te obligaba a mirarlo cuando pasaba. El día que apareció por la finca las tres chicas, Erica, Tasia y Lidia abrieron la boca y casi se les cae la baba.

-me llamo Daniel ¿ vosotras debéis de ser las Guardianes ¿verdad?- dijo amistosamente
-sí, yo soy Anastasia aunque todos me dicen Tasia- le dedicó una sonrisa y él se la devolvió- estas son Lidia y mi hermana Erica
Las dos se levantaron del sofá y le dieron dos besos.
-yo ser vuestro maestro a partir de ahora- comentó Daniel mirándolas
-¿tú?- preguntó Erica sorprendida
-sí
-pero..
-pero si estas macizo- dijo Erica interrumpiendo a su hermana mayor
Él pareció algo avergonzado e intento disimularlo sonriendo abiertamente pero un leve rubor en las mejillas lo delataba “ que diferente de David” pensó Tasia “él habría sonreído pícaramente y guiñado un ojo”
-perdona a la rubia- dijo Lidia para que no se sintiera incómodo- tiene las hormonas revolucionadas- y puso los ojos en blanco
Erica hizo una mueca mientras los demás reían. En ese momento entró David.

-David te presento a Daniel, Daniel este es David- los presentó Tasia a la vez que ello se estrechaban la mano cordialmente.
Se acostumbraron rápidamente a el nuevo chico era amable y se llevaba bien con todos, y debido a la poca información que tenían las chicas sobre el mundo mágico Daniel iba todas las tardes, al menos durante las próximas semanas, ya que tenían que dar las clases por separado.


-bien hecho Tasia- le dijo Daniel desde el otro lado de la mesa.
Era el turno de Tasia para las clases, ya se habían habituado a la rutina después de varios días y se entendían perfectamente.
-gracias pero es fácil aprender sobre el inframundo, me encanta todo lo referido con la magia y cuanto más aprendo más quiero saber, además tu eres un buen profesor
-esta vez soy yo el que tiene que decir gracias- y le pasó un libro verde oliva- creo que este libro te sera de utilidad, es sobre las criaturas esclavas de los demonios

Tasia abrió el libro obediente y fue pasando páginas absorta en el contenido, hasta que una de las imágenes llamó su atención

-Dani ¿ Qué criatura es esta?- le preguntó señalándola con el dedo
Él cruzó el espacio que los separaba hasta situarse a su detrás suya. Se agachó un poco colocándose mejor las gafas para poder enfocar la foto con claridad. Quedó a escasos centímetro de Tasia y cuando habló lo hizo juntó a su oreja.

-Es un Glason de alto rango, según tengo entendido es contra el que lucho David cuando entrasteis en el castillo
Tasia notaba su presencia detrás y espero a que terminara de hablar para mirarlo esperando que se hubiera alejado un poco , pero cuando giró la cabeza se encontró con su mirada . Ella no sabía como reaccionar y se quedó perpleja. Poco a poco Daniel se acercó más y ella supo sus intenciones y aun así no era capaz de pensar con claridad ¿ como había sucedido esto? Podía apartarse ,él se lo estaba permitiendo,lo hacía sin presionarla pero a pesar de que su mente pensó en David no se movió. Se sentía bien que alguien la apreciara por una vez, que no la ignorar como estaba haciendo David todo este tiempo y permitió que él se acercara para besarla, no obstante cuando sus labios apenas se habían rozado la puerta se abrió bruscamente. En la entrada de la habitación estaba David tieso como un tabla y con chispas en los ojos observando como Tasia se separaba a toda prisa de Dani.

-veo que interrumpo- dijo con voz fría, solo miraba a Daniel ignorando la presencia de Tasia
-no...- empezó a decir Tasia pero él la corto
-no quiero molestar, sera mejor que me marche, veo que por aquí esta todo a la perfección
Y diciendo eso se marchó antes de que ninguno pudiera protestar

jueves, 9 de febrero de 2012

Fuego capítulo 27 (10 minutos antes)


Lidia vio como sus dos compañeros le daban la espalda furibundos y echaban andar  en direcciones contrarias. Resopló cabreada de tener que oír las discusiones de esos dos y se dirigió al centro del castillo en busca de la bola.

-bolita, bolita, bolita ¿donde estas?, venga cariño, ven con mami- empezó a susurrar pasados muuuchos minutos.
Se estaba volviendo loca con tantas habitaciones y sin encontrarla. Mientras miraba debajo de una cama el suelo tembló tan fuerte que hizo moverse todo el mobiliario, incluida a ella, que se quedo sentada de culo agarrando la pata de la cama. Un rayo blanco surcó el cielo iluminando la noche del inframundo. David había encontrado la bola. Salió corriendo llevándose a un par de guardias por delante en dirección a la cueva.


10 minutos antes del terremoto...


David había llegado en busca de la bola hasta la tercera torre del castillo. Después de haber subido y bajado centenares de escaleras, después de haber rebuscado por todos los rincones y sin poder hacer el más mínimo ruido para no llamar la atención de los guardias la había encontrado en la torre. “Pero no podía ser un tarea fácil” pensó disgustado. No, tenía que estar custodiado por una criatura mágica dos veces más grande que él, con dos cuernos como los de un toro y cubierto por todo cubierto por pelaje negro excepto las dos alas que salían de su espalda manchadas de una cosa viscosa anaranjada. Era feo con ganas y cuando abrió la boca con la intención de agarrarlo con su lengua se le revolvió el estómago. Empuñó su espada y le corta la lengua, esta cayó al suelo moviéndose como como un pez fuera del agua. El chico hizo una mueca de asco antes de agacharse para esquivar el ataque del enorme bicho. Con un movimiento rápido de su espada hirió al monstruo en las rodillas. En vez de caer al suelo como David esperaba la criatura lo empujó contra la pared dislocándole el brazo derecho. Mientras el ruido de la espada al chocar contra el suelo inundó la habitación el se agachó para esquivar un zarpazo. Sin embargo,  con la otra garra consiguió herirle en el pecho.  David harto de esa bestia sacó un cuchillo del pantalón y se la clavó en el abdomen. La criatura se reveló e intentó volver atacarlo pero antes de que pudiera hacer nada David sacó el cuchillo y le hizo un corte en el cuello. De repente se vio acorralado en la esquina de la pared con un monstruo de 160 Kilos apuntó de caérsele sobre él. Y como algo instintivo desplegó sus enormes alas de blancas de plumas. Salió volando hacía el otro lado de la torre justo cuando el monstruo calló. David volvió a ocultar las alas maldiciendo ser tan descuidado. Si no quería que los demás se enterasen de esto tendría que ir con más cuidado, no podía permitirse estos descuidos. Siempre controlaba sus poderes con facilidad pero ahora mismo había salido su otra parte, la parte que quería enterrar desde hacía muchos años y aquí, en el inframundo, todo su ser se revelaba al sentir tanta magia a su alrededor. El suelo comenzó a temblar sin control. Lanzó un rayo blanco rompiendo el techo para avisar a las otras dos guardianas y tras coger la bola se fue hacía la cueva.


10 minutos antes del terremoto en el otro ala del castillo....


Tasia estaba frustrada por no encontrar nada, y lo peor es que tenía la cabeza en David. No entendía su actitud minutos antes ¿ Por qué había sido tan brusco? Desde que lo conocía tenía la cabeza como una olla de grillos y todo por culpa de ese niño con ojos verdes.
Merodeaba por el pasillo cuando apareció delante de ella un hombre realmente guapo. Sus ojos eran azules celestes con el pelo moreno rizado. Sus labios eran finos y formaban una semi sonrisa, era tan alto que podría haber sido un jugador de baloncesto e iba vestido con un traje de chaqueta negro con una camisa blanca.


-¿quien eres?- preguntó ella entre fascinada y temerosa
-eso debería preguntarlo yo, ya que este es mi castillo
-¿tú...tù eres el demonio?
-prefiero que me llamen Drew pero sí, soy yo- le contestó él ensanchando aun más la sonrisa, una sonrisa oscura que ocultaba infinidad de secreto al igual que su mirada, parecía haber visto y vivido demasiadas cosas- tú eres una Lemental ¿verdad?
-no- dijo ella rápidamente ocultando su sorpresa como mejor podía
-no intentes engañarme- dejó se sonreír aunque tan solo un segundo, luego volvió a esbozar la misma sonrisa- puedo sentir tu poder desde el otro lado del castillo, al igual que esa brujita de la oscuridad y al otro chaval , no logró identificar su procedencia- dijo tocándose la barbilla
-es humano, un Guardián -dijo ella sin darse cuenta de la información que revelaba con ese comentario
-puede  ser pero... no importa- hizo un movimiento con la mano como descartando el tema, ahora tenía sus ojos fijos en ella – me interesa mucho más tu poder
Extendió sus manos con las palmas hacía arriba mientras sus ojos se volvían negros, todo negro. El suelo comenzó a moverse fuertemente con sacudidas que hacían temblar las paredes del castillo. Una grieta se abrió en el suelo tan profunda  que Tasia sintió un vértigo increíble. Sacó sus dagas de las botas y las apretó con fuerza para darse valor, ella y las alturas no eran amigas. La grieta se alargó por todo el pasillo pasando entre sus dos piernas. Saltó hacía la derecha intentando no fijar la vista en la caída que había a tan solo un metro de ella. Al mirar al demonio este estaba abalanzándose sobre ella haciéndola caer y encerrándola entre él y el suelo. Tasia se aterrorizo , y luchó contra Drew para liberarse ,pero él la sujetaba fuertemente sin permitirle que lo hiriera con las dagas. Al cabo de unos segundos el terremoto cesó  y los ojos del demonio volvieron a ser azules. Para sorpresa y alivio de Tasia el demonio se levantó y se apartó varios metro de ella metiendo sus manos en los bolsillos del pantalón. Le dio la espalda.
-eres como mi Davinia – dijo él más sorprendido que la propia Tasia
-¿ Quién es ella?- incluso con el miedo incrustado en todos sus huesos tenía curiosidad
Un brilló blanco entró por la ventana y los dos se giraron a mirarlo.
- tus amigos te llaman, vete
Ella no daba crédito a sus oídos, ¿ la dejaba libre?
- a riesgo de que cambies de idea y me mates ¿pero por qué me dejas libre?
-no puedo matar a alguien que se parece tanto a ella
 Estaba tan serio enterrado en viejos recuerdos que Tasia pudo ver un reflejo de tristeza y dolor en sus ojos antes de que lo ocultara. Era tan extraño ver esas emociones en un demonio que por un momento quiso ayudarlo pero cuando él la miró otra vez Tasia vio su lado demoniaco y salió a correr, no iba a poner su vida en riesgo por tener compasión por un demonio, uno que había estado apunto de matarla. Agradeció a Davinia, fuera quien fuera, su nueva libertad.

Tasia llegó a la cueva y lo que encontró fue a David sin camiseta y a Lidia tocándole el pecho. Sintió un pinchazo en su interior , una sensación muy parecida a los celos. Luego vio  la sangre y fue hacía ellos para ver que había ocurrido.
Apartó a Lidia bruscamente mientras inspeccionaba las  heridas.

-¿Qué te ha pasado?- preguntó quedamente
 David estaba embobado mirándola, ni siquiera le dolían las heridas. Solo notaba el taco de sus dedos por el pecho y el escalofrío que le recorrió el cuerpo. Se quedó sin habla viendo lo preocupada que estaba ella por él. Eso lo complació y sonrió contento.

-tuve problemillas para conseguir la bola
- tenemos que curarte ¿tienes más heridas?- siguió diciendo Tasia algo alterada
-me disloque el brazo pero Lidia lo ha vuelo a colocar- le dirigió una mirada sombría a la chica morena- aunque no con mucha delicadeza
-¿nos vamos?- preguntó Lidia haciendo caso omiso a los otros dos- el cristal a desaparecido, que raro ¿verdad?
David lo miró pero no le dio importancia las heridas le escocían mucho y no tenía ganas de preocuparse más que por volver. Tasia en cambio se encogió de hombros sospechando que esto tenía que ver con Drew.
- Lidia ¿ tú puedes llevarnos a la entrada del portal ?- preguntó David con voz neutra
-sí
Colocó un mano sobre el hombro de David y otra en la muñeca de Tasia. En un abrir y cerrar de ojos los Guardianes estaban en el punto de partida. El portal hacía la tierra.
Tasia sacó la llave y la levantó hacia el cielo por instinto. El mismo remolino de aire que lo había traído se los llevo de vuelta.