-te echo de menos¿dónde estás?-preguntó Cintia a
través del móvil
-si te lo contara no me creerías-se justificó Tasia-
yo también te echo de menos, me gustaría que estuvieras aquí conmigo
-ayer hablé con Javi, antes de que marchara de viaje
con toda la clase, ahora me arrepiento de haber repetido
-ya te avisé- la interrumpió Tasia
-el caso es que estaba echo una furia contigo, Nacho
también
Tasia pensó en sus amigos de la infancia y tubo que
tragar para no llorar. Todo estaba cambiando y tenía la sensación de que la
situación se le escapaba de las manos sin poder remediarlo. No podía contarles
nada, todo ese mundo era secreto. Pero los echaba de menos, siempre habían
estado con ella.
-me llamó la otra noche para quedar, no pude
,estaba...-haciendo un ritual con hadas mágicas, pero eso no podía decirlo
-estabas haciendo algo raro con esa magia tuya,
entiendo que no puedas contármelo todo, aunque no me haga ninguna gracia
Tasia se mordió el labio. Por muy loca que pareciera
Cintia en el fondo era la mejor amiga que podía pedir.
-Nacho dice que te has aburrido de nosotros y que
ahora te vas con gente nueva, y Javi no sé lo que piensa, pero los dos están
heridos de que no les digas que pasa y que los rehúyas, aunque en verdad no sea
así. Leila está más enfadada por no saber que pasa que por otra cosa.
-me siento como si me hubieran aplastado con una
apisonadora-confesó Tasia, cada vez le costaba más no llorar.-no sé que les voy
a decir ni que hacer cuando los vea ¿y tú?¿qué haces ahora sin mi?-intentó
bromear, pero no lo consiguió
-pues yo estoy intentando sacarme el maldito graduado
de una vez, salgo con ellos como siempre y no me pierdo ni una fiesta
-Cintia, gracias, por estar siempre ahí
-no hace falta darlas, no creas que te vas a deshacer
de mi con tanta facilidad
Las dos rieron como antes. Se habían visto hacía unos
días, sin embargo a Tasia le parecía una eternidad.
-Tasia...-empezó de nuevo seria-mañana han planeado
una red de búsqueda para Sergio, no se sabe nada de él, sus padres han
empapelado toda la ciudad con su foto pero nadie llama,
Las lágrimas ya no aguantaron más. Se deslizaron por
su cara como un torrente. Pero eran silenciosas, intentando ocultárselas a su
amiga ¿Cómo seguía teniendo lágrimas después de todas las que había derramado
la noche anterior?
-¿crees que estará bien?¿que lo
encontraremos?-preguntó Cintia-tu hermana también se ha unido ¿tú podrás venir?
“no, no lo encontraréis” pensó desolada.
-yo no puedo, ahora estoy bastante lejos de Granada,
ni siquiera se donde me encuentro con exactitud, ruego que lo encontréis,
ojala, -respiró profundamente para calmarse-perdóname pero tengo que irme, te
quiero no lo olvides-y colgó antes de escuchar la respuesta.
¿Qué haría para mantener la farsa cuando volviera? Todos
con esperanzas, creando grupos de búsqueda, y ella sabiendo que no encontrarían
nada.
Se metió en la ducha deseando que todos esos pesares
se esfumaran por el desagüe.
David estaba sentado en el tejado del piso más alto
del internado, estaba viendo el anochecer con los pies colgados hacía el vacío.
Quiso que Tasia estuviera ahí con él, pero cuando la buscó, no la encontró.
Ahora sus pensamientos estaban fijos en las pruebas de mañana, o más bien ,en
lo que pasaría cuando ganaran la Arena, porque estaba seguro de que lo
conseguirían. Él era un luchador experimentado, con años de experiencia, y los
Guardianes de este internado aún eran principiantes que no habían probado sus
habilidades en un campo de batalla. No en uno de verdad. Ganarían, y luego
lucharían contra la hechicera. La expectación por saldar esa antigua deuda con
la hechicera hacía que su sangre corriera con más velocidad. Repasaba una y
otra vez como poder vencerla, pero nadie lo sabía. Aunque claro, podía perder
mucho más de lo que ganaba. Sus secretos no podrían estar siempre ocultos, bien
lo sabía. Más ese era un riesgo que estaba dispuesto a correr, la hechicera
tenía algo que le pertenecía y lo necesitaba de vuelta, era necesario para
poder seguir rodeado de la gente que quería, como Tasia, como Elisa, como
Lidia, ahora eran una familia. Se le hacía extraño pensar en tener una nueva
familia, hacía tantos años que había olvidado lo que se siente al estar rodeado
por gente que te quiere ,que a veces ,le costaba abrirse a ellos. No obstante,
sí había algo que no se quitaba de su mente, que permanecía ahí, como una nube
que tapaba el sol en un día de playa; la predicción de las hadas. Alguien tenía
que morir. Alguien iba a morir. Y el destino ya estaba escrito.
-¡David!¡has visto esto!
Lidia estaba echa un basilisco, andaba a grandes
zancadas y sus ojos brillaban aterradoramente. El aura de magia negra casi la
envolvía y estaba seguro de que si alguien la había visto en ese estado se
habría escondido debajo de la cama. En cambió él a miró con una ceja alzada
acostumbrado a su mal temperamento.
-¿qué tengo que ver?
-¡esto!-y puso delante de sus narices un papel
amarillo con la letras impresas en negro.
-ya lo había visto- remarcó la última palabra-
son las reglas de la Arena, ¿qué hay de malo?
-pero tú es que eres...- y ahí siguió una retahíla de
insultos hacía David que no cesaron hasta que él se levantó del bordillo y la
obligó a callar
-ahora, te vas a comportar como una señorita y me vas
a explicar que es lo que sucede-le ordenó con voz suave
Lidia respiró y su aura descendió hasta desaparecer.
Al parecer llevaba demasiado tiempo intentando comportarse y su mal genio había
salido sin esperarlo. No había remedio, era imposible cambiar a Lidia.
- aquí dice que si entramos los tres en la Arena o cualquier otro grupo, podemos unirnos
contra los demás y el resto estarían en desventaja
David la miró sorprendido. Había leído las normas por
encima sin prestar atención.
-eso es una tontería, nosotros decidimos si participar
en grupo o no -se quejó él
-bueno, parece que el consejo siempre consigue salirse
con la suya, al menos Miguel, quiere que nos enfrentemos unos contra otros y lo
va a conseguir. Nadie se va será capaz de intentar participar en grupo.
-no, no lo van hacer, no quiero ni pensar que clase de
examen serán capaces de hacer
-viejo bastardo,esto ha sido idea de Miguel, ¿qué
vamos hacer?¿quiénes vamos a entrar?- preguntó ella alterada de nuevo
-espera-el cerebro de David comenzó a funcionar con
rapidez. Uno no podía entrar, Tasia, Lidia o él mismo ¡Tasia!- Lidia ¿crees que
Tasia sabe esto?
-supongo, todos ya están al tanto
David esbozó una media sonrisa.
-¿y no te resulta sospechoso que justo el día que
anuncien las normas Tasia haga el peor entrenamiento hasta ahora?
Lidia no había pensado en eso. En realidad no había
pensado en nada después de haber leído el cartel.
-ella ha decidido por nosotros, no va a entrar-
concluyó al fin la bruja-muy típico de ella comportarse como la heroína-no fue
un elogio precisamente
-lo que ella no sabe es que si no participa tampoco
podrá ir a la misión
-¿estás seguro de que no lo sabe o que no quiere ir ?
-piensalo, - le pidió David a Lidia-Tasia no es una
cobarde
La bruja suspiró dando vueltas por la azotea. El sol
ya se había ocultado y había nacido una sueva brisa fresca.
-no, no lo es- admitió ella- es tonta, eso es lo que
es-David sonrió. Sabía que Lidia no lo decía con malas intenciones.-¿entonces
qué es lo que vamos hacer?
-podríamos participar solo dos- propuso David como
primera opción
-ni hablar, no solo quiero ganar la Arena sino que me
encantaría darle en todas las narices a los del consejo, si hace falta haré yo
ese examen
-no lo aprobarías, y estás contando con que los tres
pasemos todas las pruebas, todas, y te recuerdo que la orientación de Tasia es
nula, y tú no tienes velocidad ninguna
-contando que las pasemos todas-rectificó ella de mal
humor
-en ese caso, yo haré el examen
Lidia lo miró como si estuviera loco. Él era el mejor
en combate, el perfecto para entrar en la Arena.
-no, contigo tenemos más posibilidades de ganar, me
quedaré yo o Tasia-sentenció
-yo aprobaré el examen sea cual sea, sé todo sobre
magia, mucho más de lo que vosotras podáis aprender en un par de días,-se
alborotó el pelo sin darse cuenta y volvió a leer el papel amarillo-además,
vosotras sois un buen equipo, cuando participáis juntas-aclaró esto último
riendo, se picaban mutuamente en los entrenamientos pero las había observado
bien , eran buenas luchadoras.
-no estoy segura-repuso Lidia dubitativa- pero en fin,
si es lo que quieres...ahora el problema es Tasia, ella había decidido por
nosotros, tendremos que convencerla.
-cierto, vamos ahora
Cuando llegaron a la habitación de Tasia esta ya se
había puesto el pijama y se peinaba el pelo sentada en la cama. Carmen con su
melena morena leía en la cama de arriba y las dos gemelas cuchicheaban entre
ellas en otra cama. Solo faltaban las dos brujas de la oscuridad, Zule y Ade. Tasia
alzó la miraba y les sonrió.
-hola chicos ¿qué hacéis aquí?
-tenemos que hablar-dijo Lidia directa al meollo del
asunto
-claro, ¿qué sucede?-preguntó ella más cautelosa, los
dos la miraban expectantes.
-no me voy andar con rodeos-aseguró Lidia andando
hacia ella-tú vas a participar en la Arena, lo vas a dar todo en las pruebas y
luego iremos a la misión contra la hechicera
-ese era el plan
-sí, hasta que tú decidiste quedarte fuera para que
nosotros dos entremos en la Arena-intervino David sentándose a su lado. Él no
la miraba amenazadoramente como Lidia
-no sé de que habláis
-sí que lo sabes-gritó Lidia.
- ¡bueno y qué!, sí quería hacer eso, sí-admitió Tasia
también gritando y levantándose de la cama- yo no soy tan buena como vosotros,
todo lo sabéis hacer, todo os sale bien, pero a mi ¡no!. Solo quiero ayudar,
hacer lo mejor.
Nadie contestó tras su arrebato. Se hizo un terrible
silencio mientras todos los presentes la miraban.
-no sabía que pensases eso- intervino David
-intentó mejorar, aprender pero no os alcanzo, a veces
simplemente me cuesta-se sinceró-no es contra vosotros , es que todo esto- y
movió la mano abarcando toda la habitación- es nuevo para mi
-oh por favor
,cállate-se quejó Lidia-no puedo creerme que pienses eso, eres una Lemental, claro
que es difícil al principio nadie nace sabiendo ,así que deja de quejarte y esfuérzate
más
-Lidia déjalo ya-le advirtió David, estaba siendo
demasiado dura.
-es la verdad-se defendió
A Tasia le dolió escucharla ¿por qué no hacia un
intento por entenderla? Sabía que Lidia tenía razón, pero eso no lo hacía más
fácil. Y entonces se enfadó. Se enfadó porque ahí estaba ella, intentando
expresar lo que sentía y esa bruja malhumorada no se molestaba lo más mínimo en
ayudarla.
La miró echando chispas por los ojos y esta le
devolvió la mirada.
-¿qué vas a hacer?-se burló Lidia
Y en un arrebato, Tasia lanzó una poderosa llama de
fuego contra ella. Lidia que estaba atenta a todo le dio tiempo a crear un
escudo negro, uno muy resistente para poder soportar su ataque. Y aunque el
fuego no llegó a tocarla, la fuerza del impactó hizo que volara hacia atrás
chocando contra la pared. Fue un duro golpe porque traspasó la pared rompiendo
el tabique y cayendo desparramada en el baño. Había trozos de ladrillo y yeso a
su alrededor, y a pesar de haberse protegido le dolía la espalda una
barbaridad. Todos corrieron hacia ella preocupados. La que más Tasia que no
paraba de disculparse.
-lo siento, lo siento tanto, yo no quería hacerte daño,
lo hice sin pensar
Lidia se levantó sacudiéndose el polvo y tosiendo con
fuerza. David le puso las manos sobre los hombros y notó como le curaba
cualquiera malestar. No protestó. Tener un compañero que te curaba las heridas
incluso antes de que te saliera era muy, muy útil. Cuando David se separó Lidia
vio a Tasia que seguía disculpándose.
-bueno, creo que has dejado de compadecerte-comentó
como si nada-¿aún subestimas tus poderes?
Tasia la miró perpleja y David comenzó a reír sin
parar. Las compañeras de habitación de Tasia se relajaron al ver que no iba a
pasar nada grave.
-lo has echo aposta-dijo Tasia ofendida , aunque no
pudo ocultar la sonrisa- ¿así es cómo ayudas? ¿No podías haberme dicho que
podríamos ganar en la Arena o que había mejorado mucho, o simplemente que mi
poder es genial?
-estabas buscando halagos-bromeó Lidia- no te los iba
a dar, mis métodos son más efectivos
Todos rieron viendo el enorme agujero en la pared. Nadie
negaba que eran efectivos. Lidia no iba a permitir que uno de sus compañeros se
compadeciera de si mismo y que por eso no diera el máximo en las pruebas, no
ahora que estaba tan cerca de recuperar a su hermana.
-viene alguien-dijo Alicia, la gemela más traviesa-
Agnus me ha dicho que han oído el ruido y vienen hacia acá
-¿quién es Agnus?-preguntó Tasia
-el fantasma amigo de mi hermana-contestó la otra
gemela
-¿qué vamos hacer? Se nos va a caer el pelo cuando
vean la que he liado-dijo Tasia algo asustada
-yo creo que Miguel aprovechará para sacarte de la
competición- comentó David tocándose la barbilla
-¿qué?-exclamó Tasia-no, explícamelo luego, ahora
pensar como arreglamos esto
-están ya aquí-volvieron advertir las gemelas
Todos se miraron sin saber que hacer.
-salir de aquí- les dijo Tasia a David y Lidia-no
deberías estar en nuestras habitaciones
-bueno, tampoco debería estar esa agujero ahí-añadió
Lidia
Mientras Lidia y Tasia debatían si debían irse o no
David cruzó una mirada con Carmen. Esta miraba muy interesada la pared.
-creo, creo que tengo una idea- dijo Carmen captando
de nuevo la atención
Concentrada en cada elemento comenzó a elevarlos y
colocarlos sobre la pared, ladrillo a ladrillo, trozo a trozo. Cada mota de
polvo debía estar en su sitio. Probó de varias maneras diferentes intentando
que no se viera ninguna imperfección, y lo consiguió.
-perfecto-dijo David
-sí, pero tengo que estar concentrada en que no se
mueva nada. Con cualquier sobresalto se caerá todo
-túmbate y haz que duermes así no te molestaran-
aseguró Lidia intentando ayudar
Carmen hizo lo que le dijeron y se tumbó bajo las
sabanas cerrando los ojos, aunque no perdía ni un segundo la concentración en
la pared.
Acababan de sentarse en la cama para aparentar
normalidad cuando entraron en la habitación dos profesores, Alaya y Miguel.
-¿qué está ocurriendo?-exclamó este último
Los que estaban en la habitación a excepción de Carmen levantaron la cabeza con
aire inocente.
-no se de que habla-dijo Lidia
-aquí no ha pasado nada fuera de lo habitual, solo
hablábamos sobre las pruebas de mañana-añadió David sonriendo angelicalmente
-¿y qué ha sido ese ruido?-preguntó uno de los
profesores
-yo no he oído nada-declaró Tasia
-ni yo-comentaron las gemelas, como siempre, a la vez.
-procedía de aquí-siguió insistiendo el mismo
profesor-echaremos un vistazo por si acaso
Revisaron la habitación y más tarde el baño, pero no
encontraran nada. El único momento tenso fue cuando Alaya miró la pared donde
había estado el agujero con demasiado interés.
-debe haber sido un error-dijo ella sonriendo
-sí, marchémonos-ordenó Miguel con disgusto- espero
que no sigan sucediendo más “incidentes” si no, tendré que ponerles fin yo
mismo
-pero que se crepdfhgdiusdbfvij-Tasia tapó la boca de
Lidia antes de que soltara alguna barbaridad.
-buenas noches y gracias por preocuparos, por supuesto
nos comportaremos como se debe-dijo Tasia-¡¡¡aahh !!!-Lidia le había mordido la
mano para que la soltara. Tasia se miró el mordisco con cara de pena y luego
fulminó a Lidia.
Alaya la miró sonriendo y cuando todos se fueron ella
se quedó allí parada.
-¿quiere decirnos algo?-le preguntó David al ver que
no se iba
- a vosotros no, al menos todavía- y sonriendo como
una niña traviesa se acercó a la cama de Carmen. Se agachó hasta arrodillarse a
los pies de su cama y con los labios justo en su oreja gritó- ¡buuu!
Carmen abrió los ojos totalmente asustada y la pared
se deshizo volviendo a caer en el suelo. Tanto las gemelas como el resto de los
presentes en el cuarto estaban anonadados con lo que Alaya acababa de hacer,
pero más aún con las carcajadas que no dejaba de emitir. Incluso se sentó en el
suelo echándose la melena de pelo gris hacia atrás mientras miraba a cada uno
de los niños y luego a la pared sin dejar de reír.
-debo admitir que casi me engañáis, pero llevo dando
clase a Carmen desde que era una cría; me conozco sus trucos y ahora ¿cómo
pensáis arreglarlo?
-aún no lo habíamos decidido-admitió Carmen roja como
un tomate porque los habían descubierto
-me lo esperaba-dijo la profesora levantándose del
suelo. Ya no reía pero seguía sonriendo ampliamente.
-¿nos va a delatar?-preguntó Tasia
-no veo que ganaría yo con eso-le respondió Alaya
encogiéndose de hombros. Desde luego no se parecía a su abuela Elisa, pensó
Tasia-veamos, vosotras dos-dijo señalando a las gemelas-ir a mi aula y coger un
frasco con polvo dorado, no lo abráis y tener mucho cuidado que no os vean
Las hermanas asintieron y salieron corriendo para
cumplir su misión.
-mientras esperamos, decirme como ha ocurrido
Los tres compañeros cruzaron una mirada. Fue David
quien se decidió hablar, porque tanto Lidia como Tasia parecían muy interesadas
en el techo de la habitación.
-Tasia ha optado por no participar en la Arena y Lidia
intentaba convencerla
-¿a porrazos contra la pared?-preguntó Alaya
divertida. Los pupilos de Elisa, aunque algo perdidos y traviesos, le gustaban.
Esperaba que no se apagaran si seguían ahí dentro, como el resto de sus
alumnos.
-emmm no-siguió contándole David-Lidia dijo algo que
no gustó a Tasia y esta perdió el control
-y la estrelló contra la pared-terminó por él,
Alaya-me alegra saber que no quedan rencores entre vosotras
-con las veces que Lidia me ha echo comerme el suelo,
por una vez que cambien las tornas no pasará nada-bromeó Tasia
-ten cuidado- le advirtió la bruja de la oscuridad-
haber si vuelven a cambiar las tornas de repente y acabas en el suelo
-ya, ya chicas-intervino Alaya. Sabía que estaban
bromeando pero aún no las conocía lo suficiente para saber sus reacciones.
-¿por qué cambiaste de opinión Tasia?¿te da miedo luchar en la Arena?
-sí
-mentira-contradijo Lidia a su compañera
-en realidad lo que le pasa es que cree que es más
débil que nosotros-le explicó David- y con la nueva norma uno tiene que quedar
fuera, ella decidió por nosotros sin consultárnoslo
-pero niña, si eres una Lemental, eres poderosa como
nadie
Tasia sonrió tímidamente.
-Lidia me ha convencido de eso, y aunque sigo pensando
que no estoy lo suficientemente preparada lo voy a intentar con todo lo que
tengo
-así me gusta-la felicitó Alaya.-En ese momento vio
como Tasia sonreía a sus compañeros y notó el cariño entre ellos. Cada uno, a
su manera, compensaba las faltas del otro y se ayudaban mutuamente. Así es como
Alaya recordaba sus jóvenes años en el internado.-de todas maneras ya no podías
echarte atrás, Elisa os inscribió ayer entre los participantes- Antes de que
pudieran añadir algo más las dos compañeras que faltaban en la habitación, Zule
y Ade, entraron discutiendo sobre que chico era más guapo, Nathaniel o Jeray.
-Nathaniel es mucho más guapo y muy divertido-decía
Ade
-pero Jeray tiene mejor cuerpo, y es más alto, mil
veces mejor que Nathaniel-la contradijo
-Jeray es un creído con cara de sapo, da igual que
tenga músculos, nadie lo soporta
-tú sí que tienes cara de sapo-afirmó Zule esquivando
la mano de Ade antes de que le diera una colleja
La discusión paró cuando vieron el agujero en la
pared. Se quedaron paralizados con la boca abierta de par en par y los ojos tan
grandes como naranjas.
-¿qué...qué ha pasado?-tartamudeo Ade
La otra bruja en cambio no fue tan discreta.
-alaaaaaa cacho de agujero ¿qué habéis echo?
-Zuleica haz el favor de no gritarlo que intentamos
que nadie se entere-la amonestó Carmen
La joven se calló aunque hizo una mueca al escuchar su
nombre completo. No tardó en volver a abrir la boca, pero al menos lo hizo sin
gritar.
-¿entonces que hace la maestra aquí?
-nos va ayudar a arreglarlo-intervino Tasia
Y por fin aparecieron las gemelas con el frasco de
polvo dorado en las manos.
-vamos vamos chicas- las apremió Alaya cogiendo el
recipiente-taparos la nariz-les pidió.
Y antes de que dijeran nada ya lo había abierto. La
única que no se tapó la nariz a tiempo fue Lidia.
-no ocurre nada-y siguió sin taparse la nariz
Alaya no contestó. Cogió una pizca de de polvo y lo
esparció por los ladrillos a la vez que decía:
-que el objeto dañado vuelva a su antiguo estado, el
engaño será ocultado y todo reparado
Quedaba algo raro decir las palabras tan solemnes
mientras tenía que taparse la nariz y las pequeñas gemelas tuvieron que hacer
un esfuerzo por no echarse a reír. Cinco segundo después de haber pronunciado
las palabras todos los escombros que habían esparcidos fueron colocándose en su
sitio como había ocurrido con Carmen, solo que esta vez nadie los controlaba.
Alaya se destapó la nariz y el resto hicieron lo mismo.
-asombroso-murmuró Ade- ¿enseñarás a hacer eso en
clase?
La profesora sonrió.
-cuando paséis de nivel, creo que el año que viene
estaréis listas
-el año que viene, entonces Carmen ya sabe
hacerlo-dijo Zuleica
-parece fácil, no lo es- añadió la aludida
Un estornudo que retumbó por toda la habitación llamó
la atención de todos. Era Lidia. Luego otro, y otro, y otro.
-te dije que te taparas la nariz
-venga ya-se quejó Lidia-¿cuánto dura esto?
-no se sabe-informó Alaya sonriendo. Le hacía gracia
ver como no paraba de estornudar, a ella y al resto ,porque todos reían
divertidos-tendrás que esperar y ver, ahora a dormir.
Ella se fue y Lidia desapareció todavía estornudando.
Mientras las más pequeñas se ponían los pijamas y se metían en sus camas David
se despidió de Tasia.
-duerme bien ,mañana comienzan las pruebas-la abrazó y
le dio un beso en la frente. Luego en
los párpados y en la mejilla hasta llegar a sus labios.
-no quiero que te vayas, me gusta estar así contigo
-y a mi, no sabes cuanto
-pues quédate-subió sus manos al cuello de David y lo
atrajo para volver a besarlo. Era adictivo. Demasiado adictivo.
David gruñó por lo bajo incapaz de resistirse.
-no me tientes, no quiero ser el culpable de que
mañana te quedes dormida en mitad de una prueba
-es difícil que me quede dormida mientras corro
-despediros ya tortolitos que quiero dormir-saltó Zule
-igualita a Lidia-comentó David
-fuera David-volvió a insistir Zule
Aunque suspirando Tasia le dio un último beso y él se
fue. Eran las once y todos ya estaban acostados, tenía que descansar para
mañana, esperaba ser capaz de conseguirlo.