El cielo se
oscureció, las estrellas brillaron pero la luna no se veía. Era luna nueva. Las
hadas preparaban el ritual con deliberada tranquilidad. Un círculo de sal
encerraba la piscina para que ningún tipo de magia oscura ,como la de la
hechicera, pudiese intervenir. Altea cogió una rosa roja y esparció sus pétalos
por le agua. Fiuri fue la primera en
convertirse en hada de nuevo y voló hasta el centro de la piscina, detrás de
ella fue Sherezade y Altea se quedó fuera con la bola en las manos. Esta última
cerró los ojos y elevó la bola que fue levitando hasta el centro del agua con
las otras dos hadas volando a su alrededor. Tasia se acercó al borde de la
piscina y creó varias llamas que la bordeaban .
Mientras todo esto ocurría Lidia daba golpecitos con las uñas sobre la
hamaca donde estaba sentada debido al nerviosismo, David junto a Érica se
colocaron a lado de Elisa y Tasia que se
erguía después de haber puesto el elemento del fuego se fue a sentarse con
Lidia.
Un poco de fuego
del corazón ,un suspiro de la esencia del viento, una brizna de la esperanza de la naturaleza y la fuerza del agua, eran los
elementos necesarios para que la magia de la bola surgiera de su interior. Esa
magia era la vida de las hadas, con ella conseguían la protección necesaria
contra los humanos, pero sin ella no tenían fuerzas suficientes para vivir entre
ellos como sucedía antiguamente, solo eran capaces de cruzar el portal con la
luna llena ya que era cuando su magia estaba en el punto máximo. Marcus y su
sobrino cruzaron la puerta de cristal queriendo ver el espectáculo de las
hadas, una espectáculo lleno de colores, bailes y magia, todo ser debería ver
alguna vez a las hadas usando su magia. Te hipnotizaba. Y ni siquiera habían
empezado.
-lo siento pero
no- dijo Altea, nadie había hablado y tan solo se escuchaba la risa de Fiuri
mientras completaba el ritual- los humanos no pueden estar presente, la magia
de la bola, es magia pura y podría afectaros de una manera que no podemos
prever, y con magia tan fuerte nunca se sabe como puede ser el resultado.
Marcus asintió
estoicamente y se dio la vuelta. Dani, en cambio, tardo un poco más, indeciso
entre hacer lo correcto por su bien o en dejarse llevar por la magia. Tasia le
dirigió una mirada triste al ver que se iba bastante desilusionado, era una
pena que no pudiera verlo. En el último segundo él se giró y sus ojos se
encontraron. Dani pasó su mirada de David que los estaba observando a Tasia de
nuevo, preguntando si había sucedido algo entre ellos. Tasia le dedicó una
sonrisa triste y asintió. Daniel agachó la cabeza antes de irse. Sin decir
nada. Sin mirarla.
Tasia se sintió
mal, pero no fue detrás de él. Se prometió que se lo explicaría más tarde que
serían amigos, y todo saldría bien. Sí, todo saldría bien.
-vosotros también
deberíais iros, al menos hasta que tengamos algo que deciros- añadió Sherezade
-¿ por qué?-
preguntó Érica
-Fiuri quiere ver
el futuro de lo que ocurrirá donde yo le indique, pero si estáis aquí vuestros
destinos pueden mezclarse y no le dejaran ver con claridad- explicó el hada
-lo siento chicos-
se disculpó el hada del futuro con una sonrisa amarga- pero si podéis
presenciar la primera parte, es la más bonita- añadió más alegre y comenzó a
volar en círculos riendo
Todos aceptaron
las condiciones. Altea se convirtió en hada y fue a colocarse sobre el hombro
de David. Las otras dos cesaron de bailar para colocar sus manos sobre la bola.
En ese instante en el que todos estaban a al expectativa de lo que iba a
suceder, emocionados por ver algo que nadie había visto desde hacía medio milenio sonó el móvil de
Tasia.
Al principió ella
no supo que era el suyo, ni siquiera se dio cuenta, pero cuando todos se
giraron mirándola ceñudos se percató de lo que sonaba era el móvil de su
bolsillo.
Roja como la grana
y algo avergonzada lo cogió.
-¿si?
- Tasia ¿dónde
coño te metes? Estamos todos en la fiesta de despedida para el viaje y tú no-
él que hablaba cabreado desde la otra linea era Javi, su mejor amigo- ¿qué es
lo que te pasa últimamente? Sino fuera porque estoy en tu clase creería que has
desaparecido, no sales nunca, no te vienes a las fiestas, y ni siquiera viniste
a la cena de esta mes
La cena a la que se refería, era un tradición que
tenían desde hacía varios años. Todos los amigos quedaban un sábado del mes
para ir a cenar, cada mes en un sitio diferente y luego lo apuntaban en un libreta
para nunca repetir el mismo restaurante. Una de las reglas era que nunca se
podía faltar a no ser que fuera algo extremadamente urgente, y aunque los
motivos de Tasia lo eran, ellos no podían saberlo. Se sentía mal de haber
abandonado a sus amigos de toda la vida, pero no tenía más remedio. Las cosas
estaban cambiando y ya no podía ir a esas cenas porque estaba ocupada viajando
a otro mundo.
-lo siento Javi, pero..
Él no la dejó hablar
-joder Tasia no quiero una disculpa, quiero saber por
qué tú ya no vienes con nosotros, soy tu amigo sabes que puedes contármelo
todo, siempre ha sido así.
Tasia miró a los demás que la estaban esperando y
luego al teléfono, quería hablar con Javi y explicarle, pero explicarle que, él
no podía saber nada de la magia. Ya corrió un riesgo innecesario contándoselo a
Cintia y mira lo que le sucedió.
-Javi ahora no puedo hablar
- no te atrevas a colgarme sin darme una explicación,
todos nos preocupamos por ti
Lidia carraspeó cansada de esperar.
-de verdad que lo siento, te llamaré, pero ahora no
puedo
- espera Tasia...
Ella colgó.
Y su mejor amigo se quedó con las palabras en la boca,
enfadado y preocupado por el futuro de Tasia.
-perdonar, seguir- dijo ella mirando a las hadas
-no sabía que me hacía falta tu permiso- agregó
Sherezade pero estaba sonriendo y con una ceja alzada
-en la parte inicial os mostraremos nuestros poderes
en su estado puro pero una vez se creé
la cúpula deberéis salir de aquí¿ entendido?-preguntó Fiuri
Todos asintieron.
La primera en empezar a moverse fue Sherezade, se
elevó hacía el cielo hasta que solo vimos un luz brillantes, luego fue
descendiendo en espiral a la vez que Fiuri volando alrededor de ella formando
círculos entre las dos. Bajaron hasta la bola y la tocaron con las manos. Cuando
esta vez ascendieron un rastro de polvo plateado se quedo en el cielo por donde
ellas iban volando, formando dibujos la oscura noche. La siguiente vez que
tocaron la bola se sumergieron en el agua y esta se convirtió en plata líquida.
Las hadas danzaron sobre la superficie del agua, sin hundirse pero sin llegar a
separarse de ella. Luego fue el fuego el que cambió de color para volverse
igual que el que ahora había en el cielo y en el agua. Y por último las plantas
comenzaron a crecer. El baile de las hadas guiaba a la planta, y esta la seguía
como si tuviera vida propia. Poco a poco, rama a rama, se fue creando una
cúpula verde y cuando se cerró del todo encerrando a las hadas que seguían
bailando dentro, millones de flores plateadas nacieron del capullo. Ninguno
parecía capaz de moverse, ni siquiera Elisa que era más mayor y siempre seguía
la razón, el aire estaba cargado de magia pura, entraba por cada poro,
revitalizando, dando energía a todo el que allí se encontraba. Era como sentir
un beso de la naturaleza. Fue Altea, el hada que se había quedado fuera quien
los sacó del trance y los obligó a entrar. Por supuesto la hadas sabían el
efecto que tendría sobre los guardianes ver el ritual y sentir la magia, por
eso habían dejado fuera a Altea para que cuidara de ellos.
-es la hora- le dijo Fiuri a Sherezade deteniéndose en
el aire
Sherezade asintió y fue hasta la bola. Se arrodillo
sobre el agua posando sus manos sobre la bola. El brillo de esta se intensificó
iluminando toda la cúpula. La tarea de Sherezade era sencilla, al menos para
ella, necesitaba la bola para esquivar los escudos de la hechicera, ya que al
ser tan antigua sabía muy bien como protegerse y evitar que la alcanzaran.
Se sintió volar fuera de ahí, pasar la ciudad y ver cada luz encendida, cada casa y cada
rincón oscuro, recorrió los campos
escuchando a los árboles hablarle y sintiendo el río bajar por la montaña,
visitó el subsuelo, en lo más profundo hasta que la encontró. Podía ver lo que
estaba sucediendo en ese momento. La gente, los niños entraban dentro, riendo y
comiendo algodón de azúcar,todos felices celebrando su día de fiesta para
pasarlo con la familia. Entraban en una carpa roja con rayas blancas. Era la
carpa de un circo. Sherezade quiso entrar dentro, ver y localizar a la hechicera
en su posición exacta. Pero no podía. Con el poder de la bola era capaz de
traspasar cualquier barrera, pero lo que se ocultaba ahí dentro era algo que no
podía expresar. Espíritus malignos corrían libremente. No solo eso, si fuera
así podría soportarlo, pero no, allí dentro habían experimentado con magia
negra. Algo prohibido y mortalmente peligroso. Cualquier hada se habría dado la
vuelta, pero ella era diferente, ella rastreaba el mal y le debía esto a los
guardianes. Ellos no sabían lo importante que era la bola para la magia de las
hadas, sin esa magia esencial cada nacimiento era más débil y algunas de las
nuevas hadas no habían obtenido sus dones, nunca antes había pasado, pero
tampoco habían estado tantos años sin la
bola. Gracias a ellos volverían a tener seguridad y protección. Por todo eso se
atrevió a entrar. No obstante el esfuerzo fue en vano. Cuando traspasó la tela,
la magia negra la inundó. Las personas de su alrededor no parecían darse cuenta
de nada, veían los trucos de los acróbatas o a los payasos, pero una vez que
salían se sentía desanimados y sin ganas. Utilizaban la energía de los
humanos, no obstante, ellos no parecían
percatarse. La mente de Sherezade no era capaz de pensar para qué necesitaban
la energía humana si esta era más débil que la de cualquier ser mágico.
A cada segundo que pasaba ahí dentro le costaba más
respirar, incluso con el poder de la bola se sentía asfixiada y sin aire. Tenía
que salir, no podía, no podía. Con un impulso mental se alejó de allí y volvió
a la piscina. Cuando volvió abrir los ojos apoyó la frente sobre la bola, y
esta absorbió todo el mal que se había adueñado de ella. Las hadas no podían
exponerse a la magia negra, y al estar en forma de espíritu le había afectado
en grado sumo. No volvería repetirse.
Fiuri colocó una mano en su hombro. No sonreía.
Estando en la cúpula las emociones se entremezcladas y todos los sentidos se
unían, así que Fiuri había experimentado lo mismo que Sherezado ,solo que con
menor intensidad.
-descansa, ahora me toca a mí- le indicó Fiuri
Sherezade asintió y fue hacía el borde la de la orilla
para sentarse.
El poder de Fiuri era diferente, más complejo y
enrevesado. El futuro no esta escrito, cada decisión, por mínima que sea puede
cambiarlo todo. En cuanto alguien cambiada de parecer, aunque esto no solía
ocurrir muy a menudo ,y si lo hacía, era
generalmente por la intromisión de otra persona, Fiuri lo sentía y veía como cambiaba su futuro.
Necesitaba
aislarse de todo para que nadie influyera en su poder, y a pesar de estar
dentro de la cúpula, y que los guardianes estaban alejados, todavía podía
sentirlos.
Se sumergió en
al agua plateada. Era algo más espesa pero podía nadar fácilmente por ella. Una
vez que dejó de sentir a los demás, llamó a la bola, y esta se introdujo en el
agua . No se dejó arrastrar por los caminos de imágenes que veía, Lidia, David,
Erica, Tasia, y más, y más, tenía un objetivo en concreto. Guiándose por las
coordenadas de Sherezade llegó hasta el circo. Todo era tan borroso, sin nada
claro. Los veía entrar, solo a David, Tasia y Lidia. Luego todo desaparecía.
Siguió buscando entre nubarrones, hasta que halló los tres corriendo por los
pasillos de una vieja guarida. Se había adelantado demasiado tenía que
retroceder pero era tan difícil... Se esforzó mucho pero tan solo pudo ver
fuego y más fuego. Si ellos estaban bien más adelante no tenía relevancia.
Siguió mirando hacía delante. Estaban perdidos y los notaba débiles, pero ella
podía guiarlos. Encontraron lo que buscaban
a través de las celdas ,sin embargo, los monstruos estaban cerca. Podían
salir. Fiuri confiaba en ellos.
La escena
desapareció, así sin más. Eso no era normal, las visiones no se desvanecían,
no cuando el hada no lo provocaba y esto
había ocurrido sin que ella lo tuviera previsto. La bola se fue y el agua
empezó a tener su color y espesura natural, no obstante algo estaba sucediendo.
Delante de los ojos del hada se fue formando una imagen en particular, una que
ninguna hada quería ver pero que todas conocían. Era una calavera de color
marfil rodeada de flores exóticas, esta se acercó a ella y Fiuri la agarró. La
calavera tenía vida propia. Un beso. Le dio un beso en los labios y se alejó
dejando a el hada llorando. “La muerte” pensó desolada. La muerte le había
mostrado su sello y todo tenía que ver con esa misión en busca de Aria, la
hermana gemela de Lidia.
Que capítulo más interesante. Todo lo de la bola, la magia de las hadas, me has dejado intrigada!!
ResponderEliminarEspero que subas pronto, un beso guapa =)
lo intentare jeje ya estamos en los capitulos finales y se ira resolviedno todo xD
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