-¿Qué haces Lidia?-preguntó Tasia cuando bajó a
desayunar y la vio registrando todos los cajones
-encontrar una puta manera de quebrar ese maldito
campo de fuerza
La bruja tenía el pelo alborotado, enormes ojeras
bajos los ojos y la ropa manchada de barro.
-¿no has dormido en toda la noche?
-no, ni pienso cerrar los ojos hasta que consiga hacer
un agujero a esa niebla amarilla
Tasia se sintió mal por haberse ido a dormir como si
tal cosa mientras su amiga se esforzaba por encontrar una manera de salir.
-te ayudaré-dijo intentando compensarlo-¿y las hadas?
No las he visto esta mañana
-la mujer esa, Alaya, creó un portal para enviarlas de
vuelta
Tasia se sintió un poco triste de no haber podido
despedirse de las hadas pero entendía que la situación no estaba para muchas
fiestas y había sido mejor hacerlo sin grandes escenas.
-¿un portal?¿y lo hizo sin abrir el escudo protector?
-Aja-contestó Lidia a la vez que se subía en un
taburete para mirar en el fondo del armario
-¿porqué no podemos abrir un portal nosotras?-preguntó
intrigada
-¿es que tú no das clase con Dani?
-sí-contestó Tasia malhumorada-pero esa magia no tiene
nada que ver conmigo sino con las brujas no sirve de nada que me cuenta como se
hace un portal
-tienes razón-aceptó Lidia mirándola de arriba abajo
buscándole alguna tarea en la que pudiera ayudar-veras, los portales solo se
pueden crear en puntos determinados, hay una entrada al mundo de las hadas, por
el cual ya viajamos la anterior vez-empezó a explicarle- tres en la tierra y
cuatro en el inframundo, los de la tierra están estrictamente vigilados, uno da
directamente al consejo, otro está en un pueblo indio abandonado de la mano de
Dios y otro bajo el mar, este último está tan sumergido que ni siquiera llega
la luz del sol-Tasia asintió y le preguntó por los portales del inframundo- el
inframundo es algo más complicado, el submundo esta divido en cuatro zonas, no
hay mucha información respecto a eso pero te contaré lo que sepa, cada uno esta
en el centro de cada zona, no se como funcionan la verdad, pero tanto los portales
del inframundo como los de la tierra solo sirven para viajar en dicho
territorio, para pasar de un mundo a otro tiene que ser mediante uno de los
cuatro portales creados por los Lementales, como ya sabrás, o bien por el mundo
de las hadas que es la unión entra el inframundo y la tierra,
Tasia guardó silencio recopilando todos los datos y
rogando que no se le olvidara. Lidia no volvería a explicárselo.
-hay una cosa que no entiendo-comentó Tasia en el
momento en que Lidia salía de la cocina, la siguió a través del salón para que
le contestara su pregunta -si podíamos viajar el inframundo por el mundo de las
hadas ¿por qué lo hicimos por el portal?
Lidia no dejó de caminar ni se giró pero al menos si
respondió.
-nadie, nunca, jamás, a cruzado de un mundo a otro por
la tierra de las hadas, viajar por ese portal es algo parecido a meterse en un
agujero negro, éste absorbe toda la energía de alrededor acumulándola en su interior, haciendo que sea imposible salir
de allí, el portal de las hadas es algo parecido, una vez que entras éste
sustrae toda tu magia, algo bastante doloroso según creo y por lo tanto resulta
casi imposible, por no decir totalmente imposible de que logres resistir la
energía que allí dentro se concentra y lograr traspasar hacía el otro mundo
-entiendo-dijo lentamente aunque en realidad era todo
lo contrario,lo único que había captado es que era peligroso intentar cruzarlo
y que nadie lo había echo jamás, más o menos esa era la idea más importante-que
pena que el consejo no este de nuestro lado podrías hacer un portal para ir
allí- se lamentó Tasia expresando sus pensamientos en voz alta sin darse cuenta
Iban por mitad del jardín y acababan de pasar por al
lado de la piscina cuando Lidia dejó caer todos los botes que llevaba en las
manos haciendo que casi todos se rompieran y dejaran escapar las especias y
hiervas que su abuela y ella guardaban. Tasia abrió los ojos sorprendida pero
no se movió, estaba esperando a que Lidia dijera cualquier cosa explicando el
incidente, no lo hizo, en cambio se dio la vuelta tan despacio y tan
rígidamente que parecía echo a cámara lenta.
-¿cómo sabes que el consejo apoya la idea de tu
abuela?al fin y al cabo, que nosotros no vayamos no beneficia a sus
planes-alegó tras varios minutos de silencio
-no lo se, solo era un suposición-contestó Tasia
frunciendo el ceño¿ a qué venía eso?
Pero cuando Lidia comenzó a sonreír lentamente casi de
forma diabólica Tasia echó un paso atrás temiendo lo que estaba pasando por su
cabeza en ese instante.
-Tasia, por una vez has echo algo útil
-gracias-replicó con brusquedad por su comentario-pero
me gustaría saber qué es lo que he dicho para que se te haya iluminado la
bombilla
-aremos un portal hacía el consejo y le contaremos lo
ocurrido, se pondrán de nuestro lado,
-lo aran porque a ellos no les importa lo que nos pase
-exacto, será esta noche a las dos o quizás a las tres , cuando todos se hayan acostado, lo
tendré todo preparado
-de acuerdo-estaba nerviosa y no le gustaba la idea de
desobedecer a su abuela pero mejor hacerlo para pedir ayuda al consejo que para
ir a enfrentarse a la hechicera sin respaldo alguno. Tenía que pedirle a Dani
que le explicara en que consistía el consejo y cómo debía comportarse ante
ellos. Desechó esa idea nada más le vino, no podía contárselo a Daniel.
Dejó a Lidia con sus planes y entró a desayunar. Se
hizo unas tostadas rápidamente y con un zumo de naranja se sentó en la barra a
comérselo, estaba distraída pensando en todos los problemas que podrían surgir
por llevar a cabo el plan de Lidia,1 acabar muerto,2, que alguno acabe muerto y
ella no, 3 salir vivos recatando a Aria y con suerte acabando con la hechicera
por el camino. Resopló ante ese pensamiento, no era tonta y sabía que las
posibilidades de que esto última sucedieran eran tan escasa como que empezara a
llover dinero.
Tan absorta estaba en sus pensamientos que no oyó a
David bajar las escaleras y colocarse a su espalda. La besó en el cuello. Tasia
dio un respingo pero no tardo en darse cuenta de quien era y se relajó en sus
brazos.
-buenos días- le dijo él abrazándola
-ahora sí lo son
Lidia entró en ese momento corriendo, los vio de reojo
pero no paró, entró en una de las habitaciones sacó varias hojas arrugadas y
volvió al jardín.
-¿aún sigue intentando romper el campo?-preguntó David
sin soltarla pero ya algo menos alegre
-mas o menos-contestó evasiva y se bajó del taburete
para meter el plato y el vaso ya vacíos en el fregadero
David notó al instante su actitud esquiva y le agarró
la mano para darle la vuelta y que lo mirara.
-¿qué ocurre?
Tasia miró hacía derecha e izquierda procurando que no
hubiera nadie a al vista antes de susurrarle en el oído.
-aquí no, ven a las caballerizas-dicho eso Tasia
comenzó andar y él la siguió
El establo no estaba muy alejado de la casa pero lo
suficiente para enterarse de si alguien se acercaba y de que no pudieran
escuchar las conversaciones ajenas. Por suerte Alaya había cubierto todo el
territorio contando con el establo y el gimnasio y eso les daba bastante
espacio para no sentirse totalmente encerrados.
-¿a qué viene tanto misterios?-se quejó David nada más
abrir las puertas de madera del establo y entrar dentro. Era bastante pequeño
con cuatro recintos para los caballos, de los cuales solo estaban utilizados
dos por una yegua y un caballo, y
otro llenó de heno para
alimentarlos.
-Lidia tiene un plan
-por qué no me extraña- puso los ojos en blanco procurando que no viera su preocupación ,sin
embargo, no estaba nada contento con la situación-cuenta
-veras, esta noche Lidia va a crear un portal para
viajar hacía el consejo, creemos que ellos no saben nada de la decisión de mi
abuela y que nos apoyaran para ir a por la hechicera
-cuando-exigió saber bastante cabreado
-esta noche
David respiró hondo pero no pudo aguantarlo y se giró
para estampar un puñetazo en una de las paredes de madera. Tasia se asustó de
tal arrebato y dio un salto hacía atrás sin dejar de mirarlo.
-¿no podíais dejar las cosas como estaban?-exclamó él
-¿pero qué te pasa ?tú anoche accediste acompañarnos
-sí Tasia, para protegeros, para protegerte, maldita
sea-maldijo él frustrado por la cabezonería de ella y de Lidia que no querían
entrar en razón- no te das cuanta de lo peligroso que es, Fiuri vio la muerte,
uno de nosotros morirá y por los arcángeles que crearon los poderes de que no
permitiré que seas tú
Tasia se sintió abrumada por su preocupación hacía
ella, y por primera vez, experimentó el miedo a que él resultara herido o
muerto, a no volver a verlo ni a poder estar cerca de él nunca más. Corrió
hacía David que estaba de espaldas a ella y se tiró a sus brazos abrazándolo
con todas sus energías. Él hizo lo mismo apretándola contra su cuerpo tan
fuertemente que apenas la dejaba respirar. Tasia enterró el rostro en su pecho
con los brazos agarrados a la cintura.
-lo siento, yo..yo no se que hacer- una lágrima
resbaló por su mejilla- no quiero que te pase nada, ni a Lidia, no podría
soportarlo, pero tengo que ayudarla, si a mi me hubiera ocurrido lo que a ella
me habría gustado no estar sola, tener a alguien que me apoyara y se que a ella le pasa igual aunque se
niegue aceptarlo -quiso seguir diciéndole todo lo que sentía pero empezó a
sollozar y no pudo parar
David la apretó aún más para que supiera que estaba
ahí apoyándola. Le acarició el pelo, los brazos, la espalda, hasta que el
llanto se convirtió en pequeños hipidos y separó la cabeza para permitir que él
le secará las lágrimas con suaves besos, luego la besó dulcemente, despacio,
acariciándola y reconfortándola, aunque no sabía si era para tranquilizarla o para
tranquilizarse él mismo.
-lo entiendo pequeña, solo me preocupaba por ti y ya
conoces mi temperamento, estaré contigo y saldremos de esta todos juntos
dándole su merecido a la hechicera y rescatando a Aria
Cuando ella había pensado eso mientras desayunaba se
había reído incapaz de creerlo pero ahora
era capaz de creerlo, con el cuerpo de David tan cerca y con la
seguridad con la que hablaba era capaz de creer cualquier cosa.
Alaya vio como su
vieja amiga pasaba las páginas de
un antiguo libro de la biblioteca, apenas había dormido por la noche nerviosa
por la situación, Elisa conocía a su
nieta y a los demás Guardianes, ellos no se iban a quedar sentados sin hacer
nada y aunque Elisa intentaba aparentar que estaba segura con la decisión que
había tomado, no lo estaba, sabía que no había echo bien en encerrarlos pero
quería mantenerlos a salvo, sinceramente, Alaya no creía que teniéndolos
atrapados en este campo de fuerza fuera a solucionar nada, no obstante, no la
iba a contradecir, eran amigas desde hacía muchos años, tantos que no recordaba
ningún recuerdo de cuando era joven sin ella, aunque no siempre había sido así.
Cometió muchas locuras en su juventud y sino fuera por Elisa no quería pensar
como estaría ahora. Quien iba a pensar que al final la ayudaría la mujer del
hombre que había estado enamorada desde su niñez. Las dos
habían jurado ser hermanas para siempre, solo se tenían la una a la otra
cuando eran pequeñas pero las dos se enamoraron de la misma persona. Alaya
sonrió recordando las peleas de gatas que habían existido entre ella y Elisa,
las dos habían luchado por Edward con uñas y dientes pero él se decidió por
Elisa, se enamoraron y Alaya no pudo luchar contra eso, sin embargo, tardó años
en darse cuenta, en llegar a perdonarlos y seguir viviendo. Cuando ellos se
casaron Alaya desapareció durante años y
se metió en demasiados problemas, mezclándose con quien no debía. No se dio
cuenta de en que se había convertido hasta que ya no había solución, tuvo que
caer en los más bajo para poder volver a subir. Pero si salió fue porque Edward
la encontró cuando estaba medio moribunda tras una pelea, la peor que ha tenido
nunca, ya que se quedó al borde de la muerte y ni siquiera recordaba porque
había comenzado. No solo fue Edward quien la ayudó, también Elisa , hizo
que volviera a ser quien era, a
recuperar el coraje y la esperanza por vivir. Hubo momentos muy duros cuando
los veía juntos, pero al final aprendió a vivir con ello, le estaba agradecida
a Elisa por perdonar todos los males que había causado cuando empezaron a estar
juntos y por tener su amistad después de ese incidente. Alaya jamás olvidó a
Edward, él había sido su amor y lloró sin consuelo cuando se enteró de su
muerte. Pero la amistad entre ella y Elisa permaneció intacta a lo largo de los
años, cuando le pidió ayuda no dudo en venir hacía aquí y creó el campo sin
preguntar.
-Alaya- la llamó Elisa por quinta vez
-perdona estaba distraída
-ya lo veo, te preguntaba si querías café
Elisa había dejado el libro de nuevo en la estantería,
no había encontrado lo que estaba buscando.
-sí, claro
Ambas bajaron a la cocina mientras Elisa le contaba
todo lo que habían echo estos Guardianes hasta el momento y las novedades sobre
las criaturas del mal y la hechicera.
-¿ya han viajado al inframundo?-preguntó Alaya
sorprendida
-oh, sí, pero por suerte solo tuvieron que ir a Kyrios
Alaya hizo memoria.
-ya recuerdo, Kyrios es la zona más “tranquila” del
inframundo ¿no?
-se puede decir que sí, la peor calaña se encuentra en
Widiox,
Habían llegado a la cocina y Elisa hacía el café
mientras Alaya se sentaba.
-estaba dividida en cuatro ¿verdad?, Kyrios, donde
residen los exiliados del mal, vaya los que no pudieron salir del inframundo
-sí-afirmó Elisa- luego está, Oricima, la tierra de
los rebeldes y los mares
-recuerdo que cuando fui Guardiana y empecé a estudiar
sobre el inframundo siempre soñaba con viajar por los mares de Oricima, los
libros los describen tan hermosos-suspiró con añoranza recordando esos viejo
sueños que ya creía olvidados
-luego esta Widiox- siguió diciendo Elisa, simplemente
por el gusto de hablar con ella sobre las cosas que habían echo de jóvenes- los
peores monstruos, ladrones, asesinos y todo lo malo se encuentra allí
-no todo- la contradijo Alaya- el peor mal de todos se
encuentra en Portia, la tierra desierta
-ni las peores bestias se atreven a pisar esa tierra,
allí encerraron al mal tras la gran guerra y toda la fertilidad de esa tierra
murió
Se hizo el silencio mientras las dos se miraban, luego
comenzaron a reír y reír sin parar.
-¿recuerdas nuestras aventuras?-preguntó Alaya entre
risas
-por supuesto, las tonterías que hacíamos y como
soñábamos con esa tierra a la que no podíamos ir
-nos atábamos sabanas al cuello y saltábamos de cama
en cama- y soltaron las dos una carcajada a la vez
Poco a poco la risa fue descendiendo hasta convertirse
en un mutuo suspiro.
-que tiempos-se lamentaron las dos a la vez
Elisa sacó el café del fuego, siempre lo hacía a la
forma tradicional no le gustaban las maquinas y lo sirvió en dos tazas.
-son muy jóvenes para haber viajado al
inframundo-comentó Alaya refiriéndose a Lidia, David y Tasia- aunque debo decir
que la bruja tiene un poder fuerte, notó en mi cada vez que ataca el escudo, y
es muy buena, me extraña que tenga tanto poder a plena luz del día siendo una
bruja de la oscuridad,
-ocurrió algo entre su hermana y ella, ambas gemelas,
pero una bruja de la luz y otra de la oscuridad, sus poderes están algo
mezclados entre ellas
-¿quieres decir que Lidia tiene cierto poder de una
bruja de la luz y viceversa?
-sí, es algo leve, pero curioso
-sí, sí que lo es- coincidió Alaya con ella-¿y el
chico que poder tiene?
Elisa sonrió enigmáticamente.
-puede curar y anular los poderes de otro ser mágico
tocándolo
-Dios mio, jamás he oído hablar de un poder
así-exclamó totalmente perpleja, y había quehacer mucho para sorprenderla
-extraño ¿verdad?, lleva con los Guardianes varios
años, antes estaba con otro grupo pero lo asignaron de pareja cuando
encontramos a Lidia ,y bueno ,luego se unió Tasia,
-¿si puede anular los poderes por qué no me ha tocado
para romper el campo de fuerza?-preguntó intrigada aunque creía saber la
respuesta
-ese chico es listo- dijo Elisa sonriendo, se veía a
las claras que estaba orgullosa de ese muchacho- no ha dado ni una clase desde
que esta bajo el consejo como Guardián pero a veces me sorprende todo lo que
sabe sobre la magia, el inframundo y las bestias, sabe que si te toca anulará
un conjuro que tú estés haciendo en ese momento pero el campo es un hechizo
echo sobre el terreno, al no hacerlo en el momento no surtiría efecto
-se que tú sabes eso, ¿pero él también?
-si no lo ha intentado es porque sí, además ,Lidia es
una bruja, también debería saberlo
-es un grupo interesante- señaló Alaya mientras le
daba vueltas a la taza- con grandes poderes y fuerza de voluntad, por no decir
que están unidos entre ellos,-suspiró con tristeza- Elisa tú no has visto los
entrenamientos de los nuevos Guardianes
-¿a qué te refieres?ya sabes que yo formo parte del
consejo,planificó las misiones de los Guardianes pero nunca he tenido nada que
ver con los entrenamientos, tú eres la maestra, y una muy buena, toda hay que
decirlo
-gracias-le sonrió-pero no estoy tan segura de ser
buena profesora, compiten entre ellos Elisa, los grupos siempre deben estar
unidos pero los que están en el internado no conocen la palabra equipo
-explícame eso-le pidió Elisa sorbiendo de su café
pero sin apartar la mirada de Alaya
-son unos malcriados, los niños que ahora están en el
internado son de las mejores familias, los que llevan más años con los
Guardianes y los que más dinero tienen
-siempre ha sido así
-pero no como ahora, antes quien quería entrar podía
pero muchos preferían aprender apartados de ese mundo, como tus chicos, pero
ahora las plazas son limitadas, y lo peor es que una vez al año los veteranos
del internado pelean para ser el mejor, les da igual si luchan contra los de su
equipo simplemente quieren vencer
-he oído hablar de eso, desde la muerte de Edward
apenas formo parte del consejo pero esa nueva forma de evaluar a los alumnos ha
sido muy comentada por todos los participantes del consejo
-como mujer de Edward y antigua Guardiana tienes todo
el derecho de ser parte del jurado del consejo- le informó Alaya, aunque estaba
segura de que su amiga sabía eso de sobra
-lo se, pero no es esa mi intención, aunque no debo
negarte que cuento con bastante influencia, aunque eso no tiene relevancia
alguna en este momento, cuentame más sobre esa nueva forma de enseñanza, hacer
que los Guardianes se maten entre si, deben de aprender mucho de esa manera- le
comentó irónica
-si tu marido siguiera vivo no abría permitido eso,
-dijo suspirando, pero no se entretuvo en un tema tan doloroso para
ambas-apenas lleva haciendo ese concurso unos años, y en los dos últimos a ganado
Jeray Alcalá
-Alcalá-exclamó Elisa ofendida- hijo de Miguel Alcalá,
el jefe del consejo en este momento
-exacto
-no me extrañaría que lo alentase para que luchara con
cualquiera que se le acercará, cerdo prepotente- dijo Elisa molesta por el
recuerde de ese hombre
-de él fue la idea de ese nuevo entrenamiento- la
última palabra la pronunció como si fuera un insulto- y lo mejor es que será en
un par de días y tengo que volver, yo cuido de los chicos antes de que entren
en la arena
-¿la arena? Como si fueran los tiempos de los romanos,
seguro que Miguel se pone en el centro
para dar inició a ese entrenamiento o como se llame, subido en un palco para
mirarlos a todos desde arriba, con lo bajo que es él
Alaya soltó una risita por lo bajo al ver el enfado de
Elisa, pero no pudo aguantar la risa cuando esta se puso a imitarlo.
Cuando las dos se relajaron fue Alaya quien comenzó
con las malas noticias.
-sabes lo que dicen los chismes referente a lo que
Miguel tiene entre manos
-no se si quiero saberlo- resopló Elisa
-quiere a tu nieta, que aparezca un nuevo Lemental y
no esté en la escuela es discutido por todos
-no pienso llevarla al internado, vivirá como una
persona normal, al menos en todo lo que
pueda
-lo se, y la verdad es que yo habría echo lo mismo,
más aún después de haber vivido en nuestras carnes lo que es el internado,
también tengo que decirte que no es ni la mitad de malo que era en nuestro
tiempos,
-menos mal, se que tú no permitirías que se
tratasen a los niños como lo hacían con
nosotras
Alaya asintió y volvió al tema de Tasia y el director
del consejo
- Miguel cree que teniéndola bajo su techo podrá
controlarla,-le advirtió para que fuera
con ojo, el poder de un Lemental era muy codiciado
-gracias por el aviso, estaré atenta- aseguró Elisa
Las dos se sumieron en sus pensamientos haciendo que
toda la sala quedará en silencio. Ninguna dijo nada pero las dos sabían en que
pensaba la otra, que iban a hacer con la hechicera y esos tres chicos con tanto
poder y tantas ganas de hacer justicia como la que ellas tenían de jóvenes.
(flashback Elisa y Alaya hace 50 años en el internado)
-vamos Elisa me prometiste que irías conmigo
Elisa abrió un ojo y lo volvió a cerrar, no quería
salir de la cama solo para acompañar a esa pequeñaja. Hacía mucho frió y si alguna
monja las veía se la iban a cargar.
-por favor, por favor- le rogó Alaya subiéndose en la
cama y zarandeándola
Al fin Elisa decidió levantarse. Sabía que si no hacía
lo que le pedía no la dejaría en paz en toda la noche.
-sabes que si nos pillan será mi culpa- le regañó
Elisa mientras se ponía las zapatillas y cogía el abrigo
-les diré que fue idea mía
-eso no les importa, yo soy la mayor además tu padre
siempre te libra de los castigos
-no es verdad- se quejó enfurruñada cruzando los
brazos en el pecho- además solo me sacas cinco años
Elisa puso los ojos en blanco pero acabó sonriendo,
esa niña era la única que seguía viendo el mundo a través de un cristal rosa,
algo que parecía un milagro viviendo en ese internado.
-anda ve a ponerte algo encima
La pequeña de cinco años asintió y fue a su lado de la
habitación para buscar un jersey gordo y ponérselo encima. Elisa resopló al ver
como se liaba con las mangas y se le enredaba el pelo en uno de los botones
delanteros.
-deja que te ayuda anda
Le metió las mangas correctamente con rapidez pero
desenredar el pelo era otra cuestión.
-podrías cortarte el pelo- le aconsejó con acritud
Alaya la miró con los ojos abiertos de horror.
-jamás me cortare el pelo- afirmó agarrando un mechón
con sus finas manos y apretándolo con todas sus fuerzas
Elisa sonrió. Al fin habían acabado de ponerle el
jersey.
Salieron de las habitaciones comunes y pasaron por el
pasillo de puntillas. Alaya agarró con fuerza la mano de su amiga mayor al oír
un ruido detrás suya.
-una monja- le susurró Elissa- por aquí
Empezaron a correr por el pasillo intentando hacer el
menos ruido posible, Elisa tiraba de Alaya ya que la pequeña de cinco años
apenas podía mantener el ritmo. Los pasos seguían detrás y no tardarían en
encontrarlas. Elisa abrió un armario y metió a Alaya dentro con brusquedad,
luego se metió ella y cerró con mucho cuidado mirando por el ojo de la
cerradura como la monja se paraba justo en la puerta del armario. Contuvo la
respiración apretando la mano de Alaya para que no emitiera un solo ruido.
Después de varios segundo que parecieron la eternidad para las dos pequeñas
,escucharon los pasos de la monja alejarse. Esperaron varios minutos con los
corazones en la garganta antes de atreverse a salir. Alaya no lo sabía pero si las
pillaban fuera de la cama a tan altas horas de la noche Elisa recibiría varios
correazos en la espalda.
-vamos antes de que le dé por mirar en las
habitaciones
Alaya asintió sin soltarle la mano y manteniendo un
pequeño paquete en la otra. Tropezaba al intentar seguir el paso de Elisa pero no se quejaba.
Una vez llegaron al jardín relajaron el paso y se permitieron descansar un poco
para recuperar el aliento. Al final del patio trasero estaban las jaulas con los
perros, allí era donde se dirigían. Los perros comenzaron a ladrar nada más
verlas y si seguían haciendo ruido despertarían a los demás.
-hazlos callar Alaya
La pequeña echó a correr hacía la jaula y abrió el
paquete, dentro había comida, que empezó a repartir rápidamente entre los
perros. Abrió la verja y entró.
-ten cuidado- le advirtió Elisa asustada ,cerró los
ojos al sentir un leve mareo, luego las imágenes surgieron en su mente una tras
otra, era una visión- corre la monja no va a tardar en ir a las habitaciones
Alaya asintió y pasó entre los perros Doberman como si
de conejos se tratasen. Llegó hasta el final, donde uno de esos perros estaba
tumbado en el suelo, no podía levantarse debido a su pata herida, el
veterinario había dicho que nunca volvería a recuperarse del todo y al día siguiente
iban a sacrificarlo, ya no servía. Alaya le enseñó la comida para que el perro
la siguiera pero la herida estaba aún muy reciente. Elisa entró ,y entre las
dos consiguieron sacar al perro. Medio arrastrándolo lo llevaron hasta el
agujero entre las verjas que Alaya había echo con sus poderes. Fue en un
arranque de furia cuando se enteró de que iban a matar a su perro favorito, y
gracias a ese agujero podrían sacarlo y
ocultarlo. Lo escondieron entre unas raíces de un viejo árbol oculto a simple
vista. Alaya le dio la comida que había
reservado para él y se despidió dándole un beso en el hocico, el perro se lo
devolvió con un lametazo que dejó la mitad de su rostro lleno de babas. Alaya
corrió hasta Elisa y la abrazó llorando.
-¿estará bien?
-por supuesto- le aseguró Elisa conteniendo las
también las lágrimas, no sabía que le sucedería al perro
-¿y el agua?¿cuando tenga sed que beberá ?
-mañana va a llover, lo he visto , ahora vámonos
Las dos echaron a correr hacía el interior del
internado levantando sus camisones blancos para que no se mancharan y las mojas
no se dieran cuenta de su culpabilidad.
Mañana antes del sol tenían que estar levantadas, empezaban otro
entrenamiento sobre magia. Echó la mirada hacía atrás vigilando que la pequeña
manteniera el paso y no se quedara muy atrás,
no quería pensar en el día que Alaya abriera lo ojos y se diera cuenta
de lo cruel que era el mundo en que vivía, sería un duro golpe.