FUEGO-capítulo 10 (leyenda)

Cuando Elisa entró en el cuarto de su nieta mayor ya era de noche.

-se puede-preguntó dando varios golpes suaves en la puerta

-claro, entra y sientate

-¿has terminado de hablar por el móvil?

-si, es que Cintia se enrolla como las persianas

Después de comer Tasia había llamado a Cintia para contarle lo que había pasado.

-que suerte tienes, yo no conozco a niños guapos con súper motos todos los días-le había dicho su amiga

-no exageres

-espera te voy a repetir tus palabras, rubio, ojos verdes, sonrisa perfecta, labios perfectos ,culo perfecto

-ey lo último no lo dicho-protestó Tasia

-no pero seguro que lo has pensado, en fin-dijo soltando un suspiro-¿le pediste el número del móvil?

-pues se me olvido

-¡que! ¿Es que yo no te he enseñado nada?

 Y así se pasaron las horas.

Miró a su abuela que estaba bastante seria y empezó a preocuparse

-abu ¿Qué pasa?-

-no se como decirte  una cosa

-¿le ha pasado algo a alguien?-pregunto cada vez más inquieta

-no, tranquilízate todos están bien, es sobre lo que te ha pasado hoy

-¿en el recreo?¿lo del fuego?

-si, entre otras cosas

-dilo ya abuela- se quejó impaciente

-empezare por el principio y no digas nada hasta que termine- le advirtió señalándola con un dedo

Ella asintió

-hace quinientos años la balanza del bien y del mal se desequilibró ,desgraciadamente fue en beneficio del mal. El gran mal era una criatura que tenía demasiado poder y poco a poco estaba apoderándose de todo. Los humanos se percataron de eso e intentaron derrotarlo aunque todos sus esfuerzos fueron inútiles. Veían como sus fuerzas disminuían y su gente moría sin poder hacer nada, entonces , un vidente tuvo una premonición.

-¿Qué vio en la premonición?-preguntó sin poder evitarlo

-no quiso contarlo, solo dijo que la única manera de derrotar al mal era mediante una antigua profecía-levanto la mano para callar a su nieta que se disponía hacer otra pregunta-la profecía decía :cuando el día se convierta en noche, el gran mal hallará todo su poder. Oscureciendo los corazones de los mortales para siempre, pero si queréis la luz en vez de la oscuridad solo tendréis una oportunidad. Vuestra esperanza se encuentra dividida en  cuatro espíritus inmortales que vagan por la tierra y solo cuando los cuatro sean uno, la luz vencerá sobre la oscuridad. Después de escuchar esas palabras todos buscaron a los cuatro espíritus. Tardaron años en encontrarlos, años en los que el mal se hacía más fuerte,pero lo consiguieron y  los espíritus decidieron ayudar. Los cuatro dejaron de vagar y se transformaron en un cuerpo humano con el poder de los  todos juntos. Al final hubo una gran guerra y con los poderes de los espíritus de su lado el bien ganó

-como todas las historias-dijo Tasia

-pero esta no acaba aquí, cuando todo pasó, las personas hicieron grandes fiestas durante semanas  y una noche el antiguo vidente tuvo otra premonición: pero la lealtad sobrevivirá y cuando la sangre de los guerreros corra en la noche sobre la tumba del mal, este retornará y la balanza caerá. El anciano supo que ese era el final de la profecía he intento avisar al consejo, pero nadie le escuchó, todos celebraban su victoria y no querían pensar en nada más.

-¿entonces que pasó con el vidente?

-lo hallaron asesinado al día siguiente. El espíritu al ver el cadáver del anciano quiso saber lo ocurrido y le contaron la profecía que nadie quiso escuchar, este se enfadó  muchísimo pues  gracias a el vidente todos los seres mágicos y los humanos seguían con vida y al no escucharlo y no advertirle a él se sentía traicionado

-¿ peroQué significaba la profecía?

-Tasia te dicho que no interrumpas- le dijo su abuela algo malhumorada

-no lo hago más ,sigue- le contestó su nieta que no quería perderse el final de la historia

-el espíritu le contó al consejo el significado de  la profecía: si algún brujo conseguía que la sangre de él, se derramara por las antiguas tumbas el mal reviviría. Todos se mostraron asustados, si alguien conseguía capturarlo y matarlo el mal volvería y se pusieron a buscar una solución aunque nadie la encontró, solo el vidente era capaz de encontrarla y ahora estaba muerto. Entonces el espíritu decidió actuar por su cuenta y desapareció. Lo encontraron muerto en el mar, se había tirado por un acantilado y con su muerte liberó a los espíritus de su cuerpo para que nadie consiguiera la sangre de los guerreros. Cada uno de los espíritus vago por la tierra muchos años pero no olvidaron al guerrero en que se habían convertido y ahora envidiaban la vida de los mortales . Decidieron reencarnase en un cuerpo humano ,diferente cada uno, aun sabiendo que dejarían de ser inmortales. Antes de morir crearon una sociedad secreta para proteger a los humanos y asegurase de que el mal no reviviera ,se llamaron así mismos los Guardianes, y otorgaron poderes a cada unos de los Guardianes que se unieron a ellos-soltó un suspiro-tu eres un guardiana.

-espera, ¿me estas diciendo que tengo poderes?¿que esa historia ocurrió de verdad?- le preguntó perpleja

-sí

Tasia se quedó callada intentando encontrar  un significado a todo. “tu eres una guardiana” le había dicho, ¿como podía ser?, solo era una historia para contar a los niños, no podía ser real.

-abuela, por mucho que quiera creerlo eso es imposible

-piensa un poco, siempre te han ocurrido cosas extrañas ¿o no?

-si, pero..

-¿Cómo explicas las sombras?¿tus sueños?-le cortó Elisa

-¿las sombras tiene que ver con esto?

-sí, además nunca te has quemado ¿o me equivoco?- siguió diciendo su abuela

Tasia nunca se había puesto a pensar pero tenía razón, nunca se había hecho ninguna quemadura, de ninguna clase.

-la verdad es que no

-hay tienes la prueba, tu poder es el fuego

-no puede ser, es que no puedo creerlo-dijo negando con la cabeza una y otra vez

Elisa se levantó de la cama y salió de la habitación mientras se quejaba sobre los adolescentes de hoy en día. Volvió a entrar apenas un minuto después con un mechero en la mano. Cogió la mano de su nieta y la acercó al mechero. Tasia no paraba de moverse para que la llama no la tocase. Una cosa era decir que no se había quemado y otra muy distinta comprobarlo.

-¿pero abuela que haces?-casi gritó

- quieres quedarte  quieta-y con un movimiento rápido paso el mechero por el brazo de su nieta

-no, no me quema-dijo perpleja mientras veía la llama tocando su brazo

-haber si aprendes que tu abuela siempre tiene razón-dijo sentándose otra vez en la cama y observaba como Tasia se miraba el brazo sin parar -¿te has convencido ya?

-supongo, es algo difícil de asimilar-después de un rato calló en la cuenta de algo-¿Cómo es que tu sabes todo eso?

-yo era una guardiana y tu abuelo también

-¡que!-eso se pasaba de castaño oscuro, una cosa era que existiera la magia y todo ese rollo y otra muy distinta es que sus abuelos hubieran tenido un vida secreta y luchasen contra el mal, era increíble, esto no se veía ni en las telenovelas.

-no te extrañes tanto, yo también fui joven- alegó su abuela divertida por lo estupefacta que estaba Tasia

-¿tu que poder tienes?

-no es un poder exactamente, soy vidente

Tasia abrió los ojos como platos “esto no puede ser cierto” se decía así misma

-¿y..y el abuelo?

Elisa esbozó una sonrisa dulce al recordar a su marido. Llevaba muerto tres años y aun no podía superarlo ,aunque tenía que ser fuerte, eso es lo que él habría querido.

-el mismo que tu-hizo una pausa para tomar aire-ahora entiendo porque siempre os entendíais tan bien, siempre fuiste su favorita.

Tasia se acordó de su abuelo y pensó que por mucho que quisiera a su abuela, nunca había tenido esa sensación de plenitud que tenía con su abuelo Edward. Con él nunca le hacía falta decir lo que pensaba pues él la entendía con una mirada, siempre fue su aliado para hacer travesuras y si la pillaban la defendía delante de sus padres “ cosas de críos” decía siempre, luego cuando estaban solos le guiñaba un ojo y le daba más galletas “nunca cambies, princesa” ,nunca olvidaría la última vez que le dijo esas tres palabras, hace tres años cuando se encontraba a punto de morir y ella le prometió que no.

No se dio cuenta de que estaba llorando hasta que dos lágrimas corrieron por sus mejillas. Se las secó con el brazo y miró a su abuela, la que intentaba inútilmente no llorar.

-las dos lo echamos de menos-dijo esta antes de salir de la habitación.