FUEGO-capítulo 8 (yo no he sido)

Los días siguientes pasaran muy tranquilos. Tasia no dejaba de preguntarse porque Elena no había aparecido  desde la fiesta . Pero siendo sincera  se alegraba, sin ella, sus admiradoras no molestaban. Uso ese tiempo para pensar y se dio cuenta de que Sergio no era tan importante como creía, lo echaba en falta eso no podía negarlo pero lo que más le dolía era haber sido tan tonta de que la engañase, ahora miraba atrás y se preguntaba si esos días que anulaba sus citas porque tenía que ayudar a su padre o que cuando llegaba tarde era debido a Elena, tener esa incertidumbre  la estaba royendo  por dentro. No, ya no sentía lo mismo y ese sentimiento que había tenido por él ahora no era más que desprecio. Y aunque no vio más sombras en ese tiempo si tuvo pesadillas, como la noche anterior.

 Se levantó en mitad de la noche con  una de esas pesadillas. Salió de la cama y paseo por la habitación ,le temblaba todo el cuerpo y le costo varios minutos poder relajarse. Siempre le pasaba igual cuando soñaba con las sombras, y esta vez no había tenido ayuda de la chica, o del chico de ojos verdes. Se sintió muy cansada como si le hubieran quitado las fuerzas, pensó en llamar a Cintia para poder hablar con alguien pero por mucho que rebusco por el cuarto no encontró el móvil, y al final ,se dio por vencida. Decidió leer un poco del libro que tenía sobre la mesita. Suspiró y lo abrió por la página donde lo había dejado.

-haber si con esto puedo dormir

Pero aun así no consiguió conciliar el sueño hasta varias horas después

A la mañana siguiente era miércoles y Elena había aparecido otra vez pero no se molestó en pasar por su lado, no sabía como reaccionar si le soltaba otro de sus comentarios, pero por mucho que intento evitarlas no pudo hacer nada cuando la abordaron  en el recreo.

-parece que ya no tienes ganas de pelea- le dijo Elena con suficiencia mirándola con cara de asco

-¿para que?¿para ponerte el ojo igual que la nariz?-

De verdad que no tenía ganas de escucharla ni de pelearse, estaba totalmente cansada por la falta de sueño pero esa niña sacaba lo peor de ella.

-no creas que tendrás tanta suerte

-Elena cierra la boca y déjame pasar- respiro profundamente para no atizarle otra puñetazo

-parece que tendremos que dejarte un par de cosas claras

Y acto seguido alargo el brazo  por encima de la cabeza de Tasia y le arrojo el zumo de melocotón. Todo el líquido cayó sobre el pelo y la ropa de Tasia. Cintia que lo había visto todo desde el otro lado corrió a agarrar a su amiga de los brazos para que no se tirara sobre Elena.

-contrólate ,si lo haces te expulsaran y ella gana- le susurró para que solo lo escuchara Tasia

Pero Tasia no la escuchaba solo intentaba zafarse de los brazos de su amiga, no sabía que iba hacer pero esto no iba acabar aquí. Un minuto después se dio cuenta de que dos amigos más la estaban agarrando también, e intento tranquilizarse, aunque solo pensaba en como devolvérsela. ¿que tenía Elena contra ella? No podía dejarla en paz, tan solo eso, como si no existiesen, pero no, la barbie escuchimizada tenía que dar por culo y Dios como quería arrancarle esa mirada de superioridad. Entonces el bote de zumo que tenía Elena empezó a arder ,esta soltó un grito y lo dejo caer al suelo, pero ya era demasiado tarde y todos vieron las quemaduras que se había producido en su mano. Tasia no sentía pena, si había estropeado su dulce piel por...bueno no sabía que había pasado pero que se aguante. Cuando se tranquilizó miró como terminaba de quemarse el bote. Al igual que hacían todos los presente  sin saber que había ocurrido. Se mordió el labio intranquila y pasó la mirada de Elena al zumo y del zumo a Elena.

-¿Qué demonios ha pasado?-le pregunto Cintia cuando estuvieron solas en el baño

-no tengo ni idea

-¿Cómo que no? lo has hecho tu- le recriminó su amigo aunque no era con mala intención estaba terriblemente nerviosa

-¿Cómo voy hacer yo eso?- 

-no lo se ,pero parecía que estabas en trance

-¿me ha visto alguien más?-preguntó preocupada, no le apetecía que creyesen que era un loca y no solo eso, cuando había ocurrido ella estaba deseando que le pasase algo solo quería devolverle el golpe ¿era posible que ella hiciera eso? No, no lo creía tenía que haber una solución lógica y normal

-creo que no- le respondió su amiga tocándose la barbilla pensativa

-bien, me voy a mi casa-

-tia tu casa esta lejísimos- se quejó su amiga

-mejor más tiempo para pensar-no era la primera vez que le ocurría algo así, pero se negaba a creer que tuviera algo que ver con ella

-llámame cuando decidas lo más mínimo

-vale, si encuentro mi móvil- y le sonrió para tranquilizarla

Se colgó la mochila  y salió del baño con cuidado para que no la viera ningún maestro, hacía rato que había tocado la campana y se la veían haciendo pellas se llevaría un buen castigo. Salió al patio  y llego hasta el final de la pista donde había una valla, tiró la mochila por arriba y luego saltó ella

-podrías hacerte daño

No se dio cuenta del chico que la miraba desde el otro lado de la calle hasta que le habló.

-no es la primera vez que lo hago- le contestó, volvió a colgarse la mochila pasando de él

Él se levantó y cruzo la calle hasta donde estaba ella

-soy David ¿y tu?- le preguntó sonriendo

-Anastasia

David se acerco y le dio dos besos, cosa que sobresalto a Tasia, pero había algo familiar en él y no se movió

-encantado de conocerte

-igualmente, pero tengo que irme ,por si no te has dado cuenta huelo a melocotón y no es por gusto.

El sonrió burlescamente y lo único que le vino a la cabeza  a Tasia fue “dios que sonrisa tan perfecta”

- a mi me gusta el melocotón, ¿tienes prisa?

-bueno..no- contestó dubitativa, no tenía prisa pero que iba hacer ella con un niño que no conocía de nada, por muy guapo que fuera

-¿Por qué no te sientas un rato?- le preguntó él dando golpecitos en el banco al lado suya

Ella dudo un poco pero al final se sentó a su lado, tenía algo que la hacía estar tranquila, segura, no sabía como explicarlo y no podía evitar pensar que era guapísimo

-¿Por qué saltabas?¿es que no hay puerta?

-si, pero no nos dejan salir

El la miró de soslayo y volvió a sonreír

-así que saltándote las clases ¿en?

-pero esto era un caso urgente- y señalo el cabello sucio

Los dos rieron y Tasia se permitió mirarlo mejor, era rubio y estaba bronceado, con unos labios carnosos pero esos ojos, no puedo apartar la mirado de ellos, ese verde tan intenso, ,eran como los de su sueño, exactamente iguales. Se levanto de un salto. No había conocido a nadie que tuviera unos ojos tan brillantes como esmeraldas¿ había sido un coincidencia su sueño?

-¿ya te vas?-le preguntó David mirandola extrañado

-si-contestó ella moviendo sus manos nerviosamente-, tengo que ir a mi casa se me ha hecho tarde

-parece que algo te ha sobresaltado

Ladeó la cabeza un poco y la miró intentando averiguar la respuesta. Tasia tenía la sensación de que esos ojos podían ver en su alma.

-no-dijo demasiado rápida

-¿Qué es?

-bueno…tus ojos

El sonrió divertido

-¿Qué pasa con ellos? Son muy corrientes

Ese comentario la distrajo de su sueño y arqueó una ceja

-¿corrientes? Ese no es el adjetivo con el que los calificaría, impresionantes o abrumadores les vienen mejor

-entonces debería entender que mis ojos te fascinan- y sonrío pícaramente él muy canalla

Tasia se maldijo por hablar tanto

-bueno, un placer conocerte pero tengo que irme

David la dejó cambiar de tema y optó por intentar pasar un poco más de tiempo con ella

-¿vives muy lejos?

-un poco- “¿por qué leches sigo aquí parada?”

cuando sus pies comenzaron a moverse para irse David volvió hablar.

-entonces yo puedo llevarte, tengo hay la moto

-no creo que sea buena idea

-¿te da miedo montar?-pregunto él levantando las cejas y moviéndolas varias veces

-no, pero no te conozco

El andó hasta su moto y a Tasia se le salieron los ojos

-¿es un R6?dios eso si que es un moto

-si, veo que sabes algo de motos-el sonrió como un niño pequeño y Tasia se acerco a la moto inconscientemente

-mi padre es mecánico y adora las motos se ve que lo he heredado, David¿ Qué edad tienes?

-19,-la miró a los ojos y señaló la moto-¿entonces que?¿montas?

Tasia sabía que no estaba bien pero la tentación de montar en esa moto y con David era demasiado grande. Él montó en la moto y le alargó la mano

-vamos, confía en mi

Y aunque no sabía porque, confió en él. Agarró su mano y se montó detrás sujeta  a su cintura.

-No tengo dos cascos, pontee tu el mío -se lo pasó y una vez colocado se lo abrochó-una cosa más, ¿ Dónde vives?

-ya te iré indicando

Por una vez Anastasia agradeció vivir tan lejos, no quería que acabara el viaje. Había momentos en los que iban despacio y hablando y otras él aceleraba la moto a petición de Tasia. Él no podía negarse, le encantaba oír su risa, pero llegaron a su destino y tuvieron que despedirse.

-supongo que es un adiós-dijo Tasia algo cortada

-es un hasta pronto, tengo la sensación de que nos volveremos a ver-y sonrió

-eso espero-pensó, pero cuando volvió haber la sonrisa pícara en su rostro supo que lo había dicho en voz alta. Roja como la grana y volviendo a maldecir subió a su casa.