jueves, 29 de septiembre de 2011

FUEGO-capítulo 12 (esto es una cita )

Los segundo parecían minutos, los minutos parecían horas y las horas la eternidad. Tasia miraba su reloj cada cinco minutos ,quería salir ya de clase pero parecía que el día no terminaba y lo peor era la mirada de Sergio que no le quitaba ojo. Al fin tocó la sirena  y salió disparada de clase. Javi la miraba extrañado pero se abstuvo  de preguntar ,cuando estaba de ese ánimo era mejor no intervenir.

Sergio salió  de clase lentamente, no fue directo a su casa ,si no  que se dirigió a un pequeño parque muy poco concurrido. En el primer banco estaba la chica con la que había quedado.

-¿lo has traído?-le pregunto la chica moviendo su melena rubia hacía atrás
-no he podido
En cuanto terminó la frase ,la expresión apacible y tranquila de ella cambió rápidamente a una furia contenida que ardía en sus ojos.

-era una tarea muy fácil ¿Cómo que no has podido?
-ha salido demasiado rápido y no quiere  hablarme
-pues solucionalo
-claro-dijo agachando la cabeza y cuando la levantó  la chica ya estaba caminando al otro lado de la calle.

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-Tasia, Tasia  yo también quiero ir contigo y la abuela-gritaba Laura mientras le tiraba de la camiseta
-no puedes
-¿Por qué?
Elisa que salía de la cocina se agacho a su lado y le dijo al odio
-tengo que pasar un poco de tiempo con tu hermana porque se ha puesto celosa de que esté siempre contigo, además pensaba traerte una sorpresa
Le guiñó el ojo  y la pequeña  se lo devolvió como pudo. Feliz de saber que su abuela le iba a traer un regalo corrió a su habitación para seguir jugando con sus muñecas.

-¿abu a donde vamos?-le preguntó cuando cerraron la puerta
-¿no querías saber más sobre los dones? pues te lo voy a mostrar
Tasia asintió algo nerviosa. Aún no había asimilado que tenía un “don” como lo llamaba su abuela y no podía hablar con soltura sobre eso sin sentirse extraña.
Montaron en un taxi y Elisa dijo a una dirección que Tasia no conocía. Después de casi una hora de viaje llegaron a su destino. Tasia fue la primera en bajar del coche y no se esperaba  que llegarían a un descampado con varios coches abandonados. Había algo de hierba pero todo era arena y piedras , solo estaban ellas dos y no se escuchaba nada, el ruido de la ciudad se convirtió en apenas un murmullo de sirenas y gritos en la distancia. Después de  pagar al taxi y decirle que volviera en dos horas Elisa se giró hacía Tasia y le pasó el brazo por los hombros.
-hoy vas a aprender a manejar tu poder, te ayudare como pueda aunque el experto era tu abuelo.-miró alrededor con ojo crítico y cogió aire-lo primero es controlarlo y cuando tengas eso dominado podrás crearlo .
Se acercó a uno de los coches que había cerca de ellas, era un citroen oxidado  que en sus buenos tiempos había sido negro, o eso creía Tasia. Mientras lo miraba su abu sacó varias antorchas del coche y las colocó en medio del descampado y con el mismo mechero con el que intentó quemarla la otra noche y las encendió.

-ahora tienes que concentrarte todo lo que puedas e intentar mover el fuego o apagarlo, lo que a ti se te ocurra, piensa que es tu elemento y que tienes que estar cómoda con él- e explicó su abuela pacientemente

Tasia lo intentó pero al igual que con Cintia no ocurría nada. Lo volvió a intentar una y otra vez pero sin resultado. Lo único que consiguió fue un dolor de cabeza, otra vez.
-¿seguro que soy yo la que tiene este poder?
-pues claro que eres tú- contestó su abuela terca
-abuela esto es desesperante por más que intento no puedo
Elisa se frotó la barbilla pensativa
-creo recordar que tu abuelo Edward decía que las emociones influían en vuestros poderes ,la ira es el mayor estimulante pero si lo consiguieras no podríamos controlarlo y no es buena idea crear un incendio así que piensa en algo que te haga feliz
-¿la nueva temporada de tacones?
-se que eso te haría feliz-dijo Elisa poniendo los ojos en blanco-pero piensa en algo más intenso, un recuerdo tal vez
Aunque Tasia quería mucho a sus padres  el recuerdo que le vino a la mente fue de hace cinco años, con su abuelo. Estaban en la casa de campo, sentada bajo un roble con Edward y observaban como su hermana Érica y su abuela traían una limonada para sentarse con ellos. Desde la muerte de su abuelo no habían vuelto a la casa de campo. Echaba de menos sentarse en el balancín del porche con las galletas de chocolate que siempre hacía su abu.
Miró la antorcha y se concentró en el recuerdo bajo el roble, oyendo la brisa del viento sobre las hojas. No era alegría lo que sentía si no una paz inmensa. Se concentró en esa paz, en esa sensación y se dejó llevar por sus instintos. Entonces la llama empezó a crecer, no estaba nerviosa, sentía  como el fuego corría por sus venas y entendió porque siempre había estado unida a su abuelo. Las manos se movían solas haciendo figuras con el fuego dependiendo de sus sentimientos  .No tardo en notar  como se consumían sus energías y cayó al suelo de rodillas. La llama que había creado su abuela en la antorcha  y que ahora flotaba en el aire se apagó.
Elisa corrió a ayudar a su nieta, no creía que pudiera hacer tanto en su primer entrenamiento  y pasó unos instantes horribles antes de llegar junto a ella. Pensaba que habría sido demasiado para su nieta, pero luego recordó que no era una persona fuerte y que sin duda Tasia podría afrontar la responsabilidad de sus poderes.

-¿estas bien, mi niña?
-sí-le contestó mirando la cara de miedo de su abuela-, un poco cansada pero…
-¿pero que?-la interrumpió su abuela muy preocupada.
La ayudó a levantase mientras que Tasia no paraba de mirarse la manos como si fuera la primera vez y nunca antes las hubiera visto.
-me siento bien, mejor que bien. Estoy muy cansada pero a la vez relajada. ¿has visto lo que he hecho?
En esos instantes era un cúmulo de emociones y sentimientos confusos pero estaba totalmente feliz, era como si su cuerpo hubiera estado sometido a presión y  esperado todo este tiempo para liberarse y ahora estuviera totalmente completa.
-para no verlo, has hecho que la llama sea diez más grande de lo que era. Ni tu abuelo tubo tanta fuerza las primeras veces.
-me habría gustado que estuviera aquí-dijo con el recuerdo aún en la mente
-y a mi pequeña, y a mi

No tardaron en irse de allí y en cuanto Tasia salió de la ducha  se tiro rendida en la cama. No recordaba haber estado tan cansada. Pero antes de cerrar los ojos chasqueó los dedos y salió una pequeña llama de sus dedos. Sonrió y separó los dedos haciendo que se apagara “no es tan difícil-pensó  irónicamente-si me relajo”


A la mañana siguiente  se levantó con nuevas energías y por una vez en mucho tiempo llegó temprano a la parada del autobús. Se aguantó las ganas de contarle a Cintia lo que había conseguido hacer ayer, al menos hasta que pudiera hacerle un demostración.
Cuando esta vez volvió a ver entrar a Sergio en clase no se sorprendió, aunque si le molestó de que no parara de mirarla y lo conocía lo suficiente  para saber que buscaba algo, a pesar de que  no tuviera idea de que podía  ser ese “algo”.
En el recreo Cintia se fue a su casa con la excusa de tener dolor de cabeza pero la  verdad era que tenía una examen a la hora siguiente y no había estudiado.Como Leila estaba absorta con su nuevo noviazgo se levantó del banco y fue a dar una vuelta. Hacía calor y se quitó la chaquetilla roja que llevaba puesta. Pronto llegaría el verano y con él, también llegaría el fin de las clases .Estaba preocupada por las notas finales, ahora con los entrenamientos apenas tenía tiempo de estudiar para los exámenes y no sabía que hacer para  aprobarlas todas. Después de recorrer el patio se sentía desilusionada tenía la esperanza de ver a David pero no estaba esperándola en la verja. No entendía por que se sentía así, apenas lo conocía y sin embargo sentía que le hacía falta .Pero lo que ella no sabía es que el la estaría esperando a las 15:00 en la puerta del instituto.
Cuando lo vio apoyado en su moto mirándola a ella directamente las rodillas empezaron a temblar, no podía parar de mirarle “¿ pero como puede ser tan guapo?” se preguntaba mientras andaba hacía él.

-Hola-consiguió decir Tasia después de un rato-¿Qué haces aquí?
-paseaba por aquí y pensé que sería buena idea invitarte a comer

Ella miró hacía otro lado intentando no demostrar su alegría y su nerviosismo. No podía creerse que él estuviera ahí  esperándola para llevársela a comer, pero desde luego no iba a desaprovechar la oportunidad. Por el rabillo del ojo vio  como un grupo de niñas prácticamente se les caía la baba mirando a David, y un sentimiento posesivo se colocó dentro de Tasia quien les advirtió con la mirada que no se atrevieran a acercarse, las chicas prefirieron no tener problemas y se fueron, pero David si las vio no le dio importancia porque siguió con la vista clavada en Tasia.

-de acuerdo- accedió ella
-esta vez traigo dos cascos
-Cintia me va a matar cuando sepa que has venido y no te ha visto
-tendré que venir otra vez,no podemos permitir que te mate-y sonrió con esa sonrisa burlona que había vuelto loca a más de una, y Tasia era un de esas.- una cosa más
-¿si?
-esto es una cita

lunes, 19 de septiembre de 2011

FUEGO-capítulo 11 ¿Sergio en clase?

-no me lo puedo creer-dijo Cintia-osea que eres un especie de bruja o algo así
-no estoy segura
Tasia y Cintia se habían saltado la hora de Literatura y se encerraron en el baño. Tasia necesitaba desahogarse y entender lo que estaba pasando y sabía que Cintia era la persona indicada. Esta se quitó la coleta y con el toto en la mano le preguntó.

-¿podrías quemarlo?
-no creo, no se como funciona esto
-venga inténtalo -le suplico con cara de cachorro malherido
Bajaron del retrete donde se habían subido para que no las vieran y abrieron la puertecita

-no hay moros en la costa, vamos-colocó el toto en el lavabo y sonrió-así podremos apagarlo.
Tasia puso los ojos en blanco, su amiga siempre pensaba en todo aunque no creía que fuera capaz de hacerlo.
-venga va-la agarro de la mano y la acercó más al lavabo
-no se  que hacer
-pues como ayer, tu piensa que puedes y ya esta
Y aunque se pasó casi toda la hora intentándolo no ocurrió nada. Solo un terrible y persistente dolor de cabeza.

-bueno da igual, ya lo intentaremos otro día-dijo Cintia al oír el timbre-es la hora del recreo y tengo hambre
-okey, oye ¿y Leila? no la he visto, ¿crees que debería contárselo?
-hoy no ha venido y eso es cosa tuya,-le contestó- pero no creo que te escuche mucho últimamente no se separa se Nacho
-los hemos perdido-dijo  Tasia riendo-vamos a dar una vuelta no tengo ganas de estar sentada
-vale, yo tampoco tengo ganas de estar sentada-cogió el toto y volvió hacerse la coleta

Pasearon por el interior del instituto saludando y hablando con la gente y cuando terminaron su bocadillo salieron a la pista para dar una vuelta .Llegaron hasta la verja por donde saltaban cuando querían saltarse las clases y Tasia vio para su sorpresa  la moto azul en la que había montado ayer, sonrió recordando lo bien que lo había pasado. Dos minutos después vio a David acercarse a ellas y un extraño hormigueo le recorrió el cuerpo, ¿pero que le pasaba?, solo había hablado una vez con él y sentía que no podía respirar cuando lo tenía cerca.
-ese es David-le murmuró a Cintia. Esta le paseo la mirada de arriba  abajo y una vez terminado el examen se giró a hacía su amiga con una sonrisa de oreja a oreja
-esta tre-men-do –dijo exagerando cada silaba-que suerte tienes, los mejores siempre para ti
-¿Cómo que para mi? si lo conocí ayer-dejaron las bromas cuando el estuvo junto a ellas-¿Qué haces aquí?-le preguntó sonriendo como una boba, pero no podía disimularlo estaba contenta de verlo
-ya te dije que nos volveríamos a ver
-no pensé que lo cumplieras, al menos tan pronto
-yo siempre cumplo mi palabra-y lo dijo de tan serio y solemne que Tasia estaba segura de que así era
Hubo un silencio incomodo hasta que Cintia comenzó a toser. Tasia la miró desconcertada hasta que se dio cuenta de que no los había presentado.
-David esta es Cintia, Cintia este es David
-yo quiero dos besos –dijo Cintia poniendo una mueca
-con la verja no creo que puedas-intervino Tasia mientras David reía
Sonó el timbre y tuvieron que dejar su charla para otro día, se despidieron y entraron a su siguiente clase suspirando, era Matemáticas, lo que menos le apetecía era ver números y fórmulas  para hacer algo que no entendía. Su mente estaba en el chico de ojos verdes que se acababa de ir, pero sobre todo en su abuela que aun tenía que darle un par de explicaciones.

-¿en que piensas?-le preguntó Javi cuando se sentó a su lado en clase de Matemáticas-estas en las nubes
-en nada, tonterías ¿y Nacho?
-se ha ido con Leila
-pero si ella no ha venido hoy
-si ha venido pero los dos decidieron  no entrar hoy
Fue  a responder que no se extrañaba viniendo de ellos dos, pero las palabras no salieron de su boca al ver como entraba por la puerta Sergio.


-¿Qué hace aquí? no viene nunca y ahora le apetece estudiar-dijo más para si que para Javi
-no le hagas caso y ya
Tasia le dirigió una mirada reprobatoria a  su amigo “ que no le haga caso dice, si el caso que quiero hacerle es el de tirarle un libro a la cabeza , ¿Por qué habrá venido? Todos sabemos que el estaba apunto de salirse de  estudiar. ¿y por qué no paro de pensar en él? pregunta tonta ,normal que piense en él cuando hemos estado saliendo 5 meses, pero eso ya no importa es un chico como otro cualquiera” a su mente vino la imagen de David, con sus ojos verdes y su sonrisa burlona “ ese si que no es un chico normal”

Mientras Tasia seguía con su monólogo interior  Sergio se sentó en la mesa de delante de Javi, el cual le miró con odio y Sergio sonrió  con un aire de superioridad. Javi tubo que usar todo su autocontrol para no borrarle de la cara esa sonrisa  a golpes.
Tasia salió de sus pensamientos y observo a Javi que cerraba los puños con fuerza.
-¿Por qué los hombres tenéis tan poca paciencia?-como ella esperaba eso lo distrajo y se relajó .Luego sonrió
-me lo dice la que hace unos días le rompió la nariz a Elena
Ella se sonrojó lo que hizo que Javier riera a un más. Se conocían desde primaria y eran como de la familia al igual que Nacho y Cintia. Leila se mudo allí hace dos años y se hicieron amigos enseguida. Los demás del grupo como Ana no tenían tanta confianza aunque se llevaran todos muy bien.

-Javier García ¿podría explicarnos que le parece tan divertido?-dijo el profesor mientras se quitaba las gafas y las apoyaba en la mesa
-nada señor-dijo poniéndose serio
-eso esta mejor y vaya mira a quien tenemos aquí ,si es Sergio ,que honor  para mi contar con su presencia  otra vez en mis clases ¿a que se debe la causa?-preguntó sarcásticamente
-solo lo he pensado dos veces antes de dejar los estudios
-con todas las clases que ha perdido no creo que tenga oportunidad de aprobar el curso, estamos a finales de abril
-lo intentare de todas maneras
Todos miraban a Sergio con un pensamiento distinto en su mente. El profesor no se creía que esa fuera la razón. Javi solo pensaba en que tendría que aguantarlo. Casi todas las chicas estaban encantadas de volver a verle todos los días mientras que el resto le lanzaban miradas de rencor, normal todas eran ex –novias de él.  Por otra parte, a casi todos los chicos les era indiferente solo los que tenían novia estaban preocupados pues ahora tendrían que tener más cuidado. Y por último, Tasia,  que luchaba con las ganas de tirarle el libro o las de salir corriendo.
Lo que ninguno podía imaginarse era que Sergio tenía una razón para estar ahí: Anastasia