jueves, 29 de diciembre de 2011

FUEGO capítulo 23 (un secreto )

Respiró hondo sintiendo la adrenalina correr por sus venas, era una sensación nueva y muy estimulante “creo que me acostumbrare a ser Guardiana” pensó mientras bajaba por las escalera después de Lidia. A su espalda iba David,
quién cerró las escaleras. La poca luz que entraba gracias a  la luna se fue y se quedaron a oscuras, caminando sin poder ver donde pisaban y tocando las paredes para poder guiarse. Había un fuerte  olor a humedad, se oía el sonido de de las ratas corriendo alrededor de ellos y las telarañas se enganchaban en las ropas y cabellos de los chicos.
Algo no muy pesado  y peludo se posó sobre el pie de Lidia, esta, ahogó una exclamación antes de pegarle una patada y hacer que el bicho chocara contra la pared. Sonó un pequeño chillido agudo y un peso muerto cayó al suelo.
-¡que asco!, no soporto a estos bichos-dijo Lidia- solarium
Después de decir esa palabra todo se ilumino como si fuera de día permitiendo que vieran donde se encontraban y también a la rata que ahora yacía muerta por haberse subido en el pie de Lidia.
-menudo carácter-murmuró David
-una bruja de la oscuridad no puede hacer luz, va contra su naturaleza ¿como lo has hecho?- preguntó Tasia confundida
-mi hermana y yo no somos simples brujas, nuestra magia se mezcló y yo puedo hacer cosas que una bruja de la oscuridad no podría, al igual que ella puede hacer más cosas que una simple bruja de la luz,supongo que es por eso de ser gemelas y eso- dijo moviendo la mano en el aire para restarle importancia.
Dejaron a un lado el tema cuando llegaron al final del pasadizo y entraron en un sótano enorme. La deducción de Tasia fue que estaban debajo del jardín, ya que parecía igual de grande. Sin embargo, había algo raro en ese lugar. Ahí dentro corría aire y el suelo estaba cubierto de musgo, no era de extrañar que hubiera tanta humedad, y al final de la enorme habitación había una tumba de mármol gris, sobre ella , una criatura tumbada los miraba. Se acercaron unos pasos, la criatura levantó la cabeza y pudieron ver que era un demonio, aunque a primera vista parecía una simple mujer. Tenía el pelo corto y negro, sus colmillos eran grandes y afilados como los de un vampiro, los cuernos eran cortos y de color marrón,su piel era áspera y de un tono verde-grisáceo y sus halas eran simple huesos negros que  salían de su espalda era imposible poder volar con ellos. Su cuerpo estaba completamente desnudo a excepción de una segunda piel negra que le cubría los más importante.

-salie mescar ke- susurró la criatura con una voz profunda con total desprecio
-estas hablando en una lengua muerta, habla como los humanos- le ordenó Marcus
 La criatura le enseño los dientes en forma de enfado pero no se levantó ni hizo caso a Marcus.
-yo puedo entenderla- dijo David
-un despreciable humano no puede hablar Kyros- dijo el demonio aun en la lengua muerta
- yo no soy un simple humano
- lo se, puedo sentir tu aura, muestrate  tal y como eres
Mientras hablaba se levantó y ando hacía él lentamente mostrando una sonrisa peligrosa. Cuando lo tenía a escasos centímetros intentó morderle en el cuello pero David dio un paso atrás y la criatura no llego a él. Se lo impidió una cadena negra que tenía enganchada a su tobillo y que solo David había visto hasta ese momento.

- se lo que eres- le dijo al chico
-no me importa
-pero ellos no lo saben- dijo el demonio con regocijo en los ojos negros

Él perdió los nervios por un minuto y la agarró por el cuello, levantándola varios palmos del suelo.
-no juegues conmigo solo necesitamos que abras el portal
-¿ que esta pasando?¿ que es lo que dice?- le preguntó Tasia al ver su reacción, nunca había visto a David de esa manera y estaba preocupada
Él la ignoró y siguió apretando el cuello del demonio sin verse con fuerzas e mirar a Tasia. No era momento de contarle todo su pasado , ahora solo importaba la misión “no mientas” le dijo una vocecilla interior “lo que pasa es que no te atreves a decirle la verdad”  era mejor ignorar esos pensamientos por ahora y dedicarse solamente a la criatura que se retorcía entre sus manos en vez de a sus sentimientos por la Lemental del fuego.

-abre...la...puerta- dijo David antes de soltarla 
La mujer demonio se tocó el cuello y le lanzó una mirada de puro odio, antes de hablar esta vez a todos los Guardianes
-¿y la Lemental?
Tasia dio un paso adelante.
-¿eres tú?-dijo soltando una carcajada cruel- muy poquita cosa-la agarró antes de que nadie pudiera detenerla y le mordió en la muñeca.
Tasia notó como le desgarraba la piel y un ardor se extendía desde su muñeca hasta cubrirle todo el cuerpo. Soltó un gritó de dolor que hizo sonreír al demonio. Se sintió totalmente furiosa al ver como la criatura disfrutaba con su dolor y aprovechando ese sentimiento le colocó una mano en el pecho de la mujer demonio para lanzar un rayo de fuego. Está voló por los aires logrando que dejara de beber la sangre de la Lemental. El demonio se levantó despacio mientras era observada por todos.
David no había perdido un segundo colocándose delante de Tasia para protegerla y Lidia tenía su pistola apuntando hacía la criatura. Solo Marcus  seguía pasivo espetando el siguiente movimiento.
-humana estúpida
Tasia soltó otro rayo que le dio en el hombro.
- vigila tu lengua, demonio
-se necesita tu sangre para abrir el portal- le contesto esta a la vez que le indicaba con la cabeza que se acercara a la tumba.
En la parte de arriba de la tapa de mármol había un laberinto circular con una piedra brillante  en el centro, era un diamante, y del tamaño de un puño. El demonio cogió la muñeca de Tasia, aunque esta vez con cuidado y la colocó sobre el laberinto para que su sangre se derramara. Tasia se mordía el labio para aguantar el dolor que le causaba esa herida abierta, su sangre corría por los carriles de ese pequeño laberinto hasta que llegó al diamante y lo cubrió con una capa roja. Ante los ojos de todos ,la piedra cubierta de sangre se convirtió en un rubí ,que comenzó a brillar a la misma vez que los rubies de la llave que tenía Tasia. La parte de arriba de la tumba se abrió y una brisa cálida salió de ella.
-aquí tenéis la entrada a Kyrios
- entonces ¿ a que esperamos?- y sin pensárselo Lidia saltó dentro.
David miró a Tasia y la agarró de la mano.
-¿preparada?- le preguntó para animarla a saltar
- que remedio- dijo ella suspirando mientras  miraba esos ojos verdes que la volvían loca, en esos momentos haría lo que él le pidiera.
-para salir solo tendréis que usar la llave- dijo Marcus interrumpiendo el momento
-¿ tu no vienes?- le preguntó la chica
- no soy mágico, desde que cerraron el portal ningún humano a podido ver Kyrios
-ten cuidado con ella- dijo David y señaló al demonio
-no te preocupes, es una esclava del portal y no puede alejarse más de lo que se lo permiten esas cadenas, ahora marchad

Los dos guardianes saltaron y todo se volvió negro mientras caían al vacío. El aire se volvió denso dificultando la respiración de ambos. Se taparon la boca y la nariz para no respirar ese  gas tóxico, pero no surgía mucho efecto y seguían tosiendo sin poder respirar bien. Tardaron mucho en darse cuenta de que el túnel llegaba a su fin. No vieron la luz bajo sus pies que indicaba la entrada al inframundo por lo que cayeron fuertemente sobre el suelo, provocando la risa de Lidia que los estaba esperando.
- eso es caer con estilo- dijo entre risas
Tasia se levantó gimiendo y mirándose el cuerpo para comprobar que seguía entera. Sin saber como, la herida de la muñeca se había curado sin dejar ninguna cicatriz.
David hizo lo mismo y recogió su espada que se había perdido en el portal.
-¿ has comprobado que la zona sea segura?- le preguntó David a Lidia
- sí, todo esta abandonado,¿ vamos?
- un momento- dijo Tasia mientras se rascaba la cabeza -¿ de que iba disfrazada?
Lidia puso los ojos en blanco mientras David reía, fue este último quien contestó.
- de amazona,
-no olvides que tienen muy mal carácter
-entonces te viene como un guante- murmuró Tasia por lo bajo, aunque David lo oyó y estuvo riendo un buen rato.
A simple vista el camino por donde andaban no era diferente a un camino abandonado de un pueblo de la tierra, el bosque que los rodeaba tampoco parecía diferente y el cielo era como el que ella veía todos los días ¿como podía ser otro mundo si parecía ta  igual? Esa noche Tasia aprendió las apariencias engañan.

lunes, 19 de diciembre de 2011

FUEGO-capítulo 22 (empieza la aventura)

Esa tarde, después de mucho esfuerzo, Tasia consiguió convencer a su abuela para no tener que ir a la reunión. Aprovecho ese tiempo para estudiar y aprender un poco más sobre el mundo mágico, que,cada vez le atraía más. Pero al día siguiente, mientras se vestía en casa de David se arrepintió de no haber estado presente.

-no pienso ponerme esto
-es parte de la incógnita -dijo Marcus desde el otro lado de la puerta
-¿Qué tiene de malo mi ropa?
-llamarías mucho la atención
-y no había otra cosa- replicó burlándose Tasia
-pero si vas a estar guapísima-intervino David divertido
Tasia levantó los pantalones extra cortos de cuero negro y con un largo suspiro de los puso. Luego se colocó las botas negras de tacón y se quedo mirándolas.

-al menos tenéis buen gusto para los zapatos
Tras haberlos observado más tiempo de lo necesario siguió con su martirio y cogió la camiseta-sujetador-trozo de tela, de color negro y lo giró para mirarlo desde distintas dimensiones ,pero siguió sin gustarle y mirándolo con el entrecejo fruncido. Después de discutir consigo misma varios minutos, se lo puso. El trozo de tela (porque no era más que eso) era una especie de sujetador, quizá tapaba algo más pero no mucho. Los tirantes se cruzaban en su espalda y por delante terminaba en punta “como si le hubieran pegado un bocado” pensó irónica. Se miró en el espejo mientras se ponía como cinturón una cadena fina de plata y unos guantes sin dedos también de cuero y negros. Se hizo una coleta alta para que no le molestara el pelo  y se puso la chaqueta, también negra y de cuero “ parezco una muñeca haevy ” sin embargo, a diferencia de la demás vestimenta, la chaqueta si le gustaba. La abrochó hasta el cuello y salió de la habitación con  muy mal humor.
Para su infinito tormento todos habían bajado ya al garaje y no puedo descargar su enfado con nadie. Su temperamento bullía a fuego lento en su interior sin saber como apaciguarlo.
Bajo las escaleras a toda prisa y montó en el Audi A8 negro que conducía Marcus. No dijo nada en todo el camino, solo parecía tener un tic nervioso en la pierna pues no dejaba de dar golpecitos con ella. Repaso el plan mentalmente para distraerse: 1,entrar en el inframundo 2,buscar información sobre el demonio que tiene la bola 3,infiltrarnos en el castillo 4,robar la bola y 5,escapar , con suerte patearía  un par de culos antes de salir. Sonrió ante esa idea, no le gustaba pelear pero hoy se tenía de un humor de perros.
Sencillo y rápido había dicho Marcus cuando explicó el plan, volvió a sonreír, esto sería de todo menos rápido y sencillo.
Llegaron a su destino aunque Tasia no se fijo donde se encontraba. La primera impresión que se llevo al salir del coche fue ver a Lidia. La luz de una amarillo apagado  que desprendía una de las farolas iluminó a la bruja. Ella se había alisado su melena rizada y ahora era lacia y parecía aún más negro que antes. No llevaba un top negro como Tasia sino un chaleco de cuero sin mangas, ajustado a su cuerpo. La cremallera estaba abierta haciéndole un enorme escote en forma  de V . La parte de abajo era un pantalón con la pierna derecha descubierta  y la otra no .Una liga negra en el muslo ,sujetaba una pistola. Como zapatos unos tacones negros a juego con todo el conjunto, ese estilo de ropa le daba un aire sexy y un brillo peligroso se iluminaba en su mirada. Se notaba que estaba cómoda con esa ropa.
-estas como pez en el agua ¿verdad Lidia?-le dijo Tasia
-sí-y sonrió. Tasia tuvo que esforzarse para disimular su sorpresa¿ era la primera vez que la veía sonreír sin malicia? Sí, estaba segura de que sí- he llevado esta ropa puesta mucho tiempo y se le pilla cariño
La segunda impresión que se llevo fue ver a David. Que guapo estaba con los pantalones oscuros y la camisa negra con los primeros botones desabrochados. También llevaba un espada  colgada de la espalda y su pelo alborotada, haciendo una de sus sonrisas burlonas  mirando a Tasia de arriba abajo, y al parecer, le gustaba lo que veía. Fueron sus ojos los que advirtieron a Tasia de se estado de ánimo, ya que ardían en llamaradas verdes . Pero esa mirada la inquietaba demasiado. Cuando estaba con él sus emociones se volvían un caos y ahora era uno de esos momentos.
Se giró para fijarse un poco en el paisaje que la rodeaba , y ahí, se dio cuenta de porque la miraba David tan intensamente. Se le había abierto la chaqueta. La cerró rápidamente y paso la mirada por los arboles que tenía a su lado. Frunció el ceño al no reconocer el sitio, pero más se desconcertó al ver una  enorme muralla, construida hace ya muchos años porque la piedra por la que paso la mano estaba desgastada. Miró hacía arriba u calculó que mediría unos 5 metros de alto. Marcus comenzó andar seguido de Lidia y David, sin perder un segundo corrió tras ellos. Tan acelerados iban que cuando pararon Tasia chocó contra la espalda de David haciendo que perdiera el equilibrio y cayera hacía atrás .Por suerte no llegó al suelo, David se giró y la agarró por la cintura con una mano y con la otra la muñeca de la chica ,impidiendo que se hiciera daño, la siguió sujetando aunque no hiciera falta hasta que sus manos aflojaron la presión y la soltó para darse la vuelta y alejarse de ella lo más rápido que pudo sin decir ni una palabra. Aunque eso no era lo que él quería ,pero tenía que controlar sus impulsos y mantener sus manos aparatadas del cuerpo de Tasia si  no quería parecer un pervertido desesperado, sin embargo era condenada-mente difícil hacerlo cuando vestía con esa ropa y le sonreía de esa manera tan dulce.
Marcus tocó una piedra del muro y al impulsarla hacía dentro una puerta metálica apareció donde apenas unos segundos antes había solo más piedras, esta era grande y estaba completamente oxidada . Marcus y David se apoyaron sobre ella y empujaron con el hombro fuertemente hasta conseguir abrirla entra chirridos agudos.

-un poquillo de aceite no habría venido mal-. Dijo Lidia mientras entraba
La puerta daba a un jardín tan grande como un campo de fútbol,  tenía setos perfectamente cortados  adornando el lugar y el suelo era de la misma piedra que el muro por donde habían pasado. Todo estaba rodeado y la únicas salidas eran un escaleras a la  izquierda que no se veían adonde llevaban y una torre a la derecha. Se decantaron por la segunda opción, para entrar en ese torre tenían que pasar por un pasadizo oscuro con escaleras hacía arriba y hacía abajo. Tasia tubo la sensación de haber estado antes en ese lugar, el jardín le era terriblemente familiar pero era de noche y todo estaba oscuro ,así que no podía fijarse bien.
Los Guardianes se decidieron por descender las escaleras. Estas estaban en malas condiciones, rotas y gastadas.  No tardaron en llegar a una verja que les cerraba el paso, la cerradura estaba rota pero unas cadenas con candado estaban enroscadas entre los barrotes impidiéndoles el paso . Lidia adelantándose a todos sacó su arma para dispuesta a disparar para romperlo y no perder tiempo en minucias,  pero Tasia  viendo sus intenciones se interpuso entra el arma y la cerradura.
-¿podemos hacer ruido?- pregunto confundida porque habían andado sigilosamente todo el tiempo y completamente en silencio.
-no- y Marcus le lanzó una mirada dura a Lidia ordenándole que guardara el arma
Tasia se arrodilló y sacó dos horquillas que le sujetaban el flequillo, luego las introdujo en el candado y comenzó a moverlas. En poco tiempo el candado se abrió.
-¿ Donde has aprendido hacer eso?- le preguntó David
-no es momento para contarlo- le contestó intentando sujetarse el flequillo de nuevo con las horquillas, lamentablemente se habían doblado y ya no servían. Con un suspiro las guardo en la chaqueta y siguió andando.
Un par de escalones más abajo apareció un típico patio de luces andaluz solo que mucho más antiguo, más viejo y bastante más interesante. En ese momento Tasia supo donde se encontraba, había visto este mismo patio desde mucha altura, lo había visto desde una torre como la que tenían a sus espaldas, lo había visto en la ¡ALHAMBRA !

-no puede ser, no hemos colado en la Alhambra
-sí- le contestó Marcus
-no podemos estar aquí , ¿como no nos han pillado? Esto esta estrictamente vigilado-empezó hablar rápidamente a causa del nerviosismo hasta que Lidia la interrumpió.
-nadie sabe de los pasadizos secretos así que estamos a salvo
-¿como es posible que no lo conozcan?
-no lo saben porque fueron creados por gente mágica- intervino David
-pero lo importante-dijo Lidia- es que aquí se encuentra el portal

Mientras ellos hablaban Marcus tocaba con cuidado la pared de enfrente, moviendo los dedos entre las piedras buscando algo, y por la cara de satisfacción que acaba de poner, lo había encontrado. Con una navaja que sacó de su bolsillo rasgo la arcilla que unía una piedra con otra. Cuando terminó extrajo una de las piedras y metió la mano dentro para sacar un pañuelo, que en su momento fue blanco, y ahora era beige y se deshilachaba. Lo abrió  y  había una llave vieja, larga con dos dientes al final y sucia. Marcus la cogió y de repente pego gritó a la vez que la tiraba al suelo. Lidia chasqueó la lengua varias veces divertida .
-no me digas que te has olvidado
Marcus que se agarraba la mano fuertemente aguantando el dolor fulminó la fulminó con la mirada.
-Tasia coge la llave- le dijo Marcus muy despacio ignorando a Lidia
-¿yo? ¿por que?
-es una protección- dijo David- la llave tiene magia propia y solo tienen derecho a cogerla los Lementales
-o los celestes- agregó Lidia
-¿quienes son los celestes?- preguntó curiosa Tasia
-los dioses, los creadores de la magia pero eso no tiene relevancia ahora-explicó Marcus
Tasia le miró la mano y estaba al rojo vivo, solo la había sostenido unos segundos y tenía quemaduras de tercer grado. Con la mano temblorosa se agachó a por ella, cerró los ojos  y la aferró entre sus dedos esperando un dolor que nunca llegó,en cambio, sorprendiéndolos a todos, la llave brillo intensamente  y cuando Tasia abrió sus dedos se encontró cogiendo una hermosa llave plateada. Pero eso no fue todo, del cuello de la llave comenzó a crecer una enredadera también de plata que la cubrió haciendo un precioso dibujo, al final,  se cerraba en forma de alas con pequeños rubies salpicados por toda la pieza.
-es hermosa-murmuró
Se la mostró a los demás y todos coincidieron con ella.
-tienes que introducirla  en el orificio que hay tu pies- le dijo David que estaba junto a Marcus curándole la quemadura
Cuando lo hizo una grieta se abrió en el suelo haciendo aparecer unas escaleras en caracol que bajaban hacía la oscuridad.
Marcus se puso detrás de ella y le metió dos dagas en las botas, David se acercó y le dio la catana con la que había estado entrenando todo este tiempo. Se puso alerta. Si le entregaban armas es que comenzaba la aventura.

lunes, 12 de diciembre de 2011

FUEGO capítulo 21 ( Sherezade )

Los tres guardianes cogieron una gran bocanada de aire al mismo tiempo mientras se arrastraban a la orilla exhaustos. Las hadas volaban a su alrededor riéndose.
-bienvenidos a Fárison, la tierra de las hadas y la unión entre los dos mundos-dijo Vivi
-estoy demasiado agotada para preguntar que significa eso-dijo Tasia tirada en la arena
-lo explica en uno de los libros de tu abuela
-David, si lo he leído se ha escurrido de mi cerebro por culpa del remolino.
Las hadas los obligaron a levantarse e internarse en el bosque pero no uno normal, las hojas de los arboles eran de todo tipo de verdes, azules y violetas aunque lo sorprendente era que brillaban. Los troncos eran retorcidos y se enlazaban unos con otros sin poder distinguir cual era un árbol y cual otro. La hierva que pisaban era tan suave como el terciopelo. El cielo se veía completamente negro y las estrellas brillaban con más intensidad, iluminando tanto como la luna en la tierra ya que aquí no había. Las hadas pasaban volando alrededor de ellos tan rápidas que apenas las veían.
Anduvieron casi una hora pero se les pasó enseguida fascinados por los colores, brillos y formas de Fárison.
Sherezade los esperaba en el roble sagrado, el punto de reunión de las hadas.

-Elisa dijo que nos ayudarías -dijo Lidia cuando hablaron con el hada y esta se negó.
-lo hago por vuestro bien, Fiuri ha visto que  el futuro ha cambiado y si vais solo conseguiréis caer en un trampa y que os maten.
-¿y que hacemos entonces?
El hada del amor intervino antes de que las cosas se pusieran peor.
-las hadas no discutimos solo reímos, ¿por que no hablamos de amor en vez de discutir? me duele la cabeza-dijo haciendo una mueca con los labios.
-calla te  Altea-le dijo Sherezade, la más seria de las hadas
-podemos ayudaros, necesitamos más poder y con la bola blanca lo conseguiremos ,así Sherezade encontrara el lugar exacto y yo comprobare si es seguro-dijo Fiuri-el problemas que no la tenemos
-esto es increíble-dijo Lidia que cada vez controlaba menos su carácter
-pero si sabemos como encontrarla.
-¿ a que esperáis para contarlo?
-viajareis a Kyrios, o como vosotros lo llamáis el inframundo, una vez dentro tenéis que hallar la bola blanca, como sabéis fue robada de Fárison hace muchos años, si la recuperáis tendremos suficiente poder para daros una solución- terminó de explicar el hada rastreadora.

Tasia no había comentado nada, apenas sabía un poco sobre el inframundo y le costaba seguir la conversación, Se pasó casi todo el rato mirando a Sherezade , no se parecía a las otras hadas, era más seria y parecía tener más importancia que las demás. Vestía con un falda metálica y la parte de arriba le hacía a juego ,como una especie de diosa guerrera en vez de una dulce hada. Su piel era tan suave, prefecto y blanco como la porcelana, simplemente estaba fascinada con esa hada.

Cuando se fueron iban bastante desilusionados por no haber conseguido su objetivo y lo peor fue tener que entrar otra vez en el remolino.
Cogieron el avión al amanecer y en cuanto aterrizaron Tasia volvió al hospital.
Al oír la respiración regular de Cintia supo que estaba dormida y minutos después de sentarse en el incomodo sillón de la habitación del hospital, también se quedo dormida.


Tasia sintió el impacto de algo suave y mullido  en la cabeza.  Abrió los ojos y vio Cintia recostada en la cama con una sonrisa. 

-no te da vergüenza dormirte cuando yo estoy despierta
-no, pero veo que tienes formas muy eficaces de levantarme- y miró la almohada  ahora tirada en el suelo-¿Cómo te encuentras?
-drogada
Tasia le sonrió
-te dieron muchos sedantes para que descansaras
-¿Qué pasó? Lo recuerdo pero no logro comprender
-es…es culpa mía, te lanzaron un conjuro
-¿tu me lanzaste el conjuro?
-no
-¿entonces por que es culpa tuya?
-por la magia y todo eso, tu no deberías estar involucrada en esto
-mira que eres tonta-dijo Cintia poniendo los ojos en blanco-ven aquí
Tasia se acercó, se sentó a su lado y se dieron un fuerte abrazo.
-¿no estas enfadada?-le preguntó la guardiana
-me enfade cuando tenía 8 años y dejaste escapar a mi perro Toby, ahora no tienes porque sentirte culpable y te lo advierto si vas a tener esa cara de amargada te hecho de la habitación, así que cuéntame todo lo sucedido



Érica y Elisa desayunaban en la cocina cuando entro Tasia.

-¿Cómo esta?- preguntó Érica nada más verla
-mejor, en un par de días le dan el alta
-menos mal, ¿ya no te dejan quedarte?
-no, dicen que necesita descansar y
-¿has pasado toda la noche con ella?-le preguntó su hermana
-sí
-yo tuve un sueño extraño anoche, estabas tú con los amigos que vinieron a comer ayer. David os miraba mientras vosotras bailabais alrededor de una fogata , en la playa.

Elisa y Tasia cruzaron una mirada sorprendidas.
-parecía muy real- siguió diciendo- aunque solo sería un sueño ¿verdad?- se encogió de hombros y salió de la cocina.
- una nieta Lemental y la otra vidente, no puedo estar más contenta
-esta familia es muy extraña
-habrá que contárselo
-sí, pero de eso te encargas tú
-de acuerdo- luego cambió de tema- esta tarde nos reuniremos para hablar de la próxima misión
-tengo que estudiar
-pues hazlo ahora porque tú vienes
Tasia soltó un resoplido y se sentó a desayunar mientras refunfuñaba para si.

Érica sonreía cuando entró en su habitación “menuda cara han puesto” pensó mientras se vestía. Había visto las miradas de las dos. Hacía ya mucho tiempo que tenía esos sueño aunque no se había atrevido  a contarlos por miedo a que creyeran que estaba loca, pero ahora sabía que su hermana también tenía poderes y no era la única rara de la familia.



viernes, 2 de diciembre de 2011

FUEGO capítulo 20 (regalos de las hadas )

Eran las 22:30 cuando Lidia apareció en la habitación 310 del hospital San Cecilio de Granada. Tasia dormía en un sofá alado de la cama donde estaba Cintia.
Sin querer chocó contra una silla y despertó  a  Tasia.

-¿Qué haces aquí?- pregunto adormilada
-he venido a buscarte
-no quiero dejarla sola
-¿ y sus padres?
-están de viaje y no piensan venir- soltó un bufido- les dije que la atacaron en la calle  y que estaba malherida pero que ya se encontraba  fuera de peligro , ni se preocuparon , me contestaron que ella era fuerte y que se curaría pronto, que no hacía falta que ellos vinieran, por Dios estuvo a punto de morir y les da igual.
-¿tu amiga sabe que son así?- preguntó sentándose
-sí , dice que lo superó pero no estoy muy segura de eso
-si esta fuera de peligro, tienes que venir con nosotros
-no pienso alejarme de ella
-va a estar toda la noche dormida-dijo señalando a Cintia- no se dará cuenta y nosotros te necesitamos- Lidia empezaba  a cabrearse pero controló su temperamento. No podía ponerse a gritar en un hospital.- es la única manera de encontrar a mi hermana y no pienso esperar un mes más, ya he perdido mucho tiempo
Se levantó de un saltó y fue al rincón que había junto a la ventana. El mismo donde había aparecido minutos antes.

-espera-dijo Tasia y se levantó lentamente-tienes razón , lo siento, solo estoy preocupada por mi amiga- se acercó a la ventana y hecho una última mirada a la cama- iré
Lidia la agarró de la mano y todo se volvió negro. Segundos después estaban en un piso que no conocía. El salón no era muy amplio, un sofá negro , un mesa de madera, la televisión y una estantería con varios libros , fotos y DVD´s constituían el mobiliario. Corrió las cortinas y vio una pequeña terraza con vistas a Sierra Nevada.
-Es precioso,
Se giró y Lidia ya no estaba. Siguió mirando por el apartamento. La barra americana  que daba a la cocina estaba llena de cosas, mapas , lápices, libros antiguos , libros nuevos, en fin parecía una mesa de trabajo en vez de una barra. Había cuatro puertas  pero nos e atrevió abrir ninguna , así que se sentó en el sofá a esperar.
La puerta que había detrás suya se abrió dando paso a su abuela detrás de ella Lidia y David, este último le dedicó una gran sonrisa y ella se la devolvió. Elisa al verla la abrazo corriendo.

-¿Cómo estas?
-bien
-ya me han contado lo que a pasado hoy, estoy muy orgullosa de ti- se dio la vuelta hacía los otros dos también sonriendo- de todos vosotros ¿Cómo se encuentra Cintia?
-fuera de peligro , dicen que aun hay posibilidades de que algo salga mal pero que son muy escasas, tu padre fue muy amable- dijo dirigiéndose a David
- sí , se toma muy enserio su trabajo y siempre nos ayuda cuando hay problemas con esto de la magia , aunque no lo apruebe
-se esta haciendo tarde- protesto Lidia
-tienes razón
Todos se levantaron. Recogieron sus cosas y salieron del piso. Abajo ya les esperaba un taxi, se montaron y partieron.
Apenas había gente en el aeropuerto, aunque no tuvieron tiempo de fijarse. Faltaban cinco minutos para que el avión saliera. Al taxi se le pinchó una rueda cuando quedaban diez kilómetros para llegar y el conductor no sabía cambiarla .Lidia se cabreó con él y comenzó una gran discusión entre gritos e insultos por parte de ambos. Al final fue David quien cambió la rueda y el hombre acabó con un ojo morado por decirle a Lidia que las mujeres solo servían para calentar la cama de un hombre. Por culpa de esto ahora corrían para no perder el vuelo.  Elisa se despidió  con dos besos y los vio embarcar.

Tasia se agarró fuertemente al asiento, nunca había montado en un avión y no pensó que se pusiera tan nerviosa. Empezó a respirar agitadamente y cerró los ojos.

-no te atrevas a vomitar-le dijo Lidia con mala cara
Tasia la ignoró  y miro la luna llena que se imponía majestuosamente sobre el cielo. Agradeció de todo corazón estar en el lado de la ventanilla y no en el pasillo como le había tocado a Lidia.  A David le sentaron delante de ellas y se giró para ver como estaba.

-creo que esto de volar no es lo mío
-tranquila es normal , dentro de una rato pasará
-si la gente necesitara volar tendría alas, si no las tenemos ¿por que es?- dijo ella irónicamente intentando despejar la mente.
David sonrió divertido y a Tasia le dio un vuelo el corazón, sus ojos verdes mostraban una ternura que no había visto antes en él. Agachó la mirada y él se colocó en su asiento.
Cuando llegaron a Ibiza y bajaron del avión fueron directamente a la playa. Solo llevaban unas mochilas como equipaje por lo que no perdieron tiempo en el aeropuerto.

-son la 1:30  de la madrugada ¿Dónde coño están las hadas?-preguntó Lidia
-Elisa dijo que teníamos que atraerlas
-¿Cómo?- esta vez fue Tasia la que preguntó
-¿has celebrado alguna vez la noche de San Juan?
-no
-la noche de San Juan es la manera de celebrar el comienzo del verano, esa noche el mundo mágico y el de los humanos están más unidos que nunca. Los humanos hacen una fogata y bailan alrededor para llamar a las criaturas mágicas y que se unan a su fiesta , pero desde que se cerró el portal ya no sirve. –hizo una pausa como si reflexionara en algo antes de seguir-no es la noche de San Juan pero supongo que al tener magia si los llamas acudirán
-NO-dijo Tasia antes de que el siguiera-no pienso a ponerme a bailar
Él sonrió con una sonrisa burlona
-seguro que lo harás
-no
-es la única posibilidad
-Lidia no tubo que bailar para encontrar una
-no pero yo me tire un mes buscándolas para cazar una  y luego no quiso ayudar-dijo la aludida
-¿y tengo que bailar yo? ¿sola?
-sí –contestó Lidia
-yo creo que si lo hiciéramos las dos surtiría más efecto
-no creas tanto
-¿Qué?
-que me da igual lo que creas
-Lidia lo que dice tiene lógica-intervino David
-pues baila tú o es que los hombres no pueden
-no, eran las mujeres las que danzaban , además tu eras la que no quería perder más tiempo demuéstralo ahora.
-de acuerdo- luego sonrió maliciosamente-pero esto no va a quedar así.

Tardaron un tiempo en decidir que hacer y como hacerlo ,pero al final terminaron las dos bailando alrededor de una hoguera con faldas largas blancas, que tenían un raja hasta el muslo para poder moverse y  una camiseta de tirantes cada una a las que le hicieron un nudo y la subieron hasta el pecho.

-aun no entiendo porque teníamos que vestirnos así-dijo Tasia
-ni yo- corroboró Lidia
-tradición-les contestó David a ambas y se giró antes de que vieran su sonrisa
-acabemos con esto cuanto antes-dijo Lidia .Se acercó a una roca del tamaño de un balón y susurro unas palabras mientras la tocaba. La música comenzó a sonar desde la piedra.
Al mismo tiempo Tasia encendía el fuego.

-tengo que decirte una cosa Lidia
-¿qué?-preguntó esta bruscamente
-gracias, gracias por salvar a Cintia
Lidia se puso tensa. Se sentía rara con las palabras de gratitud que le decía, no sabía porque la había ayudado pero lo cierto es que lo había hecho. Desde la desaparición de su hermana y la muerte de su madre no pensaba en otro cosa que en la venganza, le daba igual quien sufriera si conseguía lo que quería. No se paraba a pensar en las consecuencias ni en la gente. En el fondo sabía que era un acto de rebeldía por no superar lo ocurrido, si ella sufrió           ¿ por que  no sufrían los demás ? Pero ayer no pensó y  simplemente actuó. Por todo eso tardo varios minutos en contestar ,tanto que Tasia se sobresaltó cuando hablo.

-no hay de que
Las dos se prepararon y se pusieron una enfrente de la otra con la hoguera entre ellas. David se sentó un poco alejado y las observo mientras bailaban, una música lenta envolvía el ambiente, un poco de aire se levantó agitando el cabello de ambas mientras bailaban y saltaban moviendo los brazos.
David se sentía embrujado. Sus ojos no paraban de perseguir a Tasia, siguiendo cada paso, cada movimiento, cada salto... tenía que resistir con todas sus fuerzas para no ir a por ella y estrecharla entre sus brazos.
Una pequeña luz azul apareció junto a Tasia siguiendo el baile. Segundos después una luz blanca del mismo tamaña se posó junto a Lidia. David sintió un cosquilleo en el hombre pero no aparto la mirada, con la mano hizo un movimiento para apartar lo que fuera y que así cesara ese cosquilleo.
-¡ey!- la voz que había escuchado era aguda y apenas se oía. Miro su hombro y se sobresaltó al ver una pequeña hada con un resplandor rojo alrededor. Su pelo le llegaba hasta las rodillas en una mezcla entre rosa y rojo. Sonriendo ampliamente hizo brillar sus ojos rosas que destacaban con su vestido blanco y sus halas muy finas, casi transparentes.


-¿eres un hada?
-que pregunta ,pues claro ¿no tengo apariencia de hada acaso?
-sí, solo era para confirmarlo
-me llamo Altea y soy el hada del amor-dijo mientras volaba delante suya-¿tu quien eres?
-mi nombre es David
-¿Qué poder tienes?
-puedo sanar y anular los poderes cuando toco a alguien
-¿anular? Nunca había oído ese poder
-¿Por qué estas aquí conmigo y no bailando con ella?-preguntó para cambiar de tema.
Ella soltó un risita por lo bajo.
-una hada se acerca a quien afinidad con ella
-no lo entiendo-dijo David moviéndose el pelo -¿tu tienes afinidad conmigo?
-tú no-dijo riendo otra vez-tu amor, tienes mucho amor que dar y has recibido muy poco, tu eres quien más me necesita
El frunció el ceño y Altea volvió a reír.
-ya lo descubrirás, yo solo te daré una pista
-¿qué descubriré?
-el amor
La música paró y los dos se acercaron a la hoguera.

-soy Fiuri, el hada del futuro y vengo a ayudarte-dijo el hada azul dirigiéndose a Tasia
-¿a mi?¿en que?
-no estas segura de tus poderes y te asusta poder herir a la gente que quieres por la magia, vengo a mostrarte todo el bien que puedes hacer si confías en tu don-voló hasta quedar enfrente de ella y le tocó la mejilla. Tasia cerró los ojos dejándose llevar por la sensación.
-¿y tú?-le preguntó Lidia a la otra hada
-yo soy Vivi el hada de la valentía
-yo no necesito valentía
Vivi voló alrededor de ella lentamente mientras la observaba con ojo crítico.
-sí, sí la necesitas
-no tienes ni idea
-se más de lo que crees, tienes miedo a no encontrar a tu hermana, miedo a confiar en alguien ,miedo a que te vuelvan abandonar, miedo a mostrar lo que sientes ...y yo estoy aquí para darte el valor que necesitas.
Se sentó de rodillas sobre la muñeca de Lidia y el resplandor del hada se intensificó unos segundos. Cuando el hada de levantó Lidia tenía una fina pulsera de plata con un cristal blanco en forma de lágrima
-esto te ayudará
Antes de que pudiera decir nada Tasia abrió los ojos y soltó un exclamación poco antes de sentarse en la arena.
-ya sabes cual es tu destino-dijo el hada azul guiñándole el ojo
-no se si podre
-claro que lo conseguirás
-gracias Fiuri
-de nada ¿chicas nos vamos?
-no, yo aun no lo he dado mi regalo a David-dijo el hada del amor, puso las dos manitas sobre el pecho del chico y un destello rojo cubrió todo el cuerpo de David- mi regalo es librarte de la barrera que cubre tu corazón para que puedas volver a enamorarte
-yo no quier...
-eso es lo que piensas ahora-dijo Altea interrumpiéndolo
-si, si, todo esto es muy bonito pero nosotros necesitamos encontrar a Sherezade-dijo Lidia
-ella no os va ayudar-dijo Fiuri
-nos han dicho que lo haría
-soy el hada del futuro no puedes pretender llevarme la contraria, pero si queréis os llevaremos hasta ella
Las hadas comenzaron a cantar un bonita canción con voz dulce y melodiosa. El mar se volvió agitado y las olas crecieron. Empezó a hacer frío mientras en el agua se creaba un remolino, de hay ,salió una silueta de agua en forma de mujer.

-¿por qué habéis abierto el portal?-dijo la silueta con una voz firme
-ellos necesitan entrar
-¿humanos?
-guardianes-corrigió Altea
-pasar pero tenéis poco tiempo
Los tres chicos entraron en el remolino tras las hadas y este se los tragó. Intentaban nadar sin separarse pero la corriente era muy fuerte, los obligaba a sumergirse y cada vez les costaba más salir, sacaban la cabeza para coger un poco de aire como fuera pero apenas conseguían aspirar una bocanada, los pulmones les dolían y tenían las extremidades cansadas de luchar contra la marea  hasta que no tardaron en quedarse sin aire y hundirse hasta los más profundo.