jueves, 26 de enero de 2012

Fuego capítulo 26 (Sergio...)

Los músculos de las espalda de David se tensaron y las dos chicas cruzaron una mirada extrañada. Luego David se relajó y habló como si nada.
- por los libros, llevo años estudiando todo sobre el inframundo
Tasia asintió pero sin estar totalmente convencida. El musfing voló por alrededor de ellos rompiendo la tensión que se había adueñado del ambiente. Brilló con intensidad permitiendo que los demás vieran lo que había través del cristal. Un poblado.
-¿ lo rompemos?- preguntó Lidia
David se encogió de hombros
-algo habrá que hacer
Lidia volvió a murmurar palabras que ninguno conocía y alargo el brazo para tocar la pared.
-¿por qué no se rompe? Debería de haber explotado
La bola peluda negó con la cabeza y empezó a chocar contra el muro.
- el bicho se ha vuelto loco- dijo Lidia mirándolo divertida
- Tasia intentalo tú
Esta se puso las dos manos en el cristal y empezó a derretirlo. Se aparto cuando había hecho un agujero por donde cabían los tres, pero antes de poder pasar el cristal se cerró.
El musfing chocó otra vez con el cristal.
-creo que quiere decirnos algo- dijo Tasia reflexionando en voz alta
-¿ qué quiere?¿qué empujemos?
-eso parece- intervino David- intentemoslo
Los tres se apoyaron contra la pared empujando con todas sus fuerzas. No ocurrió nada.
El musfing no paraba de insistir en golpear la pared y como no conseguía que los Guardianes hicieran lo que quería empezó a dar vueltas con la cueva como un loco ,cuando paró una letras brillaban en el aire “ no magia”ponía. Luego desaparecieron.

- al parecer quiere que rompamos esto sin magia- dijo David pensativo mientras pasaba la mirada del musfing al cristal- creo que tengo una idea, Tasia vuelve a derretir el cristal
- pero si no sirve de nada- replicó ella
-tu hazlo
L a joven Lemental hizo lo que le pedían y en cuenta apartó las manos del cristal David sacó su espada y la encajó haciendo que el cristal se cerrara a su alrededor. A tasia se le iluminó la cara cuando supo lo que él intentaba hacer.
-quieres quebrarlo- dijo maravillada ante la idea
- sí pero no tengo fuerza suficiente
Lidia se unió a ellos dos para empujar hacía un lado y a otro.
-¿ la espada no se romperá?- preguntó la bruja
- podéis estar seguras de que no- aseguró David sonriendo
Todos exhalaron con gratitud al darse cuenta de que se había agrietado el cristal. Renovaron sus esfuerzos con más ganas y varios minutos después se rompió en pedacitos  al igual que el árbol anterior.
Todos saltaron hacía adelante chocando contra el duro y frío suelo.


Mientras tanto en un local en el centro de Granada Sergio pedía un copa al chico de la barra.
- eso solo lo beben los viejos- le dijo un voz femenina por encima del hombro
-¿ y tú que bebes Elena? 
Esta se acercó al camarero apoyando sobre la barra los codos e inclinándose para que el chico tuviera una perfecta visión de su escote. Luego le susurró al oído que quería beber.
Sergio asintió al camarero para que también pusiera lo que había pedido ella.
-¿ Qué haces aquí?¿ vienes hacerme compañía?- le preguntó con voz ronca mientras bajaba la cabeza para besarla
- ahora no- dijo Elena apartándose de él muy seria, cogió su baso y se fue hacía la salida sin pagar.
Después de dejar el dinero sobre la barra salió del bar y siguió a Elena quien no paró de andar hasta llegar a un callejón  oscuro donde no había nadie.

- si querías que estuviéramos solos solo tenías que decirlo- dijo el chico antes de beber un trago de su cubata
Elena no rió su broma. Dejó caer su fachada de chica buena y seductora para mostrarse como de verdad era, cruel. Se acercó a él sin decir ni una palabra y le tocó el pecho con un dedo. Sergio salió disparado por el aire para chocar contra un contenedor.

-¿ estas loca?- le gritó él haciendo una mueca de dolor
-no, el problema es que eres tan sumamente estúpido que no eres capaz de realizar una tarea sencilla
-¿ de que estas hablando?- preguntó Sergio algo asustado. Quien era esa que lo había tirado por los aires, era tan fría y calculadora ,esa no era la Elena que conocía y no sabía como reaccionar.
- habló del maldita brillo de labios de Tasia , que , resulta no era el que me distes sino el de su queridísima amiga
-¿él de Cintia? Yo solo cogí el que tú dijiste
- ¡yo te dije el de Tasia y por tu culpa todo ha salido mal! - dijo Elena gritando a ese idiota que le hacía perder la poco paciencia que tenía
-espera- dijo él intentando poner en orden sus pensamientos- Cintia esta en el hospital ¿tú se lo hiciste ?
Elena no contestó, sin embargo, esbozó una sonrisa diabólica
- jamas pensé que serías capaz de tanto, yo no quería que la hirieras
-ni yo- dijo ella exasperada- yo solo quería matar a Tasia
-¿ ma...matar?
-vaya, eso no es lo que querías- dijo Elena poniendo una cara de inocencia totalmente fingida y aunque no fue una pregunta él contestó
- no- de repente se dio cuenta de su intervención en ese asunto y se arrepintió de haber hecho todo lo que Elena le pedía
-una lástima porque ahora que no quieres ayudar tendré que matarte a ti también
 Sergio se alarmó al instante y todos sus sentidos le gritaban que corriera y se salvase porque la chica que se acercaba a paso lento hacía él no era  la Elena que conocía, ahora solo veía a una niña que se parecía a su amiga solo que no tenía ni una pizca de sentimientos humanos.
- una pena -dijo Elena cuando estuvo junto a él – podríamos habernos divertido mucho


***


Lidia se puso de pie y con un movimiento de cabeza echó  su pelo hacía atrás para poder ver mejor que su alrededor. David estaba ayudando a levantarse  a Tasia y el musfing no paraba de merodear irritando a Lidia. Un ruido de cristales chocar les hizo girarse y ver como la pared se reconstruía de nuevo.
- eso no debería haber ocurrido – dijo David tocándose la barbilla de forma pensativa- creo que esa pared antes no existía, la habrá colocado el demonio para no tener intrusos
- una bonita bienvenido- ironizó Lidia
-chicas recordad que ahora tenéis que representar bien vuestro papel

Tasia no los escuchaba inmersa de en la aldea que había no muy lejos de ellos. Era como un pueblo de la edad media lleno de animales mitológicos. Las casa estaban hechas de madera retorcida enganchando unos troncos con otros para hacer las paredes y una especie de arcilla o barro hacía el tejado. Había varios carros tirados por caballos  y algunos de los seres que habitan por ahí ponían los pelos de punta con sus colmillos o garras. Por el cielo se oyó un graznido y vieron a un carro tirado por un borguio que surcaba los cielos en medio de la noche. Fue descendiendo hasta aterrizar en una de las cuatro torres del castillo  que tenían justo en frente. Un castillo que parecía un fortaleza de piedras negras con enormes murallas y guardias por todos partes.

-parece que nuestro demonio acaba de llegar a casa- dijo David- Tasia de esta parte te encargas tú
-¿ Qué tengo que hacer?
-seducir a los guardias- dijo Lidia
Tasia era la única indicada para hacerlo. Si Lidia lo intentaba acabaría matando a los tipos antes de aguantar sus impertinencias y David no tendría la oportunidad de acercarse ya que en cuanto lo vieran darían la voz de alarma.
-¿Por que yo?- pregunto la Lemental ella no creía que fuera capaz de engañar a nadie de esa manera ,no se consideraba una seductora en potencia.
- porque son humanos- dijo Lidia- esclavos que solo viven por y para su amo, si yo me acercó los mataré antes de que abran la boca
-dijisteis que no podían  entrar humanos
- es que ellos estaban aquí antes de cerrar el portal, se mantienen vivos porque estan ligados a sus amos si, si él muere todos sus siervos tambien
- entiendo – dijo Tasia aunque no fuera verdad- conclusión los dejo fuera de combate pero sin matarlos
-sí y cuando estés dentro nos abres la puerta – añadió David  
Tasia asintió y se encaminó hacía las puertas de madera dejando a sus amigos escondidos tras un árbol. Estaba nerviosa pero tenía que conseguirlo. Era su primera misión en el inframundo y no estaba dispuesta a fallar. Antes de salir a la visto de los dos  guardias David la llamó.
- ten cuidado- le dijo con una sonrisa que consiguió relajarle el cuerpo.

No sabía que hacer nunca había coqueteado abiertamente con un hombre como hacía Cintia “ eso es” pensó aliviada solo tenía que comportarse como le había dicho su amiga durante tanto tiempo y que siempre había ignorado. Se abrió la chaqueta y se desató la coleta a la vez que movía la cabeza lentamente mientras los guardias la miraban. Ando hacía ellos meneando las caderas levemente y con una sonrisa en los labios.

-bonita ¿ qué haces por aquí?- le preguntó uno de ellos
- creo que me he perdido, solo buscaba un poco de diversión
- yo puedo darte lo que quieras preciosa- dijo este con un claro orgullo masculino
Tasia se mordió el labio inferior provocativamente mientras pasaba un dedo por encima de su escote.
-no estaría mal
-no seas estúpido- dijo el otro guardia- es una Amazona te sacará los ojos en cuento te distraigas- “al parecer este tenía algo más de cerebro que el otro” pensó Tasia aunque eso solo hacía más difícil su tarea
- lo único que me va  a sacar es lo que tengo entre las piernas

Tasia se mordió la lengua ante el comentario obligándose a seguir con el papel, no le extrañaba que Lidia perdiera los estribos a la mínima ,le estaba costando controlarse  a ella misma y eso que era bastante más pacífica que su compañera. Pero tenía que convencer también al otro guardia sino sus amigos serían descubiertos.
Se acercó al guardia que se negaba y pasó su dedo índice por su pecho hasta llegar al pantalón. Luego se apartó sonriendo, una sonrisa tirante y demasiado falsa pero al parecer ninguno se dio cuenta de la diferencia.
-yo quería divertirme con ambos pero si no se puede- se encogió de hombros acercándose al primer guardia

Sin embargo cuando entró por la puerta la seguían los dos guardias.

Afuera Lidia y David salían de su escondite.
-no pensaba que lo consiguiera tan rápido- dijo la chica mirando las puertas del castillo
-ni yo- murmuró David con la mandíbula apretada y los puños cerrados, ahora estaba de bastante mal humor.
La puerta se abrió y pasaron corriendo la distancia que los separaba. Tasia los esperaba dentro con los dos guardias inconscientes en el suelo. Se estaba abrochando la chaqueta cuando sus amigos llegaron hasta su lado.
David de acercó a ella muy serio y le murmuró al odio.
-parece que no te a acostado mucho seducirlos, ni siquiera parecía que fingieras.
Ella lo miró extrañada por su tono frío y algo dolida. “¿ Qué había hecho para que él pensara así de ella? Solo cumplía con la misión”

-¿ Qué te pasa?- le preguntó mordazmente sacando todo su orgullo hacía afuera
- nada- y se apartó
Solo intentaba explicarse porque estaba tan celoso, o porque había nacido en él un instinto posesivo sobre ella que jamas había sentido, la quería para él, que le sonriera a él y que estuviera con él y ese sentimiento lo había dejado aturdido y sin saber como reaccionar. ¿Como estar con ella cuando ocultaba un secreto tan grande? Y si no lo intentaba ¿sería capaz de verla con otro? Estaba seguro de que no.
- sera mejor separarnos y buscar la bola, quien la encuentre que lance un rayo al cielo, nos reuniremos en la cueva.

lunes, 16 de enero de 2012

Fuego capítulo 25 (una gran tentación)

Nota: bueno ahora empiezan las clases y abra retrasos con el blog lo siento pero estoy liadisima....ah y va haber unos cambios en la historia, no son importantes pero voy a edita rlos primeros capítulos ya que lo he releido y me parecen un poco sosos,,, repito no hace falta volver a leerlo la historia se basará en lo mismo ...de todas maneras lo haré más adelante :)

]Getter*  comerciante del submundo. Engaña y miente siempre que pueda conseguir algo en su beneficio. Los getters suelen ser hombres.

-¿Tasia?- dijo David
Ella  no contestó, solo los miraba fijamente sin poder creerse que estuvieran vivos. David se fijo en como sus manos sangraban y se acercó a quitarle el cristal que ella  aferraba con fuerza. Le curó las heridas tocándole delicadamente cada corte.- nos has salvado tú ¿verdad?

Tasia siguió sin decir nada. Estaba en estado de shock. El miedo que acababa de pasar, la impotencia de no poder hacer nada, y tenerlos ahora delante sin saber como ni porque era demasiado. Todas las emociones que había sentido se arremolinaban como un torbellino dejándola paralizada. David la abrazó con fuerza al ver que ella no reaccionaba y tenía la vista perdida en el horizonte.
- ya ha pasado todo, tranquila- siguió diciendo mientras le acariciaba el pelo
-bien hecho, nos has salvado el pellejo- dijo Lidia- ¿ como lo has conseguido? Por cierto ¿ has encontrado una posada? Llevamos horas pateandonos este bosque en tu busca y me muero de hambre
Su cháchara espabiló a Tasia quien quiso contestarle a todas las preguntas pero antes de que abriera la boca Lidia la interrumpió.
- guau ¿ qué son estos cristales?
David dirigió una mirada divertida a Lidia, sabía que lo único que hacía la bruja con tanto hablar era distraer a Tasia para que no se sintiera tan afectada. Él dejó de abrazarla y la miró a los ojos
-¿ bien?
- sí, creo que sí, supongo que lo de Cintia, los pájaros , luego creer que estabais en peligro y casi ver como os matan a sido demasiado para mi- dijo en voz baja Tasia- Lidia, si he encontrado una posada no esta lejos de aquí y he reservado tres habitaciones
- entonces andando

Cuando llegaron cada uno cenó en su cuarto. La mujer de la posada preparó un baño calienta para Tasia al verla tan cansada, y esta no puedo resistir meterse dentro y relajar los músculos . Estaba a punto de dormirse cuando llamaron a la puerta.

- soy David ¿ puedo pasar?
- espera- salió corriendo de la bañera y se secó con rapidez el cuerpo, no sabía donde  estaba  la ropa así que se puso la bata que tenía sobre la cama- ya
Él entró.
- eh...um...Lidia
-¿ qué pasa?- dijo Tasia al ver que no conseguía decir dos palabras seguidas “ ¿ y por qué le tiemblan tanto  las manos a David?” se preguntó  extrañada , “ desde luego se comporta de una forma rara” “parece ¿ nervioso?”
- Lidia, Lidia nos espera abajo para buscar información

David soltó un suspiro una vez cerrada la puerta. No podía seguir encontrándose de esa manera a Tasia, con su pelo mojado, la bata pegándose a su cuerpo y esos ojos ambarinos que expresaban todo lo que ella pensara, desde luego, era una tortura. Bajó las escaleras pensando como no había sido capaz de hablar hacía unos momentos en la habitación o de lo nervioso que se había puesto. Era una gran tentación no subir ahora mismo. Una tentación muy muy grande. Podía subir y besarla. Solo un beso, por eso no pasaría nada ¿ no?
para el carro chico” le dijo su vocecita interior “ no compliques las cosas”
Varios minutos después Tasia bajó al salón donde las esperaban y se sentó en el banco del final en frente de Lidia y David.

-¿ como lo hacemos?- preguntó Tasia
- alguno de los que hay aquí podrá decirnos algo- dijo Lidia- el que esta en la barra es un demonio de bajo rango, en la otra mesa hay un enano y un getter[1] y la madre e hija dueñas del local que son elfos
- voto por la posadera- dijo Tasia observando a los demás- quien mejor que ella para saber que se cuece por estos alrededores
- puede ser
-le intentare sacar algo a la hija- dijo David levantándose
-¿ y nosotras qué hacemos mientras?- dijo Lidia cuando vio que David estaba ya en la barra
- ver como tontea con esa- respondió Tasia frunciendo el ceño
David estaba sonriendo a la camarera mientras ella jugueteaba con su pelo.
- prefiero sacar la información a golpes
-creo que eres demasiado agresiva Lidia ¿ has probado a ir al psicólogo ?
Lidia la fulminó con la mirada y le tiró un trozo de pan mientras sonreía. Las dos reían cuando David volvió con ellas.

-no sabe nada
-pues si que has tardado para  descubrir eso- dijo Tasia
El alzó una ceja y sonrió pícaramente.
-¿ celosa?
-¿ debería?
Él pareció sorprendido ante su respuesta. Tasia al ver su pequeño triunfo siguió hablando.
- ya veo que no , de todas formas tú puedes hacer lo que quieres con quien quieras solo que no sabía que preferías a las de uñas verdes- y levantó su mano mirándose las uñas y sonriendo.
Lidia comenzó a reír como nunca antes la habían visto.
-David... creo que esta es de armas tomar- dijo entre carcajadas
Él asintió y se sentó. Al parecer se había quedado sin palabras.
- bueno si la hija no sabe nada- dijo Lidia poniéndose seria otra vez- la madre seguro que sí
- ¿ me requerían ?- dijo la dueña de la posada , que había aparecido al lado de su mesa sin que se dieran cuenta.
Tasia se pegó un sobresaltó y David le explicó que los elfos tenían muy buen oído y además son sigilosos por naturaleza.
- necesitamos cierta información – empezó a decir David
-¿ sabe como podemos encontrar al demonio que tiene la bola blanca? - Tasia fue directa al grano.
- sí- contestó la mujer elfo
- pues diga como llegamos hasta él- ordenó Lidia
-si no aprendes a controlar tu lengua y tu genio acabaras muy mal muchacha
-perdone a mi amiga, sus modales brillan por su ausencia ¿ puede ayudarnos a encontrarlo?- dijo Tasia de forma reconciliadora
La mujer asintió
- no podría negarme después de la gran propina que nos has dado- dijo con una sonrisa- su residencia actual se encuentra a un par de kilómetros  de aquí , si pasáis por la cueva de cristal llegaréis enseguida, la casa la reconoceréis en cuanto la veáis
- muchas gracias
- no es molestia
-¿ partimos ahora?- preguntó David
- Sí – contestaron las dos chicas a la vez
 Salieron de la posada y volvieron a internarse en el bosque. David las guiaba eligiendo los caminos por donde debían ir y por los que no. A Tasia eso le dio que pensar, si el no había estado aquí antes ¿ como se conocía todo el terreno?. No quería pensar que el ocultase algo pero no podía impedir que se le formasen sospechas en la cabeza.

- entrar esta es la cueva- dijo David mientras apartaba un matorral para que vieran la entrada
- parece una cueva normal- dijo Lidia
- el árbol contra el que me choqué parecía normal y mira luego

Por increíble que parezca la cueva por dentro estaba iluminada, pero esa luz procedía de un musgo amarillo  que cubría casi todo el suelo.
-¿ qué es esto?- preguntó Lidia
Cuando preguntó el musgo que estaba tocando se movió y se convirtió en una bola con dos enormes ojos y una boca que voló hacía  ella iluminando todo a su paso.
- es un musfing- dijo David
-¿ así son?- preguntó Tasia- en el libro se veían diferentes
- porque este es aún una cría
-pero que bonito eres- dijo Tasia acercándose a tocarlo
Siguieron andando con el musfing detrás de ellos hasta llegar al final donde un enorme cristal les impedía el paso.
-¿ no hay salida?-preguntó Lidia algo malhumorada
-sí-dijo David mientras tocaba el cristal con los dedos- pero no me acuerdo de como abrirla
-¿ no te acuerdas?- preguntó Tasia mirándolo con suspicacia-como te vas acordar si tú no has estado aquí antes

jueves, 5 de enero de 2012

FUEGO-capítulo 24 (cristales)

Llevaban unos 7 km andando en medio de ese bosque sin rastro alguno de vida, cuando oyeron un graznido en el cielo. Tasia fue la primera en ver a un enorme pájaro rojo de unos 3 metros de largo que volaba hacía ellos.

-¡ borguios!- gritó Tasia antes de tirarse al suelo. Los otros dos Guardianes rodaron al suelo antes de que el enorme pájaro los atacara. Lidia rodó sobre su costado para darse la vuelta y disparar al borguio. De su pistola salieron dos rayos azules en vez de dos balas que impactaron en el pecho del animal.
 -asunto resuelto- dijo la bruja
-no lo creo- dijo David que miraba como una bandada de esos pájaros se acercaban- separémonos
Ninguno perdió un segundo en echar correr cada uno hacía una dirección diferente. Lidia se detuvo en seco y se escondió detrás de un árbol. No estaba dispuesta a huir de esos bichos. Desenfundo la otra pistola y se puso a disparar a diestro y siniestro contra los enormes pájaros.
David vio correr a las dos chicas en direcciones contrarias y se quedo ahí parado a la espera de su enemigo. Sacó su espada lentamente sin apartar la vista del borguio que tenía justo enfrente y la hundió en su estómago. Se dio la vuelta con la espada en lo alto e hirió en el ala a otro. Notó como otro se acercaba por su espalda y le dio la vuelta a la espada a la altura de su costado para matar al borguia que tenía atrás. Otro se disponía a atacarle cuando un rayo de fuego iluminó el bosque por donde se había ido Tasia, David supo al instante que era ella luchando contra más pájaros. Corrió para matar al que estaba delante suya, pero este huyó hacía el interior del bosque. Se giró a por otro pero, de repente, todos corrían en la misma dirección que el anterior. Se revolvió el pelo desconcertado y miró por donde habían corrido los bichos con el ceño fruncido. No le dio tiempo a reaccionar porque oyó como varios de esos pájaros se acercaban a él por el lado contrarió. Volvió a ponerse en guardia. Sin embargo cuando aparecieron los borguios ante sus ojos ,pasaron de él completamente
 y siguieron hacía el bosque. Detrás de ellos estaba Lidia disparando con las dos pistolas.

-ahora no huyáis salchichas con patas, venir aquí pollos sin cerebro-
Gritaba a pleno pulmón la bruja de la oscuridad. Para su frustración ninguno se volvió.
-¿ Qué es lo que ha pasado?- le preguntó él
-no lo se, me tenían acorralada y solo tenía una de mis pistolas ya que la otra estaba a varios metros de mi en el suelo, pero vieron algo brillar y me dejaron allí sin más
- lo mismo me pasó a mi
-¿ y Tasia?
-se fue en aquella...- dejó de hablar al darse cuenta de que todos los borguios se habían ido tras Tasia
-no jodas, ¿crees que fueron a por ella?
-eso ni lo dudes- le contestó David algo asustado. Esa chica tenía una facilidad innata para meterse en líos.
Los dos se adentraron en el bosque en busca de la Lemental del fuego



Tasia soltaba toda clase de insultos a esos enormes pájaros. Cuando la habían alcanzado se puso a pelear  con la catana pero no tardaron en quitársela y mandarla a Dios sabe donde. Usó su poder para eliminar a los que quedaban, no obstante, no obtuvo ni un minuto de descanso ya que  cada vez llegaron más y más y más. Ahora estaba subida al árbol más alto que había visto en su vida y sin saber muy bien como, había conseguido subir en un tiempo record. Gracias a la altura del árbol los borguios no llegaban desde el suelo y como tenía numerosas ramas tampoco podían pillarla desde el aire.

-10...13...18...22...mierda, estaros quietos, así no hay quien os cuente- no estaba segura de cuantos había pero no creía que pudiera acabar con veinte a la vez. Suspiró resignada sin saber que hacer. Tenía los mulos engarrotados , apenas sentía los dedos debido a la fuerza con la que se sujetaba a la rama y para colmo los pies se le estaban durmiendo. Mientras intentaba pensar en algo que no fueran sus dolores, vio a un animal negro entre lo arboles.

-¡ un caballo !-  gritó cuando identificó el animal.

Era negro azabache , más grande que cualquier caballo que hubiera visto antes y muy robusto. Sin duda el mejor ejemplar que jamas vería. Este pareció oírla porque se acercó a todo galope hacía donde ella se encontraba esquivando con una sorprendente facilidad el ataque de los borguios. Cuando estuvo al pie del árbol  Tasia dijo una oración y saltó sobre él. Afortunadamente calló  sobre el caballo, desafortunadamente, no tenía montura y comenzó a deslizarse hasta el suelo. En un acto reflejo agarró la crin del caballo y de un salto volvió a montar para salir de allí. 
Tasia estaba maravillada con ese caballo, los veranos montaba en el cortijo de su tita pero jamas uno tan esplendido. ¿ era un mustang? Sí, lo era, aunque más grande, más hermoso y más rápido. No sabía en que dirección iba, era el caballo quien guiaba pero no lo contradijo, total, no sabía donde estaba ni donde tenía que ir.
Media hora después llegó a una posada rústica de dos pisos con un establo en la parte trasera. Tenía un pequeño porche para la entrada y todo era de madera oscura con ventanas de un cristal grueso. Bajó del caballo y entró dentro del local atraída por  el olor a pan. Una mujer mayor se acercó a recibirla. Medía 1'50 , tenía el pelo y le llegaba casi hasta las rodillas, perecía una mujer de mucha edad aunque sus movimientos  no eran los de una anciana.

- pequeña ¿ te has perdido?
- creo que sí
- aquí tenemos alojamiento
Tasia observó el pequeño salón para inspeccionarlo, esperando encontrar a sus amigos. Había dos mesas largas de madera con taburetes. Las tablas del suelo eran viejas y crujían al andar, la barra no era muy larga y una chica joven de pelo corto rubio, piel blanca, y también bastante baja. Se fijó en que sus orejas eran demasiado puntiagudas y sus uñas eran largas de color verde. “ son elfos” pensó mientras volvía la vista a la mujer que la había recibido quien tenía las mismas orejas y uñas que la otra.
-solo pasaré aquí una noche
-serán 8 rublos
 Tasia sacó una moneda brillante de su bolsillo y se lo dio. La mujer agrando los ojos mientras lo cogía.

- esto es un rub, es demasiado
- necesito tres habitaciones
- de acuerdo, aún así es mucho
- no importa iré a cuidar a mi caballo
- su habitación estará lista en diez minutos y le subirán la cena cuando desee
Llevó al caballo al establo pero este se negaba a entrar

-vamos mustang ,no seas testarudo
Cogió al caballo por el cuello y tiró de él hacía dentro, pero seguía resistiéndose. Después de varios intentos más Tasia se dio por vencida.
-¿ Qué quieres?
El caballo movió la cabeza hacía el bosque
-¿ ya quieres abandonarme?
Este le dio con la cabeza en el hombro y ella lo acarició
-lo entiendo- dijo resignada- no quieres estar encerrado, venga vete
Lo acarició una vez más y lo dejó marchar
-como vino se fue- dijo triste
Se sentó sobre un montón de eno para poder descansar y pensar sobre su situación un momento. ¿ Donde estaban David y Lidia? Empezaba a preocuparse ¿ y si no habían podido escapar? ¿ y si estaban heridos? Una imagen de David sangrando  tirado en el suelo  la asustó, si Lidia estaba herida el podría curarla, pero ¿ y si era al revés? .Se retorcía las manos nerviosamente sin saber que hacer. Entraba y los esperaba o salia a por ellos. Lo último era una gran estupidez, aun no sabía nada sobre este mundo pero estaba segura de que no podría quedarse esperando sin hacer nada. Sin pensárselo más corrió hacía el bosque, tenía que encontrarlos. Estaba perdiendo los nervios, lo sabía, y por eso corría y corría cada vez más. Sintiendo como algo en su interior se encogía si los encontraba muertos. “ pero en que estas pensando Tasia” se regañó a si misma “ ellos son supervivientes y si tu has podido huir ellos también” intentaba pensar en cosas positivas pero un extraño presentimiento le hacía pensar lo peor. Corrió aun más rápido si era posible, mientras saltaba rocas, se apartaba las hojas de la cara y esquivaba ramas. Sin embargo no las esquivo todas, porque cuando apareció una de las ramas repentinamente delante de sus ojos y chocó con ella, cayó de culo contra el suelo y un hilillo de sangre descendió desde la parte superior de la frente hasta su ceja.
- eso  antes no estaba ahí- dijo con la voz temblorosa y de malhumor mientras se limpiaba la sangre como podía.
Ante sus ojos, la rama con la que se había golpeado se dividió en diminutos trozos, ¡trozos de cristal!. Se levantó de un saltó y se acercó a mirarlos más atentamente. Los cristales eran como pequeños espejos que flotaban a su alrededor. Fascinada intentó coger uno de ellos pero en cuanto lo tocó se cortó.
- maldita sea, y pensar que lo había comparado con un bosque normal
- tenemos que encontrar un lugar donde pasar la noche

Tasia buscó el origen de esa voz tan familiar, esa voz que era como la de Lidia, pero no la veía por ningún lado.
-sí , pero estoy más preocupado por Tasia

Ese era David. Si los oía tenían que estar cerca. Gritó sus nombres todo lo alto que podía  una y otra vez sin obtener respuesta. Se apoyó contra el árbol frustrada , tenía ganas de llorar debido a la impotencia. Se sentía pequeña e inútil pero  no paraba de llamarlos aunque ellos no la oían. ¿ Qué es lo que pasaba en este maldito lugar ? Volvió a mirar los cristales que seguían suspendidos en el aire, uno de ellos brillo con una luz intensa y se acercó a Tasia. Cuando la luz se apagó pudo ver que el cristal proyectaba una imagen de sus amigos, estaban andando y podía oírlos hablar, o más bien, oía la discusión que tenían sobre donde pasar la noche. Tan inmersos estaban discutiendo que no vieron el enorme animal que tenían sobre sus cabezas. Era una pantera pero del tamaño de un tigre con ojos rojos y garras tan grandes y afiladas como cuchillos.
Tasia gritó intentando avisarles, gritó y gritó pero no la escuchaban. Agarró el cristal con fuerza y enseguida las manos comenzaron a sangrar por los cortes , pero no lo soltó, siguió con el en las manos rogando poder ayudarlos.

-por favor, por favor, por favor – decía con toda desesperación
No podía hacer nada por salvarlos, simplemente estaba ahí , a punto de presenciar su muerte sin poder evitarlo. Enormes lágrimas salían de sus ojos cuando vio como el animal se abalanzaba sobre ellos.
-!NO¡
El cristal volvió a brillar impidiéndole ver que sucedía  a continuación. Sin embargo, después de que se apagará  la luz tenía a sus amigos delante.