domingo, 29 de abril de 2012

Fuego capítulo 31 (no más juegos)


-¿ qué has hecho?- inquirió una vocecilla a su espalda.
Se giró  y vio a Altea, el hada del amor,  pero con cuerpo humano. El pelo antes largo hasta los rodillas ahora era corto aunque del mismo tono rojo y sus ojos seguían siendo rosados, por mucho que tuviera cuerpo humano esos ojos delataban algo sobrenatural. No era muy alta, quizás llegara el metro y medio, parecía más una niña de catorce años siendo tan delgada y además vestía unos pantalones cortos vaqueros algo desgastados, como se llevaban ahora y una camiseta blanca.
-¿a qué te refieres?- preguntó él  con  voz cansina
- a Tasia, cacho de bobo, estaba al otro lado de la puerta y os he sentido, por algo soy el hada del amor, pero lo has roto- dijo señalándole con el dedo inquisidoramente- como puedes ser tan tonto para romper la magia de ese momento
-lose, no hace falta que me lo reproches, ya me siento bastante mal
-pues solucionalo, es la primera vez en 700 años que estoy verdaderamente cabreada, quiero que vuelva esa magia- exigió dando una patada en el suelo- se lo que sientes por ella, y lo que ella siente por ti así que arréglalo y no lo estropees más
-hay cosas que no he contado a nadie, no puedo estar con ella – el comentario lo dijo totalmente afligido
- se lo que es, aunque viva en el mundo de las hadas nos enteramos de todo lo que sucede en ambos mundos y más, y tu historia es bien sabida por muchos
-¿ entonces que quieres que haga?- casi grito lleno de frustración- no quiero ponerla en peligro
-bien, bien, lo entiendo- le contestó el hada suspirando- pero arregla la situación , no permitas que se valla así
- pero si me odia será más fácil- protestó David
-no te mientas a ti mismo, esto no será fácil de ninguna manera y menos lo será si los dos sufrís
David permaneció callado mirándola. ¿Qué hacer? ¿ Qué debía hacer? Esto lo tenía merecido por haber roto las reglas con ella desde el principio. Tras pensarlo varios minutos   decidió hacer caso a la hada Altea, era lo más lógico ¿no?
-tenía entendido que las hadas solo pensaban en divertirse- comentó él al fin,  medio sonriendo
Altea le correspondió con una sonrisa de oreja a oreja.
-casi siempre, yo soy el hada del amor y mi mayor diversión es el amor así que intentó que en mi alrededor no haya discusiones, y ahora que lo he solucionado es hora de divertirme, como dices tú.
David siguió al hada hasta el pasillo pero en vez de bajar las escaleras con ella fue hacía la habitación que ocupaba Tasia. Se paró mirando la puerta y tomó varias respiraciones antes de atreverse a llamar. Nadie contestaba. Probó una vez más y giró el picaporte para entrar, pero la puerta estaba cerrada. Siguió pegando a la puerta pero ella se negaba a hacerle caso.
-Tasia , déjame entrar
-lárgate- gritó desde el otro lado
-por favor, quiero explicarme, solo quiero hablar- le rogó
- no te he pedido ninguna explicación, ni me interesa escucharla, y ahora déjame sola
- no  me pienso mover de aquí hasta que te dignes a hablarme – le  aclaró  y se sentó en el suelo apoyando la espalda contra la puerta, al igual que hacía Tasia. Aunque él no lo sabía.

Solo ha sido un beso,nada más, solo un beso. “vamos Tasia, no significa nada”Se limpió las lágrimas con el puño de la manga y se miró en el espejo. Los ojos estaban enrojecidos de haber llorado. Lo único que le apetecía era desaparecer, que la tierra se la tragara y no aparecer nunca. Pero eso no iba a suceder. “Solo fue un beso”. A lo mejor si  lo seguía repitiendo se convencería así misma. Suspiró pensando en David que seguía en la puerta esperándola ¿ cuanto llevaba ahí?¿un hora? Y no se movía. Tenía que ser más madura no iba a dejar de hablarle  por este incidente, ni se iba a quedar encerrada en la habitación de por vida, así que hablaría con él, le dejaría las cosas claras y lo solucionaría.
-pasa- se sorprendió de lo quebrada que le había salido la voz
Apenas lo dijo él entró. Cerró la puerta con cuidado y al darse la vuelta sus miradas se encontraron a través del espejo. El aire se volvió más denso y la electricidad entre ellos se podía palpar, pero ninguno desvió la mirada.
-lo siento-fue David quien rompió el tenso silencio
-¿ qué sientes?- inquirió Tasia girándose para encararlo frente a frente, iba  a decirle la verdad, nada de más juegos
- las palabras que dije, no es lo que pienso realmente, ni nunca se me ocurrió que tú fueras así
-¿entonces  por qué ?
Él no contestó y fijó su mirada en el suelo incapaz de seguir mirándola a los ojos.
La ausencia de respuesta le dolió más que nada, ¿ qué estaba esperando una declaración de amor? Una parte de ella, a pesar de que no quisiera admitirlo, tenía esa vaga esperanza pero bien sabía que eso no iba a suceder .Solo esperaba  una disculpa, que por una vez, David se sincerara con sus sentimientos, solo una vez ,aunque no la amara, tan solo quería saber que había dentro de su cabeza, ya que pedir conocer el interior de su corazón era demasiado.
- ¡ ahora no contestas !- le gritó enfadada, era la única manera de esconder lo que de verdad sentía- querías hablar, ¡pues hazlo!
Tasia  le dio la espalda al darse cuenta de que pronto las lágrimas inundarían sus ojos. Se negaba a que él la viera llorando, tenía algo de dignidad y ya había echo suficientemente el  tonto en la biblioteca. Quería decirle lo que sentía, de verdad que había querido sincerarse pero no era capaz, su orgullo le impedía decir nada más.
-vete, por favor, vete
-no
Antes de que ella pudiera protestar David la encerró entre sus bazos abrazándola fuertemente.
-he intentado estar lejos de ti, no te haces una idea de cuanto ,pero no puedo- le murmuró estrechándola aún más fuerte
Tasia no movió ni un músculo, ni siquiera respiro, aturdida como estaba a las palabras de él.
¿ de verdad David había dicho eso o solo había sido su imaginación? Se separó apenas unos centímetros para mirarlo a los ojos. Esos ojos verdes que siempre la embaucaban y la dejaban sin palabras.
-te quiero, te quiero tanto que me duele-continuó él- y verte con él me hizo sentir...
-¿ celoso?- se atrevió a preguntar ella
-sí, y mucho, y para colmo me habla de que ibais a estar juntos y se me cruzaron los cables
-¿ cómo que juntos?
-es lo que dijo Daniel
 Tasia no pudo reprimir el impulso y colocándole las manos en las mejillas de David, lo atrajo hacia si y lo besó. David dejó de hablar al instante en que sus labios se rozaron para dedicarse de lleno al beso. Algo que con mucho gusto se dedicaría para siempre, si no hubiera sido por los golpes que sonaban contra la puerta. Tasia se separó de él con reticencia y suspirando fue abrir la  puerta, sin embargo antes si quiera de tocar el picaporte, David la había envuelto entre sus brazos y su pecho para volver a besarla. Esta vez con más deseo, como si no soportara separarse  de ella. Cuando los golpes se hicieron aún más sonoros que antes ,la dejo ir. Tasia sentía las piernas como un flan y cuando la soltó tubo que agarrarse a él para no caer al suelo, ese beso la había dejado no solo aturdida sino que se había olvidado de como se llamaba y completamente ajena al alboroto que hacía quien sea fuera.
-la puerta- le susurró David al oído antes de morderle el lóbulo de la oreja y enviar un escalofrío por todo el cuerpo de Tasia
-sí, eso... la puerta
La abrió con cara de pocos amigos esperando poder deshacerse de quien fuera para seguir con David, pero se encontró con algo que no había esperado.
-¿Sherezade?