miércoles, 16 de enero de 2013

Fuego, Capítulo 46 (Tiffany y David)


Gritos. Todo eran gritos y gente corriendo. Tasia, junto con David ,Lidia, y sus compañeras de habitación, estaban en el comedor cuando entraron Nathaniel y Carlos para unirse a ellos y sentarse en la misma mesa ,como ya era costumbre. La expectación por las pruebas que comenzaban hoy se notaba en el ambiente, y los nervios que sentía Tasia no eran tan extraños como ella se creía, pues la mitad de los participantes estaban igual.

-come algo, necesitarás las fuerzas- le dijo David antes de terminarse su tercera tostada.
-no me entra nada, los nervios me están volviendo loca
-es lo normal-comentó Carlos desde el otro lado de la mesa-el primer año que yo participé me temblaban las piernas incluso tuve que tomarme una tila
-¿te tomaste un tila?-inquirió Ade con lo ojos brillantes
-sí, y no me duele admitirlo
Todos rieron y Tasia pudo relajarse un poco.
-¿cómo son las pruebas?-preguntó Lidia-no lo han explicado
-es que vosotros sois los únicos nuevos, el resto de los alumnos ya lo saben de años anteriores-intervino Nathaniel, luego empezó a explicar la dinámica de la prueba de velocidad-creo que los participantes de este año son unos sesenta, harán diez carreras de seis  participantes, de esos solo cogerán a uno para la final, el ganador. La última carrera son de  diez participantes y según su resultado así se puntúan.
-¿y el resto?-preguntó esta vez Tasia
-la de agilidad es sencilla, los profesores hacen un circuito y aquellos que consigan superarlo en menor tiempo puntúan más alto
-no tan sencilla-le interrumpió Carlos-algunos no son capaces de terminar el circuito
-cierto-convino Nathaniel con su compañero-la prueba de magia siempre cambia. Entras en una sala con el consejo, según tu poder ellos te pedirán que hagas ciertas cosas para ver como lo controlas y hasta donde puedes llegar, es el consejo quien decide a quien dar los puntos, evalúan tanto tu capacidad para dominarlo como la extrañeza de tu poder. No es lo mismo una Lemental que una bruja-dijo mirando a Tasia y luego a Lidia. Paró para beberse su tazón de leche antes de seguir- la de combate,  es la más difícil a mi parecer. No tienes a un oponente en concreto, eso lo reservan para la Arena, simplemente se hacen parejas, que van rotando  cada cierto tiempo, y peleas para demostrar tus habilidades. Aquí los puntos también los conceden el consejo y lo profesores según sus propios criterios. Por último está la de orientación, aquí llevan ventaja los que más años llevan en el internado ya que saben como moverse por el bosque, la prueba consistes en hallar diez objetos que los profesores han ocultado anteriormente en el bosque, quien encuentre uno y logre llegar a la salida sin que nadie se lo arrebate puntúa, de los diez que encuentren los objetos el orden de puntuación será según el orden de llegada.
-serán unos días ajetreados-comentó medio en broma David

Miguel Alcalá se irguió en su silla en el centro de la mesa principal mostrando su autoridad como jefe del consejo. Dio varias palmadas que sonaron a través del enorme salón para conseguir la atención de todos.
-hoy, queridos alumnos, comienzan las pruebas para poder participar en la Arena, prueba que os convertirá en el mejor Guardián. Como ya sabéis esta es la única manera que tenemos para evaluar a un alumno-se calló y miró hacia sus costados donde se sentaban el resto del consejo-cosa que va a cambiar. Mis jóvenes Guardianes, este será el último año que competiréis en la Arena, los criterios de evaluación cambiarán y seréis informados a su debido tiempo, ahora es el momento de desearos suerte en vuestra lucha y deciros que el vencedor de este año no solo recibirá su premio habitual, sino que será el elegido para una misión de alto riesgo, donde demostraréis que todo lo aprendido

Y así comenzaron los tres días con más tensión, cansancio y nervios que Tasia y sus compañeros jamás habían pasado. Antes de una prueba pasaban horas entrenando y después tan solo tenían tiempo de dormir. Siempre preocupados por hacerlo lo mejor posible, por las riñas entre otros Guardianes que intentaban sabotearse entre si y a ellos también.
En la primera prueba, la de velocidad, David consiguió quedar tercero y Tasia quinta, Lidia en cambio pasó por los pelos en la novena posición.

 La prueba de combate , como dijo Nathaniel, fue la más difícil y sobre todo la más agotadora. Hicieron dos grupos de treinta participantes, de cada uno de esos, quince permanecían siempre en una colchoneta y otros quince iban rotando. David y Tasia les tocó rotar, pero Lidia permaneció en una colchoneta y tuvo que combatir contra sus dos compañeros. Al cuarto o quinto combate los ánimos aflojaron junto con las fuerzas. Al décimo todos los Guardines luchaban con movimientos lentos intentando no agotarse y al terminar el último combate todos quedaron totalmente exhaustos. El único que consiguió resistir mejor todo el esfuerzo fue David ,que gracias a su poder de sanación sus energías no decaían con tanta facilidad. De esa ventaja se percataron  los profesores y se notó a la hora de poner las puntuaciones. Él quedó primero y Jeray ,el antiguo ganador, en segundo lugar.

-es increíble ¿cómo puedes seguir en pie como si nada?-preguntó Lidia cuando David se reunió con ellas. El estaba sonriendo y todos los demás medio muriéndose por el cansancio, los golpes y las magulladuras de los combates.
-déjame ayudarte-dijo David sin contestar a su pregunta. Como siempre hacía, le colocó las manos sobre los hombros y la pasó parte de su energía para curarle cualquier malestar. Luego se volvió hacia Tasia e hizo los mismo.
-gracias-murmuró esta última-me hacía falta
-¿cómo habéis quedado?-preguntó David
-quinta-dijo Lidia- y Tasia octava
-no está mal-comentó David-hemos puntuado dos de dos, estaremos entre los quince seguro
-estoy segura de eso-añadió Lidia-aunque nuestras puntuaciones aún sean bajas
-no os preocupéis, ahora vamos al comedor necesito comer-dijo David al escuchar un gruñido de su estómago.
-pero no es la hora, no nos darán nada para comer-se quejó Tasia. Ella también tenía hambre.
David le guiñó un ojo al escucharla y Lidia rió. En esos últimos días Lidia reía más habitualmente y no estaba tan a la defensiva con ellos. Eso sí, su carácter fuerte no se lo quitaba nadie.
-no te dan de comer a ti-comentó David mientras echaba a andar cogiéndola de la mano.
-ni a mi ni a nadie, espera, no habrás usado esa sonrisa tuya para conseguir todo lo que quieras ¿verdad?
-tus palabras no las mías-argumentó él
-creído y arrogante, ¿cómo es posible que siempre consigas todo lo que quieres?-dijo Tasia medio irritada y medio en broma. David era imposible y un sinvergüenza. Pero era su sinvergüenza.
-no te pongas celosa-le susurró al oído-para ti son todas mis sonrisas
Tasia se puso roja como solía pasarla cada vez que David le hablaba en ese tono. Pero era bastante peor sentir como se derretía por dentro  y las rodillas parecían flanes. David era demasiado encantador para su sentido común, y sobre todo para su cordura.
-no es eso, el otro día fui y una chica casi echo a correr cuando le pedí que me diera algo para comer
-una cosa es que no den comida, otra muy distinta que echen a correr-comentó Lidia-¿cuándo fue eso?
-pues...mmm... ah ya, a la mañana siguiente de que me atacara esa sombra
Notó como David le apretaba la mano al recordarle ese momento, ella lo había pasado mal pero también todos aquellos que la querían. Tasia le devolvió el apretón, pero se sintió peor al pensar en Sergio y en Aria, estaban haciendo esto por todos esos niños desaparecidos por la hechicera, sin embargo se sentía inútil con esta espera.
-creo que si la chica salió huyendo fue porque te tenía miedo-alegó David
-¿miedo de mí?
-después del espectáculo que se lió en la habitación con esa sombras, somos como bichos raros que podrían matarlos con solo una mirada-dijo Lidia con desdén

Entraron en la sala del comedor y pasaron por las mesas vacías hasta llegar a la puerta que daba a las cocinas. Allí tres mujeres, algo pasadas de años, cocinaban en unas ollas.
-María-dijo David poniendo cara de no haber roto un plato en su vida
-pero si está aquí mi mozuelo-la cocinera más bajita dejó lo que estaba haciendo y fue hacía él cogiéndolo por las mejillas-niño deberías comer más te estás quedando en los huesos, desde que te fuiste a esa casa particular tienes menos color en las mejillas
-debes de tener razón, no he vuelto a probar un plato tan delicioso como tu tarta de queso
-pues tienes suerte porque tengo varios pasteles guardados que hice ayer ¿y ellas quiénes son?-preguntó mirando por primera vez a Lidia y Tasia-chicas sentaros, sentaros ¿os gusta la tarta de queso?
Tasia asintió abrumada por la mujer y se sentó en una silla. Lidia hizo lo mismo.
-son Tasia y Lidia
-mmmm ya sé, tus compañeras ¿verdad? Estáis dando mucho de que hablar este año, pero claro, David siempre estaba metido en todos los líos, y siempre por mujeres
Tasia le lanzó una mirada con una ceja levantada. Una mirada que decía: eso no me lo has contado. Él se pasó la mano por su rubia cabellera intentando evitar su mirada.- y bueno ¿cuál de las dos es tu novia?-inquirió la mujer mientras miraba en el frigorífico y sacaba una tarta de queso con una capa de fresas por encima y una gran bandeja de macarrones gratinados. Lidia no apartó la mirada de los platos, la boca se le hacía agua. Los depositó sobre la mesa bajo la enorme sonrisa de David.
-es Tasia-contestó como si tal cosa mientras cogía un trozo de pastel, estaba igual de bueno que como lo recordaba.

La Lemental casi se atragantó al escucharlo pero intentó disimular su vergüenza comiendo también del pastel.
-así que eres tú-dijo la mujer eufórica mientras se acercaba a ella- eres muy linda, y espero que tengas suficiente carácter para desprenderte de todas las admiradoras de este rompe corazones, si se hubiera mantenido con una sola no habría problemas, pero él era un pica flor
-¡María! -gritó David intentando callarla, pero ya era demasiado tarde. Cuando le daban cuerda a esa cocinera ya no paraba.
-pero no es nada nuevo ¿verdad pequeña? Este niño ha tenido todo lo que ha querido con una sonrisa y un batir de pestañas, tú mantelo a raya y no dejes que te convenza de hacer  lo que no quieres, el muy pillo, recuerdo una vez hace un par de años cuando esa rubia Tiff...
-María nos tenemos que ir, me ha encantado tu comida-la interrumpió David levantándose de un salto
-pero si no has comido nada-replicó la cocinera-quedaros y comer algo más
-no, tenemos planes
-yo no-lo contradijo Lidia-eres tú el que tienes que sacar de aquí a tu novia antes de que se entere de tu pasado como mujeriego, yo quiero comer más
-y da la casualidad de que yo también quiero seguir comiendo-añadió Tasia dedicándole una sonrisa tan dulce y empalagosa como falsa, y él lo sabía-además me encantaría seguir escuchando las historias que tiene que contarnos María
-que bien-exclamó María dando una palmada en el aire-necesito algo de compañía
-Tasia por favor-le pidió David
Ella lo ignoró y se giró hacia la cocinera.
-bien-dijo él frustrado-si no es por las buenas ,será por la malas- se acercó a Tasia y la agarró colocándosela en el hombro con la cabeza en su espalda-María creo que te hará compañía Lidia, mi novia y yo tenemos cosas que tratar
-David maldito seas, bájame de aquí, ¿qué no quieres que escuche? , venga admítelo y por Dios suéltame
Escucharon la risa estridente de la cocinera mientras salían. Tasia seguía insultándolo con todo lo que sabía y David no abría la boca.
-enamorados-comentó María negando lentamente con la cabeza-que buenos tiempos
Pasaron el comedor y David anduvo con grandes zancadas a través de los pasillos, que en ese momento estaban desiertos, llegó a su habitación y la soltó en la cama. No había nadie más que ellos dos.
-¿estás loco?¿por qué me has sacado así?
-no quería que escucharas
-vaya noticia, dime algo que no sepa ,quizás el por qué no querías que yo supiera lo que hacías antes
-es complicado
-pues empieza, si no volveré a la cocina cuando te des la vuelta
-sé que te vas a enfadar
-no, David, ya estoy enfadada
Él daba vueltas por la habitación sin cesar de removerse el pelo. Cada ciertos pasos se paraba y la miraba, solo para volver a caminar mascullando en voz baja. Tasia en cambio esperaba sentada en a cama tamborileando los dedos sobre las colcha y con un tic nervioso en uno de los pies.
-haber-empezó él-mi vida antes de conocerte, antes de mudarme a la finca era diferente, no pensaba en las consecuencias
-tu reputación aquí es intachable-argumentó ella-fue una de las razones por las que te fuiste con Lidia
-en el ámbito de Guardián sí, notas perfectas, entrenamientos perfectos, pero no fuera de clase, hice muchas locuras
-con niñas ¿verdad?
David asintió con la cabeza. Tenía una mirada extraña, como si quisiera decir algo pero no pudiera explicarlo. Algo que ocultaba. Tasia suspiró ya sin rastro del enfado anterior.
-esa vida que dices que llevabas ¿ha terminado?-preguntó cautelosa. Él no le mentiría, no como hacía Sergio. Por que si resultaba ser otra farsa, sabía que esta vez le dolería mucho más.
-sí-se apresuró a confirmar él-por supuesto que sí, solo que no quiero que oigas esas cosas sobre mí, no quiero que te alejes o que creas que podría volver a ese tiempo
-lo entiendo-al menos eso intentaba-, pero eso no quita que quiera saber
David suspiró.
-de acuerdo, pregúntame lo que quieras saber
Tasia se mordió el labio pensativa.
-la rubia de la que hablaba María ¿era Tiffany?
-sí
-¿qué pasó?
-nos pillaron en el baño
-¿pillaron en el sentido de.. de..?
-sí, salí por la ventana en ropa interior y andando por la tapia acabe en la habitación de una maestra nueva ,muy joven, yo...yo...-David tuvo que parase y respirar varias veces-yo acabe en la cama con esa profesora
Tasia no dijo nada. Los celos mezclados con algo más profundo se arremolinaban en ese momento en su interior.
-vale, no quiero saber más
El sonrió más relajado ,aunque tenía una mirada casi implorante, rogándole que no le preguntara nada más.
-ya no importa, pero esos son los comentarios que vas a escuchar sobre mi,- la agarró de las manos mirándola a los ojos. El verde intenso de David frente al turbulento marrón de Tasia.-tú eres importante para mí, eres lo único que a entrado en mi vida que vale la pena
Lo dijo tan serio, con tanta intensidad que el corazón de Tasia comenzó a latir más deprisa. Llevó su mano hasta la mejilla de él y lo besó. No podía cambiar su pasado pero eso no indicaba que siguiera siendo así ¿verdad?