FUEGO-capítulo 29(tú eres mía)

Esto había ocurrido hacía apenas unos horas y ahora paseaba ansiosa por la biblioteca en busca de un libro que pudiera relajarla. Rozaba con la yema de sus dedos mientras leía los títulos. Casi todos eran viejos y estaban en mal estado, al menos los de esta sección, la cual, era su favorita. Algunos tenían partes quemadas, como si los hubieran rescatados en un incendio, muchos de ellos presentaban las páginas amarillentas y desgastadas por el transcurso del tiempo y a  otros les faltaban hojas enteras. Era un pena, pero en parte era eso lo que más le gustaba de esos libros, saber que no solo podían contar la historia que transcurría en su interior sino que ellos mismo habían pasado por todo tipo de personas y situaciones. Como le gustaría saber todo lo que habían presenciado, las guerras, los amores, momentos felices , aventuras. Suspiró contrariada. Ya se estaba dejando llevar por su imaginación como decía su abuela. Se sobresaltó cuando uno de los libros se movió de la estantería sin saber como y cayó al suelo. Se agachó a recogerlo y al colocarlo en su sitio vio un pequeño cuaderno, del tamaño  de un pequeño diario escondido en la estantería. Lo cogió con cuidado y sopló la enorme capa de polvo, solo consiguiendo que tosiera varias veces. La pasta era de un cuero marrón viejo y bastante demacrado. La primera página estaba en blanco  solo contenía una palabra en el centro: Davinia

“no puede ser” pensó aturdida. No podía tratarse de la misma Davinia que intentaba encontrar con tanto ahinco. No obstante cuando se disponía a leer las primeras lineas la puerta de la biblioteca se abrió y guardo el libro rápidamente en uno de sus bolsillos. No sabía porque esa reacción, pero no le había contado a nadie su encuentro con Drew, el demonio del castillo, y hasta que consiguiera sus propias respuestas no quería que nadie interfiriese.

-¿ otra vez aquí Tasia?

Era su hermana la que preguntaba con voz cansina que hacía otra vez encerrada en la biblioteca

-estaba buscando otro libro- se defendió ella algo brusca

-te pasas el día leyendo- Erica lo dijo como si fuera algo incomprensible

-me interesa en mundo mágico

Su hermana se encogió de hombros como si fuera un caso perdido razonar con ella.

- David y yo vamos a la piscina, hace muy buen día y pensé que te apetecería venirte

-gracias por avisarme pero creo que me quedare aquí- le dijo sonriendo

No le apetecía nada ver las bromas entre su hermana pequeña y David y tampoco se atrevía a mirarlo después de la escena de hoy. Estaba hecha un lio, en ese momento quería que Daniel la besara que la hiciera sentirse querida, pero cuando apareció David ya nada más tenía importancia. Su profesor se quedaba en nada comparado con lo que sentía por ese chico de ojos verdes y sonrisa pícara.

-¿estas segura?- le preguntó su hermana, aunque se notaba que lo hacía por cumplir, la intención es lo que cuenta ¿no?

-sí

-gracias

-¿por que?- le preguntó Tasia frunciendo el ceño

-David me gusta e intento pasar todo el tiempo que puedo con él, quiero que se fije en mi

“oh Dios mio,” no podía estar escuchando una confesión  de amor de su hermana, no en este momento, no cuando ella también le quería con todo su ser.

-esto... Erica...yo..- intentaba explicarle sus sentimientos por él, no quería seguir ocultándoselo pero su hermana no la dejó hablar

-ya se que os lleváis bien y no quiero estropear vuestra amistad  pero es especial para mi ¿te molesta que te haya robado algo de tiempo con él estas semanas?-le preguntó mirándose la punta de sus pies descalzos algo nerviosa

-si..eh ,no...quiero decir, que no me has robado nada – y lamentablemente sabía que eso último era verdad

Erica le dio un beso en la mejilla antes de irse más feliz que un niño en navidad. Tasia la vio salir y su ánimo se desinflo. De repente estaba enfadada, por no poder odiar a David, por no entender sus cambios de humor,  bromeaba con ella y días después ni le dirigía la palabra, enfada por la situación en que se encontraba con su hermana y enfadada por tener todo el cuerpo con agujetas debido a los duros entrenamientos. Quería algo de tranquilidad, no se, una semana en un balneario o en una playa donde no tuviera que preocuparse por si una de esas sombras volvería aparecer para matarla.

La puerta volvió abrirse pero no se giró.

-vete Erica ya te dicho que no tenía ganas de ir a la piscina- le espetó con rudeza sin poder evitarlo

Cuando se dio cuenta de como se estaba comportando respiro varias veces hasta conseguir relajarse. Se volvió ante la falta de respuesta y encontró al chico de sus pensamientos. David.

-¿ que haces aquí?- le preguntó ella sorprendida- pensé que estabas con Erica

-lo hemos dejado mejor para otro día-le contestó cerrando la puerta y acercándose a ella con paso lento.

Tasia se fijo en como sus ojos tenían un brillo que no podía reconocer, algo que deslumbraba en sus iris y no sabía el significado de esa mirada. Él la devoraba con los ojos haciendo que un calor extraño recorriera todo su cuerpo. Se puso nerviosa e intentó alejarse de él, pero cuando dio un paso hacía la derecha ,él también, uno hacía atrás ,él otra hacía delante, así hasta que la espalda de Tasia chocó contra la estantería. Volvió a mirar esos ojos verdes y se perdió en ellos. David tenía todo el aspecto de un depredador, y ella, era su presa.

-¿Qué..que quieres...David?- preguntó con dificultad debido a los nervios sin sentido que la inundaban

-simplemente resolver una duda- le contestó con voz ronca

David posó los brazos sobre la estantería encerrando a Tasia en ellos. Estaban a escasos centímetros y esa proximidad puso todas las emociones de Tasia patas arriba.

-¿qué sientes por él?- le preguntó David

-¿por quien?-dijo ella sin saber  por donde iban los pensamientos de David, lo único que ocupaba su mente en este momento era él y sus cuerpos pegados.

-Daniel- le contestó en voz baja acercando más sus labios a los de ella pero sin permitir que llegaran a  tocarse

-nada

-mejor- sonrió él- porque tú eres mía- y atrapó sus labios entre los suyos